Los niños de la guerra: despejar las aguas del olvido
Los niños de la guerra: despejar las aguas del olvido
Víctor Guillot

La Asociación Lázaro Cárdenas rememoró la salida en 1937 de 1300 niños desde Gijón con destino a Rusia. 

Cada 23 de septiembre, la Asociación Lázaro Cárdenas rememora un triste recuerdo. La salida de 1300 niños desde Gijón con destino a Rusia, evacuados durante la Guerra Civil. Más de 80 años después, algunos de aquellos niños vuelven a contemplar el horizonte que los contempló partir desde El Musel la noche del 23 de septiembre y las mismas aguas que los vio volver. Junto al Ateneo Obrero de Gijón y el Ayuntamiento de Gijón, la Playa del Arbeyal se convirtió en el escenario soleado para despejar las aguas del olvido y recuperar la memoria colectiva, en un emotivo acto lleno de historia y dignidad que contó con la directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado, Laura González, ex-consejera de Servicios Sociales por IU y recientemente galardonada con la medalla de Asturias, el historiador Leonardo Borque, algunos niños de la guerra, como Victoria Iglesias, y varios descendientes, entre ellos Francisco Lago, procedentes de Cantabria y del País Vasco.

En primer plano, Begoña Collado. Detrás, público asistente al acto, con los niños y niñas de la guerra asistentes y sus descencientes en primera fila. Al fondo, las gruas de El Musel enmarcan la imagen. Fotografía: David Aguilar Sánchez.
 

Lo recuerda perfectamente Francisco Lago, hijo de uno de aquellos niños, desde el atrio que mira hacia el Cantábrico. 30.000 niños, recuerda, fueron evacuados durante la Guerra Civil. “Lo más importante es dejar a la posteridad escrita, documentada e investigada la representación de sus vidas particulares y que, en su conjunto, se proteja la verosimilitud para poder componer la Historia”. Inglaterra, Francia, Bélgica y Rusia. 1300 salieron de Asturias y 1200 de Santurce. Muchos de los que fueron acogidos en Moscú tardarían en volver 20 años y difícilmente pudieron recomponer ya en España sus vidas.

Francisco Lago, con la imagen del monumento a la memoria de los niños y niñas exiliados en Rusia al fondo. Fotografía: David Aguilar Sánchez.
 

Victoria Iglesias, niña de la guerra, aún recuerda como fue la evacuación en barco. Su llegada a Rusia, a través del Volga y su posterior evacuación tras el estallido de la II Guerra Mundial. Aun recuerda como el pueblo ruso los recibió, como los instruyó, como los alimentó. También recuerdo como fue el retorno. La grisura de los días donde el afecto familiar estaba depositado en una hermandad política de niños huérfanos de padres y madres que habían perdido la infancia en una guerra y, de alguna manera, conservaron la imaginación para poder reconstruirla.

Victoria Iglesias, rememorando la generosidad del pueblo ruso durante su exilio. Fotografía: David Aguilar Sánchez.
 

La directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado, recordó la importancia de las dos leyes aprobadas sobre Memoria democrática, la aprobada en el Congreso hace un año y la aprobada en Asturias en 2019. “Estas dos nuevas leyes permitirán aplicar en todo el territorio de Asturias el día de la Memoria Democrática. “, explicó Collado quien este sábado celebraba junto a Adrián Barbón, presidente del Gobierno del Principado de Asturias la nueva efeméride en el municipio de Grao. La ley, reconoció la directora, llega tarde “pero permitirá a todos trabajar junto con las asociaciones memorialistas para luchar por la transmisión de la memoria”.

Begoña Collado durante su intervención en el homenaje. Fotografía: David Aguilar Sánchez.
 

Al acto no acudió ningún concejal del Gobierno municipal integrado por Foro, Vox y PP. En cambio, sí estuvieron Carmen Eva Pérez Ordieres por el PSOE y Javier Suárez Llana por Convocatoria por Gijón. También estuvo presente el cronista oficial de la ciudad, Luis Miguel Piñera entre otros.


Fuente → nortes.me

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