Cuando todavía no hace ni un año de la entrada en vigor de la nueva ley estatal de Memoria Democrática , las políticas de este ámbito viven bajo una amenaza que puede derivar en un fuerte retroceso en varios territorios . El giro electoral que supusieron los comicios municipales y autonómicos del pasado mayo, con la formación de numerosos ejecutivos liderados por el PP con la presencia o apoyo externo de la extrema derecha de Vox, se ha traducido en que nueve comunidades han situado las políticas de memoria histórica entre la derogación y el olvido .
Aragón, las Islas o la Comunidad Valenciana son algunos de los territorios que viven esta situación y que pueden enterrar, aunque sea temporalmente, unas políticas públicas que en el Estado español no suman ni dos décadas de trayectoria -la primera ley de memoria fue aprobada en 2007, bajo la presidencia de Zapatero- y no se han llegado a consolidar. En palabras de la doctora en Historia Contemporánea Queralt Solé , la memoria "se puede debatir y discutir, pero aquí lo que se quiere es que desaparezca, como si no existiera el pasado, ni cómo afecta el pasado al presente".
En este contexto, en Cataluña ha habido un movimiento en la dirección contraria, ya que apenas la semana pasada el Departamento de Justicia, que encabeza Gemma Ubasart, anunció que impulsaría el Memorial Democrático, "como referente nacional de las políticas de memoria del país". Además, hace siete meses el Govern aprobó el proyecto de Ley de Memoria Democrática de Catalunya , que actualmente se encuentra en tramitación parlamentaria.
Creado en 2007 durante el segundo gobierno tripartito, el refuerzo comportará que el Memorial Democrático dejará de ubicarse en una sede de alquiler -en la calle Peu de la Creu, 2- para establecerse en un edificio de propiedad del Gobierno en la calle Ciudad de Barcelona -muy cerca del Palau de la Generalitat-, que le permitirá ganar espacio. Además, la institución también se dotará de más personal . En palabras de su director, Jordi Font , "nuestro deseo es entrar en una fase en la que sea posible dar continuidad a lo que se ha hecho y mejorarlo, de cara a consolidar la institución al margen de los vaivenes políticos y presupuestarios. ( ...) Aunque somos conscientes de que la memoria es inseparable del conflicto y el debate".
La importancia de conocer el pasado
Pero, ¿por qué es importante que las instituciones públicas desarrollen políticas de memoria democrática y no hacerlo comporta un importante retroceso? Hablamos con la historiadora Queralt Solé y con el presidente del Amical de Antiguos Guerrilleros de Cataluña , Raül Valls . Autora de libros sobre las fosas de la Guerra Civil y el franquismo, el Valle de los Caídos o la represión de la dictadura, Solé considera que las administraciones "tienen el deber de incentivar que la gente conozca el pasado con todos los errores y aciertos que ha habido" y añade que este conocimiento debe permitir que "uno sea consciente de todo lo que se ha ganado y se ha logrado".
"Un país debe tener políticas de memoria que permitan que el pasado sea revisado y conocido"
Valls señala que "un país debe tener no memoria oficial, sino políticas de memoria que permitan que el pasado, sobre todo el más reciente, sea revisado y conocido y que a todos los niveles pueda llegar a la población". El presidente de una asociación dedicada a reivindicar y promover la memoria de los maquis -los guerrilleros antifranquistas- también comenta que se trata de " hacerlo en términos críticos y no partidistas, que es difícil, porque son pasados conflictivos . Que existan organismos como el Memorial Democrático y haya políticas públicas debe permitir que así sea, pero también evitando la equidistancia, porque hay unos valores a preservar, como la libertad, la igualdad, la fraternidad, la democracia o los derechos humanos".
Que en función de quien gobierne -básicamente si lo hacen la derecha y la extrema derecha- las políticas de memoria puedan desaparecer se explica porque " no están suficientemente consolidadas" , en opinión de Solé, que también es profesora en la Universidad de Barcelona y miembro del consejo asesor del Memorial Democrático. Según ella, la razón es "que venimos de un conflicto civil que no se resolvió bien, que fue seguido de una dictadura que prolongó el conflicto entre vencedores y vencidos durante 40 años y, finalmente, estas políticas no se van empezar a llevar a cabo hasta décadas después del fin de la dictadura. Todo esto hace que sean muy débiles, porque realmente no empiezan a reclamarse y llevarse en práctica hasta la primera década de los 2000 y no tienen la suficiente fortaleza".
"La memoria tiene que ver con el presente y como tal no es ajena a los enfrentamientos políticos"
El presidente del Amical de Antiguos Guerrilleros de Cataluña -que como entidad se integra en el consejo de participación del Memorial- expone que " la memoria es algo que tiene que ver con el presente, pasa ahora; y, como tal, no es ajena a los enfrentamientos políticos ya la confrontación, en todas partes depende de quién llega al poder y de qué posición política tiene utilizará la memoria en un sentido o en otro, ya sea para taparla y pasar página o para recuperar el pasado".
Valls, continua: "No hay que sobrecogerse, es un espacio de confrontación. De lo que se trata es que los que defendemos que el pasado importa y que no podemos seguir con una actitud de olvido deberíamos ser capaces de espolear a los poderes públicos para que tenga presencia. Sobre todo es muy importante que el pasado reciente entre en la educación, en las escuelas e institutos, para formar conciencias cívicas comprometidas con lo que ocurre ahora".
"No es una vacuna absoluta" contra el fascismo
Para evitar o dificultar la desaparición de las políticas de memoria cuando determinadas opciones llegan al poder, Solé apuesta por que los organismos encargados de desarrollarlas "dependan más de los parlamentos que de los gobiernos y estén dirigidos por personas que ganen la plaza por varios años vía concurso público y no sean nombradas como un cargo de confianza". En definitiva, "deberían estar dotados de independencia" respecto al poder ejecutivo.
Como conclusión, Raül Valls defiende que " la memoria es condición necesaria pero no suficiente para que las cosas no se repitan, hacen falta muchas otras cosas
". En este sentido, considera que "el ascenso de la extrema derecha
no se soluciona llevando a la gente joven a los lugares de memoria
traumática sobre la dictadura", porque "hay otros muchos factores que la
hacen crecer".
Sin embargo, sí reivindica que "es importante
que la memoria promueva valores como la libertad, la igualdad, la
fraternidad o los derechos humanos, pero no es una vacuna absoluta para
evitar que volvamos a repetir lo que sucedió en los años 20, 30 y 40
[del siglo XX], que fue el ascenso del fascismo, porque la gente que
vota a la extrema derecha no está pensando en Hitler, Franco o la II
Guerra Mundial, piensa en cuestiones más inmediatas, de su vida
cotidiana ".
Incremento de la actividad
La nueva sede del Memorial Democrático tendrá una superficie de 1.300 metros cuadrados y contará, entre otros, con una sala polivalente y una de exposiciones, lo que le permitirá aumentar el volumen de muestras que organiza. El traslado se formalizará en 2025, ya que en estos momentos se están llevando a cabo obras de adecuación y habilitación del espacio. El incremento de recursos le permitirá dar un salto adelante sobre los pocos más de 2,1 millones de euros de presupuesto y 24 trabajadores con los que cuenta actualmente.
Fuente → publico.es
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