Historias de Maquis: Germán Sánchez

Historias de Maquis: Germán Sánchez
Adolfo Pastor Monleón

Historias de maquis


Germán Sánchez, el tío Germán, vivía con su mujer y sus hijos en Las Rinconadas. Como muchos vecinos de la aldea apoyaba a los guerrilleros con los pocos medios de que disponía.

Después del asalto al Cerro Moreno, el último de los campamentos guerrilleros, en 1949, algunos de los que se salvaron se refugiaron por los montes cercanos a Santa Cruz de Moya.

Un atardecer, cuando el tío Germán regresaba hacia la aldea, de sus faenas de la siega, le salió al encuentro Julián el Parra, “Frasquito”, por él conocido porque era hijo del pueblo. Le solicitó provisiones y quedaron para la mañana siguiente por aquel mismo camino.

 

No lejos de allí una familia de Santa Cruz de Moya, que estaba trabajando en un campo, observó lo sucedido. Al regresar al pueblo, enviaron a su hijo a denunciar el suceso a la guardia civil.

No había caminado un corto trecho, ya entre los pinos, cuando le salieron dos guardias civiles que lo esperaban agazapados. El diálogo fue corto y autoritario. Por más que él puso la excusa de que la comida era para compañeros que le ayudaban en la siega, el registro y la cantidad lo delataron. Le hicieron proseguir el camino como si nada hubiera pasado, ellos, siguiéndolo a corta distancia, con la esperanza de que Julián y los suyos salieran a su encuentro. Siguieron aquel camino durante horas y horas, pero los maquis habían observado lo sucedido desde las alturas y, claro está, no salieron, siguiendo, con hambre, los acontecimientos, a lo largo del día.

 

Los guardias civiles, seguramente ya cansados, hicieron dar la vuelta al tío Germán y caminar en dirección contraria, camino del pueblo. Ya anochecía cuando cerca de las Parás del Tío Tarelo, junto a la Cueva del Tesoro, los dos guardias tirotearon al tío Germán que cayó sobre el polvo del camino. Se quería escapar… Le acababan de aplicar la tristemente famosa “Ley de fugas“. El tío Germán fue otro más de los puntos de apoyo que pagó con su vida la ayuda a los combatientes por la libertad. Una familia rota y unos guardias civiles seguramente premiados por la hazaña.


Fuente → loquesomos.org

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