En 1952, Dominador Gómez Herrera,Carmen de Miguel y su hija Carmina de 16 años, fueron asesinados por la guardia civil, por dar cobijo a 3 guerrilleros
En 1952, Dominador Gómez Herrera, su esposa Carmen de Miguel Fernández y su hija Carmina de 16 años, fueron asesinados por la guardia civil en Tama (Cantabria), por dar cobijo a 3 guerrilleros antifranquistas  / Tulio Riomesta
 

El 20 de octubre de 1952, elementos de la guardia civil procedente de Pido, Vega de Liébana y de Potes, realizaban una amplia batida por domicilios y cabañas en busca de guerrilleros antifranquistas. Alrededor de las 8 de la mañana, el sargento comandante del puesto de Potes, José Sanz Díaz, en compañía de cuatro guardias llegaron al pueblo de Tama. Era Lunes y la carretera estaba animada y concurrida. Era día de mercado en Potes. En lo alto del pueblo, en un lugar denominado «El Coterillo» a las afueras del pueblo, residía el matrimonio formado por Dominador Gómez Herrera y su esposa Carmen de Miguel Fernández. Con ellos vivía la hija menor de ambos, Carmina, de 16 años.

En la casa de esta modesta familia se encontraban acogidos varios de «los del monte», guerrilleros antifascistas que tras la guerra civil Española se echaron al monte para salvar sus vidas o reconquistar las libertades perdidas. El guerrillero era un combatiente que no tenía nada que ver con las formas clásicas del ejército, porque pertenecía a una organización del pueblo. La lucha del movimiento guerrillero va en contra de un poder determinado, pero siempre apoyada en una estructura popular.

La guerrilla sin mujeres era imposible. En las casas estaban casi siempre las mujeres, hacían la propaganda, la distribuían, eran las guerrilleras del llano. Había más mujeres que hombres en la lucha contra el franquismo. Sin las mujeres, el movimiento clandestino no hubiera durado 16 o 17 años. Cuando las descubría la policía o la guardia civil, las torturaba con mucha más saña que a los hombres; no concebían que las mujeres estuvieran en temas políticos. Es un concepto muy machista y patriarcal de la sociedad.

El sargento y los 4 guardias se dirigieron a casa de Dominador para registrar la morada. Al llegar allí, Dominador abrió la puerta al sargento quien le conminó a dejar paso para registrar la vivienda. Pasaron la puerta, y nada mas entrar en el vestíbulo encontraron dentro a 3 guerrilleros antifranquistas, Hermenegildo Campo «Gildo», Quintiliano Guerrero «el Tuerto» y José Fernández «Pin el Asturiano». De inmediato se produjo la primera refriega. En el tiroteo el sargento salió a refugiarse al exterior herido en una mano. “Gildo” había resultado muerto. «El Tuerto» y «Pin el Asturiano», abrieron una trampilla que comunicaba con la bodega. Al salir al exterior se encontraron de bruces con el sargento quien cayó abatido por una ráfaga.

La esposa de Dominador se reunió con su hija Carmina que se había refugiado en la vivienda cercana de unos familiares. La ordenó que intentara coger el autobús de línea a Santander para escapar, al haber sido descubiertos los tres emboscados en su casa. Pero Carmina, muy nerviosa, decidió permanecer junto a sus padres.

«Pin el Asturiano» y «el Tuerto» huyeron por el puente sobre el Deva hacia la carretera de Viñón. Un guardia de permiso se topó con ellos en el puente, disparando y abatiendo a Pin el Asturiano. «El Tuerto» consiguió huir herido en dirección a Armaño.

Según la versión oficial, Dominador, Carmen y su hija Carmina también murieron durante el tiroteo. No era cierto. Fueron llevados a su propio domicilio y allí mismo los tres fueron asesinados a balazos por verdugos de la guardia civil. Poco después del fusilamiento de sus padres y su hermana, la hija mayor del matrimonio, María Eugenia, fue detenida en Santander.

El sangriento episodio pasó a la historia como la matanza de Tama. Los cuerpos de las 3 víctimas, junto al de Gildo, fueron conducidos en un carro de bueyes y enterrados en una fosa común. Posteriormente procedieron a prender fuego a la casa familiar de El Coterillo. Arbustos y maleza cubren hoy por completo las ruinas de la casa. Apartando un poco la vegetación, enseguida aparecen restos del muro de la casa y trozos de teja de su cubierta.

Documentos: El Diario de Cantabria (Javier Lezaola). Los del Monte. Ctxt (Francisco Martínez López, El Quico, y Ritama Muñoz-Rojas)


banner distribuidora