
Moisés Pérez
El reportaje audiovisual 'La gente que solo buscaba la libertad', dirigido por Isabel Ginés y Carlos Gonga, se encontró con los obstáculos y las peticiones de censura de la concejalía de Patrimonio y Memoria Histórica de Elda, la cual estaba encabezada por el socialista Amado Navalón. El documental, financiado con dinero privado tras la negativa del consistorio eldense, narra la historia de los familiares represaliados del franquismo en la población del Vinalopó Mitjà.
La plaza de toros de Monóvar (Vinalopó Mitjà) se convirtió entre abril y noviembre de 1939 en sede del horror, la crueldad y la represión franquista . El recinto de espectáculos taurinos se transformó en un campo de concentración, en el espacio para que las autoridades golpistas y desleales con la legalidad republicana encarcelaron en condiciones inhumanas a todos aquellos que el régimen dictatorial decidió castigar antes de enviarlos mayoritariamente en el reformatorio de Alicante.
Había personas procedentes de toda la comarca del Vinalopó Mitjà , incluso de ciudades cercanas como Villena (Alt Vinalopó) o de Ibi (Alcoyano). La plaza acogería hasta a 1.200 presos, algunos de los cuales murieron por las duras condiciones de higiene y salud. No en vano, las propias autoridades franquistas, a través de sus inspectores, avisaron de que no se podía tener a los represaliados de esa forma.
La existencia de un campo de concentración en Monóvar, una crónica de inhumanidad franquista habitualmente olvidada, llamó la atención de la periodista Isabel Ginés y del documentalista Carlos Gonga . «Era una historia que tenía mucha potencia, porque se trataba de algo a menudo olvidado y que visualizaba muy bien cómo había sido la represión franquista. Para hacer un documental, contactamos con el Ayuntamiento de Monòver, quien, justamente, hacía tiempo que quería hacer un reportaje audiovisual sobre este campo de concentración. Cuando vieron nuestro historial, nos dijeron que éramos los más adecuados», explica Ginés.
«Después de hacer ese documental, nos centramos en la represión franquista en Petrer y más tarde quisimos cerrar el círculo del Vinalopó Mitjà con Elda, uno de los últimos bastiones de la II República » , relata la periodista. «Las familias llevaban tiempo queriendo contar su historia, de cómo habían luchado por los restos de sus familiares fusilados por el franquismo. Nosotros queríamos darles la oportunidad de ser su voz y, en consecuencia, pedimos una ayuda al Ayuntamiento de Elda », continúa.
El choque con la concejalía de Patrimonio y Memoria Democrática de la corporación local eldenca, encabezada entonces por el socialista Amado Navalón , se produjo cuando Ginés y Gonga confeccionaron un cartel para promocionar en redes sociales la preparación del documental. «Siempre hacemos este tipo de carteles, ya que la gente se entera de que estamos grabando en el pueblo y, por tanto, suelen acudir más testigos, más voces que enriquecen la narración del documental», comenta Ginés. «En Monóvar, por ejemplo, esta forma de proceder nos funcionó y nos dio buenos resultados», agrega.
El problema del cartel fue la incorporación de una bandera republicana y de un título que molestaba al concejal del PSOE. «Nos dijo que no le gustaba el cartel y que tenía unas connotaciones guerracivilistas , así como que enfrentaba a los dos bandos de la Guerra Civil. En definitiva, nos dijo que el cartel no era adecuado», expone la periodista, quien añade: «Después, nos llamó a Juan Carlos Márquez , jefe de sección de Patrimonio Histórico de Elda, y nos dijo del mal que teníamos que morir. Nos dijo que quitaría la ayuda a la que se había comprometido el consistorio porque ese cartel no estaba aprobado y no les gustaba, así como si íbamos por el pueblo, que lo hiciéramos con cuidado».
«Nos dijo también que éramos unos hooligans de la memoria democrática, y que nuestro material para grabar era pobre. Incluso, nos dijo que si nos pasaba algo en el pueblo, ellos no nos defenderían», complementa, quien apunta cómo a raíz de ese choque con el consistorio eldense, perdieron la financiación pública de la corporación local. Aquella circunstancia despertó una ola de solidaridad, especialmente entre las familias, que derivó en la recaudación de 3.500 euros para confeccionar el documental, que ya se ha proyectado en recintos culturales como el Octubre Centro de Cultura Contemporánea de Valencia bajo el título "La gente que solo busca la libertad".
La reacción del exconcejal del PSPV sorprendió a los impulsores del documental: «Si nos hubiera pasado con el PP o con Vox, no nos hubiera sorprendido. Ahora bien, no lo esperábamos de un concejal del PSOE. Asimismo, cabe decir que el alcalde de Elda, el socialista Rubén Alfaro , sí nos apoyó y también la antigua consellera de Memoria Democrática, Rosa Pérez [de Izquierda Unida del País Valenciano]». «Márquez nos había acusado de no ser equidistantes, pero es que no puedes serlo porque nunca puedes comparar a las víctimas con sus verdugos», remarca la periodista y directora del documental.
El antiguo alcalde republicano y la CNT
Con ayuda también de la Asociación por la Memoria Militar Democrática , es decir, del colectivo de miembros de las fuerzas armadas y de la benemérita de corte antifranquista, el reportaje audiovisual narra historias como la de Vicente Olcina, quien ha podido recuperar los huesos de su padre. «Cuando estaba en prisión, ya sabía que sería asesinado. Consciente de que sería fusilado, cogió una cuchara de metal, le quitó la parte de arriba e hizo una placa para nugársela en el tobillo. Una vez lo había logrado, envió una carta a su familia, donde relataba, precisamente, que se había anudado esa placa con sus iniciales grabadas en el tobillo», desgrana.
El objetivo de ese movimiento era poder identificarle si algún día recuperaban sus huesos. «Se cumplió en el momento de desenterrar los cuerpos. El padre de Vicente Olcina tenía la placa atada al tobillo», apunta. El documental, sin embargo, incorpora los testigos de Bárbara Bellot, nieta del último alcalde de la II República en Elda, o de otros familiares de represaliados y víctimas de los crímenes del franquismo, como antepasados con militancia en la organización obrera CNT .
“Tenemos una larga experiencia de elaborar documentales. Y siempre hemos trabajado con rigurosidad. Una muestra de ello es que las familias nunca dudaron de nosotros y siempre estuvieron a nuestro lado cuando tuvimos el conflicto con el Ayuntamiento de Elda. De hecho, ha sido posible gracias a sus aportaciones privadas. Sin estas donaciones, no se hubiera podido contar su historia», resalta Ginés. Y cierra: «Esta situación debe alertarnos de los nuevos tiempos que pueden venir con los nuevos gobiernos y sus posicionamientos hacia la memoria democrática. Nosotros, sin embargo, nunca seremos equidistantes. No se puede poner al mismo nivel a las víctimas y verdugos. Esto lo tenemos claro».
Fuente → eltemps.cat
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