
En medio del fervor popular republicano que conmocionó Madrid
con ocasión de la proclamación de la segunda República el 14 de abril de
1931, después de las elecciones municipales celebradas el día 12 y que
vinieron a ser un plebiscito a favor del nuevo régimen, el diario
vespertino Informaciones, que algunos pudimos leer en su etapa
progresista a finales de los años setenta y primeros ochenta, publicó
una información a una columna que no le pasó desapercibida al autor de
un excelente libro, El Germinal español (ed. Akal, 2023), escrito
por el profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad
Carlos III de Madrid Francisco Sánchez Pérez.
Se
trata de un bando declarando el estado de guerra, a fin de mantener el
orden público, cuando toda la ciudad de Madrid se había echado a las
calles para celebrar la histórica fecha, más de medio siglo después de
la instauración de la efímera primera República, de la que en 2023 se
cumplen 150 años y sobre cuyo auge y destrucción como experiencia
democrática leo actualmente el excelente libro del mismo título de
Florencia Peyrou (ed. Akal). Desconozco si dicho bando fue publicado por
otros medios o si, como apunta Sánchez Pérez en el epílogo de su obra, La proclamación de la República
—donde cuenta la historia de lo que ocurrió a las 48 horas siguientes
de la reunión nocturna del 12 de abril en la que los ministros estaban
encajando las noticias referentes a los resultados electorales en las
provincias—, ese bando únicamente lo publicó el diario Informaciones.
Es
reseñable constatar, tal como hace el citado historiador, que este
periódico conservador fue el más rotundo en asumir los resultados
electorales, después de redactar en su editorial que cuarenta y cinco o
cuarenta y siete capitales españolas y casi todas las poblaciones con
más de 100.000 habitantes “se han declarado antidinásticas, votando con
innegable y arrolladora mayoría a los candidatos republicanos”.
(Conviene recordar esto porque durante la segunda República y la
dictadura franquista se puso en duda esa victoria republicana, algo que
también ocurrirá todavía en nuestros tiempos por parte de los
historiadores revisionista con las elecciones de febrero de 1936 que
dieron el triunfo al Frente Popular). El titular del artículo de
Informaciones no podía ser más explícito: “Cúmplase la voluntad
nacional”.
Lo que dice Francisco Sánchez Pérez
con relación la declaración del estado de guerra es que “parecía
imposible, con toda la multitud que se estaba agolpando en el centro de
Madrid y en la Puerta del Sol. Aun así —escribe—, se llegó a dar un
bando firmado el 14 de abril, que apareció en la prensa, pero su
aplicación en la práctica resultaba problemática en un país donde por la
tarde cada diez minutos se estaba proclamando la república en algún
sitio”. En este punto, el historiador indica, en una nota a pie de
página: “Puede verse el bando, pues realmente existió, en Informaciones,
14 de abril de 1931, p. 7”.
Mi querida amiga y colaboradora Carmen Ordóñez ha tenido la amabilidad, a mi requerimiento, de acudir con diligencia la Biblioteca Nacional y consultar en la hemeroteca el microfilm del mencionado periódico correspondiente a ese día, dado que el ejemplar en papel está ensabanado, y facilitarme una copia más o menos legible del bando en el que se declara el estado de guerra, firmado por Federico Berenguer, teniente general del Ejército y capitán general de la primera región militar, hermano del también general Dámaso Berenguer Fusté. Este fue nombrado presidente del gobierno por Alfonso XIII el Africano en 1930, tras la dictadura de Miguel Primo de Rivera, dando paso a la llamada dictablanda con la que se puso fin a la Restauración, si bien fue con su sucesor, el almirante Juan Bautista Aznar, cuando se proclamó la segunda República.
Fuente → elsaltodiario.com
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