Dos formas de ser fascista

Dos formas de ser fascista
Jorge Majfud

 

La historia prueba que si el fascismo europeo siempre sufrió de un fuerte complejo de superioridad, el fascismo del Sur global siempre sufrió de un fuerte complejo de inferioridad. Los fascistas europeos y estadounidenses fueron nacionalistas y conservadores, mientras los de África y América latina, desde Porfirio Días, Trujillo, Somoza, Ubico, Pinochet, Videla, Castelo Branco, Mobutu Sese Seko, Blaise Compaoré y varias decenas más fueron liberales (sólo en la economía) y entreguistas.

Siempre llegaron al poder no por una revolución sino por «la mano invisible del mercado», es decir, de la mano visible e invisible los imperios de turno.

Todos los fascismos, sin embargo, los del Norte y los del Sur, tenían y tienen algo en común: esa docilidad y obediencia incondicional con los de arriba y ese odio sádico e irrecuperable por los de abajo. El fasismo no es una ideología; es un estado mental.

Como los esclavitas negreros del pasado, todos le cantaron a la libertad en los cuarteles, en las iglesias, en los pent houses de las corporaciones y los bancos privados. Todos le cantaron a la libertad de los de arriba, la libertad del selecto club de «la gente de bien» que se abraza a símbolos patrios y que canta el himno nacional con la mano en el corazón.




Fuente → majfud.org 

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