Carmen Barrero Aguado, una de las 13 rosas, asesinada por la canalla franquista en Madrid en 1939

Carmen Barrero Aguado, una de las 13 rosas, asesinada por la canalla franquista en Madrid en 1939 / Tulio Riomesta

Carmen Barrero Aguado, nació en Madrid en 1920, era la 4ª por edad de los 9 hijos de una modesta familia del barrio de Cuatro Caminos. Su padre murió años antes de la guerra, su mujer y a sus hijos quedaron en una precaria situación económica. Carmen tuvo que trabajar desde los 12 años para ayudar a mantener a su familia. Militante del PCE desde 1936, en el que era conocida como “Marina”, estaba interesada en crear espacios exclusivamente femeninos especializados en solidaridad y asistencia, como la «Unión de Mujeres contra la Guerra», y en el desarrollo político de las militantes. Durante la guerra estuvo trabajando en talleres de intendencia de Valencia.

Tras la guerra fue la responsable femenina del partido en Madrid, utilizaba la identidad falsa de Carmen Iglesias Díaz. Estuvo encargada por el Comité Nacional clandestino de elaborar un plan de trabajo político destinado a las mujeres. Su amigo Francisco Sotelo Luna le propuso organizar a las mujeres en grupos de 3 para visitar las cárceles, asumir labores solidarias requeridas, y concienciar a las obreras de los derechos y libertades perdidos, y de la total legitimidad para recuperar algo que les era innato. Tanto si había o no familiares dentro, asumieron labores solidarias para llevar todo lo posible a esas cárceles, comida, ropa, cartas. Esperanza. Las condiciones eran desastrosas, un paisaje derrumbado, destruido, niños malnutridos, enfermedades por doquier, gente escondida, miles de viudas, miedo… intentando buscar un pan que llevarle a la boca a sus familias. Sacar tiempo y fuerzas para organizarse políticamente, en estas condiciones, fue digno de admirar.

Delitos gravísimos para el fascismo. No solo luchar por la libertad, sino algo peor: Dar esperanza, explicarle a la gente que las cosas pueden ser de otra manera, que se puede acabar con la barbarie. Carmen fue detenida y encarcelada en la prisión de mujeres de Ventas el 17 de mayo de 1939. Fue acusada de un intento de complot contra el “general” franco el día del desfile en el 1º Año de la “Victoria”, y de estar implicada en el asesinato del teniente de la guardia civil Isaac Gabaldón, su hija y el conductor José Luis Díez Madrigal, lo que en realidad ocurrió 2 meses después, el 29 de julio. La única verdad era que «Marina» pertenecía al PCE y que trabajó en la clandestinidad confeccionando un plan de trabajo para la sección femenina. «Marina» cometió el grave delito de darle un papel a las mujeres.

En una farsa judicial, Carmen Barrero, las otras 13 Rosas, y otros 46 hombres, fueron acusados de un delito de “adhesión a la rebelión” con la agravante de «trascendencia de los hechos y peligrosidad», por su pertenencia a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) o al Partido Comunista de España (PCE). Los felones franquistas les condenaron a muerte.

A las 4 de la madrugada del 5 de agosto de 1939, las 13 jóvenes presas salieron de la cárcel de Ventas, iban de 2 en 2, parecían tranquilas, llevaban la cabeza muy levantada; cada pareja era escoltada por 3 guardias civiles. Presos y presas fueron subidos en grandes camiones y transportados a las tapias del cementerio del Este de Madrid. Primero fueron fusilados los hombres y posteriormente las mujeres. Los tiros de gracia de las 13 Rosas se oyeron hacia las 8. El hermano de Carmen, Palmiro Barrero Aguado fue fusilado en el mismo cementerio del Este el 8 de Abril de 1940.

Sobre la mesa del despacho de Carmen Castro, directora de la cárcel de Ventas, quedaron las solicitudes de indulto que cada una de las condenadas había redactado el día 3, al volver de la vista en las Salesas, para pedir clemencia a franco, y que la directora no había querido tramitar.

Como vecina de Cuatro Caminos, a Carmen se la singulariza especialmente en el homenaje «Los cantos de la memoria» puesto en marcha por La Casa Vecinal de Tetuán, consistente en dejar bajo los árboles del distrito cantos rodados con los nombres de fusilados y represaliados durante el franquismo, con el fin de la gente los coja y se pregunte sobre lo que hay detrás de esos nombres.

Olvidar las injusticias nos lleva a volver a cometerlas. Y por eso quieren que olvidemos, que dejemos enterrados los huesos, que borremos de nuestro pasado las historias desgarradoras de miles de personas que fueron brutalmente humilladas y asesinadas por algo que todavía sigue en nuestras instituciones: el fascismo. Nuestro deber es recordar, que las nuevas generaciones sepan de qué es capaz el ser humano lleno de odio cuando el resto del mundo mira hacia otro lado ante las injusticias.

Documentos: La Voz de la República (Maria Jose Robles Perez). 15Mpedia. Wikipedia. Las Sinsombrero Castro Urdiales


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