El expresidente del Levante, Quico Catalán, al mando de la entidad durante 13 años, ha anunciado su cese en el cargo; en este contexto, una de los escenarios posibles es la inyección de capital (15 millones de euros) por parte de un grupo de empresarios, entre los que figura el naviero y presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda.
El pasado 31 de marzo los almanaques señalaron otro hito en la historia granota; el Levante se enfrentaba en su estadio al Real Zaragoza y, antes que empezara el choque, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, entregó al club valenciano la Copa de la España Libre-Presidente de la República. El Levante logró el trofeo en plena Guerra de España, en 1937, tras vencer al Valencia CF en la final disputada en Barcelona.
En recuerdo de la efeméride, el once levantinista mudó en el partido contra el Zaragoza su indumentaria habitual (azul y grana) por otra de franjas blanquiazules, la que vistió en la final de 1937.
En el libro Historias del Levante UD. 110 años de resistencia (Ed. Drassana, 2019), los periodistas José Luis García Nieves y Felip Bens sitúan la “gesta” de la Copa de la España libre a una altura casi similar a la de 2012, cuando el equipo levantino se clasificó para jugar la Europa League. Asimismo, el campeonato logrado en plena guerra por jugadores como Dolz, Gaspar Rubio, Calpe, Botella y los Puig “fue la coronación de un lustro de éxitos”.
Los autores destacan que la Copa se adaptaba a las circunstancias de un país en conflicto bélico: una liguilla con partidos de ida y vuelta, iniciada el 6 de junio, que concluiría con la final entre los dos mejores; y el mejor fue el Levante, que venció en el estadio de Sarrià (propiedad del RCD Español) al Valencia, el 18 de julio de 1937, por un gol a cero, marcado por Nieto.
¿En qué contexto se produjo el triunfo? La ciudad de Valencia se había convertido en capital de la II República española durante 11 meses, entre noviembre de 1936 y octubre de 1937; con motivo del 80 aniversario, en 2017, la Universitat de València acogió una exposición sobre la capitalidad (Tot està per fer); Madrid se hallaba bajo el asedio fascista y, tras el traslado a Valencia (decisión adoptada por el Gobierno de Largo Caballero), la condición de capital republicana pasó a Barcelona.
Los comisarios de la exposición, Mireia Ferrer, Toni Morant y Javier Navarro, describen -en el catálogo- un panorama marcado por “la progresiva escasez de alimentos, las colas del pan, las cartillas de racionamiento o la cría de pollos y conejos en balcones y terrazas, contra la que advertían los bandos municipales”.
Desde comienzos de 1937, subrayan los investigadores, los bombardeos fascistas causaron el desastre en el distrito marítimo y el centro de la ciudad, a la que llegaban miles de personas refugiadas. El edificio del Ayuntamiento -en la plaza de Emilio Castelar- devino sede de las Cortes republicanas; la ciudad acogió, asimismo, junto a Madrid, Barcelona y París, el II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura.
La Historia del Llevant UD (Ed. L’Oronella, 2009), de Felip Bens y José Luis García Nieves, reproduce la fotografía publicada en el diario La Vanguardia del once campeón de Copa: Valero, Calpe, Olivares, Dolz, Calero, J. Rubio, Puig II, Nieto, Martínez Català, Gapar Rubio y Fraisón.
Los autores recuerdan que el eco en la prensa republicana no fue excesivo, ya que estaban más centrados en otras informaciones, por ejemplo la batalla de Brunete en el frente de Madrid (el día del triunfo levantinista, el presidente de la República, Manuel Azaña, pronunció un discurso en el Paraninfo de la Universidad valenciana).
En la obra en tres tomos, Bens y García Nieves destacan ejemplos de la vinculación entre la guerra y el fútbol; como Agustín Dolz, soldado republicano en el frente de Teruel, que tuvo acceso a permisos para poder jugar los partidos; también a medio camino estuvo el futbolista Salvador Artigas (no jugó contra el Valencia en Sarrià), aviador y oficial en el Ejército Popular, quien -finalizada la guerra -estuvo interno en el campo de refugiados de Gurs (Francia); o el delantero Martínez Català (aviador republicano).
Hasta el 3 de septiembre puede visitarse en el Museo Valenciano de Etnología de la Diputación de Valencia, la exposición De granotes, gats i palmeres, sobre los orígenes del Levante UD; fundados al principio del siglo XX (1909), el Levante FC y el Gimnástico FC fueron dos clubes pioneros en Valencia, que se unieron en 1939 (Unión Deportiva Levante-Gimnástico) y en 1941 dieron lugar al Levante UD, tal como hoy es conocido. El primer ascenso de los granotas a primera división se produjo en la temporada 1962-63.
Los paneles informativos también destacan los nexos entre el conflicto bélico y el balompié; así, el inicio de la guerra no implicó la suspensión de los campeonatos; “primero, para dar sensación de normalidad, y después porque se pensaba que el alzamiento militar sería rápidamente sofocado; los clubes de la ciudad se proclamaron fieles a la República”.
Sin embargo en 1937, la división del país en dos zonas -republicana y fascista- hizo imposible que se jugaran las competiciones estatales; se continuaron disputando los campeonatos regionales, la Liga del Mediterráneo y la Copa del Presidente de la República, además de partidos con los que recabar fondos para los hospitales o las milicias.
Fuente → rebelion.org
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