
Hoy la historiografía científica ha demostrado que hubo un golpe militar y que una democracia nunca es responsable de un golpe militar, ni tampoco un gobierno legítimo, electo en unas elecciones democráticas como las de febrero de 1936, puede ser calificado como un bando.
Pretendo cuestionar el término de guerra civil y sustituirlo por el más adecuado de la guerra de España. Tal cambio terminológico me lo ha sugerido el libro del historiador David Jorge Inseguridad colectiva. La sociedad de Naciones, la Guerra de España y el fin de la paz mundial, prologado por Ángel Viñas.
Obviamente hubo una guerra civil, entre españoles que lucharon en diferentes ejércitos, pero no solo.
Es clara la dimensión internacional de nuestra guerra de España, sin la cual ni el inicio, ni el desarrollo ni las consecuencias hubieran sido las mismas.
Recurriendo de nuevo a David Jorge, el término impuesto de «guerra civil» responde a unas razones determinadas, sobre todo del Reino Unido. Concretamente, fueron tres. Primero, preservar los intereses económicos y geoestratégicos del Imperio Británico, como en Riotinto, Gibraltar y Baleares. Segundo, según avanza la guerra, a Londres le interesa justificar la No Intervención.
Quiso venderla como un éxito alegando que había logrado limitar el conflicto, a pesar de ser internacional, a las fronteras españolas. Terminada la Segunda Guerra Mundial, finalmente, fue cuando más se enfatizó la idea de la Spanish Civil War. Servía perfectamente para separar la guerra española de la mundial y, así, justificar que los Aliados no procedieran a liberar la España de Franco después de hacer lo propio con Italia, Alemania y Japón. La actuación de los aliados en estos momentos fue lamentable ya que sirvió para consolidar la dictadura franquista.
Lo que le llevó a Indalecio Prieto a decir que la República fue vencida dos veces: por el fascismo en 1939 y por los aliados en 1945. Las secuelas siguen latentes hoy en España.
La situación de España en relación con el fascismo es anómala. El contraste con el resto de Europa es desolador. En Europa como el fascismo fue vencido, se hizo un juicio legal a los criminales y se desarrolló una memoria histórica. Aquí los criminales fascistas ni fueron vencidos ni fueron juzgados. Y así el franquismo sigue vigente en amplios sectores de la sociedad española, con 52 diputados en el Congreso. Y toda nuestra Transición estuvo condicionada por esta circunstancia. El contraste de España en la Transición con la Italia de después de la Segunda Guerra Mundial es desolador.
Santiago Alba Rico en su artículo Patriotismo constitucional y derecho a la fragilidad cita la intervención impresionante del diputado italiano Piero Calamandrei en la sesión de la Asamblea Constituyente del siete de marzo de 1947 en el acto de fundar la República social italiana:
«Creo que nuestros descendientes sentirán más que nosotros, dentro de un siglo, que de nuestra Constituyente nació realmente una nueva historia: y se imaginarán que en nuestra Asamblea, mientras se discutía de la nueva Constitución republicana, sentados en estos escaños no estábamos nosotros, hombre efímeros cuyos nombres serán borrados y olvidados, sino todo un pueblo de muertos, esos muertos que nosotros conocemos uno a uno, caídos en nuestras filas, en las prisiones y en los patíbulos, en montes y llanuras, en las estepas rusas y en las arenas africanas, en mares y desiertos, desde Matteotti a Rosselli, desde Amendola a Gramsci, hasta nuestros muchachos partisanos. [...]
Ellos murieron sin retórica, sin grandes frases, con simplicidad, como si se tratase de un trabajo cotidiano que cumplir: el gran trabajo necesario para devolver a Italia la libertad y la dignidad. (...) A nosotros nos corresponde una tarea cien veces más llevadera: la de traducir en leyes claras, estables y honestas su sueño de una sociedad más justa y más humana, el sueño de una solidaridad que una a todos los hombres en esta obra de erradicar el dolor. Bastante poco, en realidad, piden nuestros muertos. No debemos traicionarlos».
Fuente → diaridetarragona.com
No hay comentarios
Publicar un comentario