¿Existe el nacionalismo español?
¿Existe el nacionalismo español?
Víctor Clemente Sanjuán 
 

En las dos últimas décadas, el panorama político español se ha caracterizado por la convulsión . Entre las múltiples variables que configuran esta realidad, una de ellas es la confrontación entre el centro –Madrid– y las zonas periféricas, algunas de las cuales tienen una identidad propia y diferenciada.

En España existen diferentes nacionalismos , entre ellos el catalán o el vasco. También existe un nacionalismo español de origen castellano . Este nacionalismo ha estado muy arraigado en la política española desde la época de la Restauración en la segunda mitad del siglo XIX.

De hecho, las alusiones a los nacionalismos periféricos y sus reivindicaciones son constantes, mientras que apenas hay referencia al nacionalismo español.

¿Significa esta “invisibilidad” que en España no existe un sentimiento de identidad de toda la nación que se oponga a los nacionalismos regionales? Para descubrir la respuesta a esa pregunta, solo necesitamos repasar un poco de historia.

En el siglo XV se habían unificado los Reinos de Aragón y Castilla y se había iniciado el proceso de expansión hacia América, encabezado por la Corona de Castilla. En ese momento, solo podemos identificar una cierta identidad “prenacional” que está más relacionada con la lealtad a la Monarquía española y al Imperio español que con una línea de pensamiento que tenga que ver con un concepto nacional de España.

¿Cuándo surge la idea de España como una sola nación?

Fue en el siglo XIX cuando realmente surgió una corriente de pensamiento que promovía la unidad e identidad de España como nación única e indivisible. Esto se produjo en un contexto de malestar social tras la guerra interior peninsular y la traumática pérdida de las colonias americanas. Lo propusieron figuras como los políticos españoles Antonio Cánovas del Castillo y Juan Donoso , entre otros.

Las ideas de centralismo y unidad territorial de España fueron una parte significativa de esta ideología. El patriotismo y la defensa de la nación también fueron centrales, al igual que el catolicismo y el tradicionalismo, reforzados por una oposición a corrientes más liberales que promovían la modernización de España. Estos fueron percibidos como una amenaza para la identidad y el tradicionalismo español.

Este sentimiento de identidad española se reforzó durante la dictadura franquista de 1939-1975. El franquismo utilizó los conceptos ideológicos del nacionalismo español para justificar su régimen autoritario y centralista, así como una dura represión contra cualquier forma de disidencia política o reivindicación de autonomía regional.

Como era de esperar, durante la transición democrática (1976-1982) se produjo un fuerte resurgimiento de la identidad regional en Cataluña y el País Vasco. Esto exigió mayores cantidades de autonomía y autogobierno. Frente a esto, no hubo una reacción significativa del nacionalismo español, debilitado por su proximidad ideológica al régimen franquista.

Sin embargo, la consolidación de la democracia y la superación de la dictadura franquista -a partir de los años 80- supuso el fortalecimiento de nuevas corrientes políticas. Estos comenzaron a reivindicar con más vehemencia la identidad nacional y la unidad territorial de España, haciéndolo en oposición a los movimientos nacionalistas periféricos.

¿El sentimiento nacionalista es siempre de derecha?

Entre los partidos políticos que defienden con gran intensidad el nacionalismo español se encuentra el Partido Popular de Jose María Aznar, así como varios grupos de extrema derecha.

Pero es importante señalar que el nacionalismo español no es un fenómeno exclusivo de la derecha política. Hay líneas de pensamiento nacionalistas de izquierda que también defienden la identidad y la unidad de España. Sin embargo, lo hacen desde una perspectiva más amplia de diálogo.

El mandato de Aznar (1996-2004) se caracterizó por situar el nacionalismo español en el centro de la escena política. Su gobierno puso en marcha iniciativas que supusieron un cambio sustancial en el contexto político español.

Entre las más destacables está la ruptura, por parte del Gobierno español, del equilibrio establecido por el Título VIII de la Constitución , que fijaba distintos niveles competenciales entre las comunidades autónomas históricas (Cataluña, Galicia y el País Vasco) y el resto de comunidades autónomas españolas . La Constitución de 1978 diferenciaba entre aquellas comunidades que tenían un estatuto de autonomía anterior a la Guerra Civil española y las que no. Y les dio a estos tres más poder para decidir sobre sus territorios.

But the application of article 152 culminated in a policy of transfer of power that practically equated the competences of all communities.

Likewise, some other political initiatives have brought about a feeling of unfair treatment and contributed to a spiral of demands by the Catalan and Basque governments, which wish to maintain special status within the Spanish autonomous framework. These initiatives include the consolidation of a Spain that spreads in a radial manner out from Madrid, the tax policy of the Community of Madrid – more lax than in other communities – and the lack of investments in the Mediterranean region.

Finalmente, a partir de 2010 y coincidiendo con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña , se inicia una etapa muy convulsa de la política española, caracterizada por un fuerte enfrentamiento político entre los distintos nacionalismos.

El sentimiento de identidad de los últimos años

El “Procès” (Proceso Catalán por la Soberanía; 2010-2017) se convirtió en una espiral de confrontación entre el nacionalismo catalán y el nacionalismo español. El primero quería ser reconocido como actor político con derecho a la autodeterminación. Mientras que el segundo negó cualquier posibilidad de negociación, utilizando todos los mecanismos del Estado a su alcance para impedir que se realizara el referéndum el 1 de octubre de 2017.

Es en este contexto de “respuesta al independentismo catalán” en el que hay que señalar el crecimiento significativo de un sentimiento de identidad española en los últimos años. También a partir de ese hecho nació la puesta en marcha –desde los partidos conservadores, liberales y radicales de derecha de España (PP, Cs y Vox)– de políticas y campañas dirigidas al enfrentamiento con los nacionalismos periféricos.

Pretenden reforzar los principios de centralización, identidad nacional y unidad territorial, principios tan propios del sentido identitario de España .


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