
En recuerdo de los estudiantes antifascistas José Luis Montañés Gil y Emilio Martínez Menéndez, asesinados por la policía franquista en Madrid en 1979
El 13 de diciembre de 1979 se celebraron manifestaciones en Madrid para denunciar esta leyes. Una por la mañana, a la que asistieron más de 100.000 estudiantes. Por la tarde los estudiantes confluyeron cerca de la Glorieta de Embajadores con una manifestación sindical contra el Estatuto de los Trabajadores, que se discutía en las Cortes y rechazado por CCOO; mezclados gritaban: “Todos unidos, estudiantes y trabajadores”. La policía cargó a porrazo limpio. Hacia las 9 de la noche antidisturbios y francotiradores, desde azoteas y tejados dispararon a placer. La dotación policial de un Land Rover disparaba botes de humo, balas de goma.. y fuego real. Hubo varios heridos. Emilio Martínez Menéndez, 20 años, y José Luis Montañés Gil, 23, cayeron abatidos bajo las balas entre el asfalto y la mentira. José Luis murió en el acto, una de las balas le atravesó el cuello en diagonal. A Emilio la bala le afectó el corazón y el diafragma. Sus compañeros los llevaron en taxis al Hospital Provincial. José Luis ingresó cadáver. Emilio murió en el quirófano, se le extrajo una bala que se comprobó había sido disparada por el policía nazional Manuel Ortega García.
Esa noche empezó a hilvanarse la sarta de mentiras. Suárez dijo que la policía no había disparado. El gobierno civil y los medios aseguraron que el jeep había sido rodeado y apedreado por estudiantes. Era mentira. Emilio y José Luis cayeron a más de 25 metros de ese jeep. Ninguno de los heridos de bala lo fue a menos de 50 metros del vehículo. Además, 6 antidisturbios declararon haber hecho más de 20 disparos de ráfaga, no comprendían que fuera malo. En el costado de un autobús de la EMT aparecieron decenas de orificios de bala a la altura de la cabeza de los manifestantes. Los antidisturbios reían metiendo sus dedos en los balazos del bus, chapoteando con sus botas en los charcos de sangre dejados por los estudiantes muertos.
El jeep con los policías “agredidos” pasó junto al río Manzanares donde recogieron piedras para aportarlas como prueba. Además se presentaron en los centros sanitarios para apoderarse de las balas extraídas a los heridos. Quién sabe en qué manos podían caer. TVE negaba que Emilio Martínez y José Luis Montañés fueran estudiantes, José Luis Montañés era alumno de notable aprovechamiento, como acreditó el decano de su facultad de Sociología. Apareció Ibáñez Freire insultando a los asesinados. Se insinuó que las 70.000 pesetas que José Luis llevaba en una mochila procedían de la URSS, ETA o Jomeini, eran para armas o quien sabe. El dinero era de la recaudación diaria de la agencia de viajes Marsans en la que Jose Luis trabajaba. Los políticos “democráticos” de aquella “transición” https://wp.me/P7ZWPl-5qb hablaron de un plan de “guerrilla urbana”.
El juez instructor solicitó el procesamiento de 3 policías, uno de ellos reconoció haber disparado 8 veces al aire, sus balas hirieron a Luis Sáenz Robles en una rodilla y a Esteban Montero en el cuerpo. La turista británica María Patricia McAnurty recibió un impacto de bala. Todos estaban lejos de cualquier jeep. Cuando, el día de la reconstrucción de los hechos, la autoridad judicial desapareció, los policías amenazaron e intimidaron a los testigos, y destrozaron a patadas el pequeño túmulo construido con velas en el lugar donde cayeron muertos los 2 jóvenes. Muchos testigos echaron por tierra los testimonios de la policía y de los medios de comunicación del régimen. El juez comprobó que las balas de los heridos eran de las pistolas de los policías.
El caso pasó a 2 magistrados de la Audiencia Provincial, uno había sido gobernador civil de Sevilla con Franco, donde manifestó que “Hago poco, pero duro”. El magistrado presidente lucía ostensiblemente la bandera franquista en su chaqueta. Denegaron el procesamiento y archivaron el caso. Ningún policía fue condenado, habían cumplido con su deber. El 14 de diciembre de 1979, Felipe González pidió en el parlamento que se dotara a la policía de más medios y material antidisturbios.
Emilio Martínez y José Luis Montañés no pertenecían a ningún partido, así que no tienen placas, ni recuerdos. Fue otro de los crímenes de los años 75-82 de la “transición” Sangrienta que quedaron impunes; años de indignación por los asesinatos, por su ocultación y manipulación informativa. Ningún policía ni los responsables políticos, asumieron responsabilidad alguna, ni fueron condenados por las 151 muertes violentas que cometieron. Pero Emilio y José Luis siempre estarán en nuestra memoria.
Entrevista a Alfredo Grimaldos: La transición la comandaron los franquistas y se incorporaron los que estaban locos por trincar from La Entrevista del Mes on Vimeo.
Documentos: Público (Teresa Sotillo, Meky Núñez y Pilar Navarro). Fundación 1 Mayo. Sapiens.cat. Nodo50 (C.N.A). Unidad Cívica por la República (Alfredo Grimaldos). Nueva Revolución (Angelo Nero). Y los libros, La transición oculta (Luis Miguel Sánchez Tostado) y La sombra de Franco en la Transición (Alfredo Grimaldos)
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