Las elecciones del 23J y la República de Weimar

'Las elecciones del 23J y la República de Weimar
Francisco María del Río Sánchez

Francisco María del Río Sánchez nos ofrece una interante reflexión sobre las próximas elecciones generales, que te recomendamos.

El ciclo que comenzó en 2011 con el movimiento 15M provocó un desplazamiento de la ventana de Overton que dejó en los márgenes e incluso fuera de ella los valores conservadores y las políticas defendidas por las derechas. Según esta hipótesis teórica, la ventana señala los posibles planteamientos políticos que la opinión pública admite como aceptables en un momento dado. El desplazamiento que se había producido permitió la emergencia de Podemos y sus espectaculares resultados en las elecciones de 2015. Pero enseguida se produjo una reacción “concertada” de los poderes económicos y mediáticos, judiciales y políticos con el objetivo de revertir el desplazamiento de la ventana y situar en el centro de la misma los marcos políticos que interesan a las clase dominante. La continuada perseverancia de esta reacción ha quedado finalmente traducida en que gran parte la sociedad vea hoy como sensatas y populares las propuestas políticas que defienden las derechas. Y este desplazamiento nos coloca ante la real posibilidad de que la derecha y la ultraderecha ganen las próximas elecciones.

Las izquierdas, conocedoras de los marcos de sentido que la ventana contiene y que puede hacer asumibles las propuestas políticas, no han dado la batalla ideológica y cultural que podría haber evitado el desplazamiento de la ventana

Las izquierdas, conocedoras de los marcos de sentido que la ventana contiene y que puede hacer asumibles las propuestas políticas, no han dado la batalla ideológica y cultural que podría haber evitado el desplazamiento de la ventana. No ha sido así desde el Gobierno. Por mencionar algunos aspectos: no ha habido una ley de Medios que favorezca el pluralismo informativo frente al duopolio mediático; la televisión pública, de manera sorprendente, se ha dejado en manos de la derecha, y la enseñanza privada-concertada (en manos de órdenes religiosas muy mayoritariamente) ha incrementado su presencia en detrimento de la pública.

Desde el movimiento feminista y una parte de la izquierda, además de asociaciones y grupos, se está pretendido encomiablemente evitar que el desplazamiento de la ventana deje fuera buena parte de las propuestas que se situaban en la centralidad en el ciclo anterior. Las movilizaciones feministas y LGTBQ, algunos medios digitales, Canal Red (también algunxs políticxs del entorno de Podemos) lo pretenden, pero muy alejados aún del resultado deseado.

La renuncia a la batalla ideológico-cultural hace más fácil el discurso de las derechas y la posibilidad de alcancen la mayoría en las próximas elecciones es más que real.

En los últimos días hemos contemplado atónitos cómo el presidente del Gobierno ha cuestionado las políticas feministas desarrolladas por el ministerio de Igualdad. Y de la misma manera hemos asistido a los vetos impuestos al equipo del ministerio de Igualdad para que ocupen puestos de salida en las candidaturas de Sumar. Todo indica que el desplazamiento de la ventana (así lo indicó el presidente al referirse a datos demoscópicos) está dejando fuera planteamientos feministas que han movilizado a millones de mujeres en todos los territorios del Estado. El retroceso también se estaba produciendo en otros temas: gasto militar, guerra de Ucrania, mantenimiento de la ley Mordaza, inmigración, etc. que sin duda responden al deseo de mantener la aceptación electoral en el nuevo marco de los planteamientos aceptables en los que se sitúa la ventana de Overman. La renuncia a la batalla ideológico-cultural hace más fácil el discurso de las derechas y la posibilidad de alcancen la mayoría en las próximas elecciones es más que real.

Las libertades democráticas y los derechos civiles fueron eliminados. Es sabido lo que sucedió después

En 1933, el presidente de la República de Weimar, Hindenburg, quiso que el canciller del Gobierno, dominado numéricamente por los conservadores y solo dos ministros nazis, fuese A. Hitler. En unos años tomaron el control del Estado y la sociedad, cambiaron leyes y ejercieron la violencia política contra sus oponentes. Las libertades democráticas y los derechos civiles fueron eliminados. Es sabido lo que sucedió después.

El partido de la ultraderecha, Vox, pretende ilegalizar partidos, derogar leyes y eliminar las comunidades autónomas. En la lona que han colocado en una calle de Madrid anuncian su intención de echar a la basura a millones de ciudadanos: a los que se identifican con el feminismo, con el movimiento LGTBQ, con el independentismo o algunos grupos de izquierda. El presidente de ese partido aspira a ser vicepresidente de Gobierno. El momento histórico, la situación económico-social y el contexto bajo el que las derechas dieron el poder a los nazis es muy diferente al actual. Pero en los años 30, la ventana de Overman se había desplazado de tal manera que hizo posible la dictadura nazi.

Renunciar o ponerse de perfil en la batalla político-cultural es dejar el marco de lo posible en los planteamientos de las derechas, y así no se podrá mantener el gobierno de coalición progresista. Queda unas semanas y se va tarde, demasiado tarde.

Renunciar o ponerse de perfil en la batalla político-cultural es dejar el marco de lo posible en los planteamientos de las derechas, y así no se podrá mantener el gobierno de coalición progresista. Queda unas semanas y se va tarde, demasiado tarde. Con solo el temeroso anuncio de la llegada de las derechas no se podrá convencer a la ciudadanía de la necesidad de revalidar las políticas sociales de estos últimos cuatro años.

El PSOE ya tiene decidida su hoja de ruta: aspira a mantenerse aunque no consiga reeditar el gobierno. Si pueden, tratarán de absorber el espacio a su izquierda presentándose como el muro de contención de las derechas. Pero SUMAR aún es una incógnita. Si no se plantea la necesidad de que la opinión pública perciba como aceptables y sensatas las ideas y planteamientos políticos que antes se situaban en el centro de la ventana, si la ciudadanía no entiende como necesaria su presencia en el gobierno para continuar avanzando en derechos, si se limita a intervenir en los marcos impuestos en el debate político, se quedará como una copia del PSOE y lejos del objetivo de ampliar los apoyos que UP tenía.


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