El voto femenino como de clase en la República
El voto femenino como de clase en la República
Eduardo Montagut 
 
El voto femenino que generó debate interno, aunque es incuestionable que sin el voto socialista hubiera sido imposible que se hubiera aprobado este reconocimiento en el Parlamento.

Entre los artículos y columnas que se publicaron en El Socialista en relación con el voto femenino desde los años de la Dictadura de Primo de Rivera hasta la Segunda República con el reconocimiento constitucional del mismo, y sus posibles consecuencias, hemos encontrado un texto publicado en febrero de 1932, es decir, una vez ya aprobada la Constitución de 1931 que permite ahondar en el objetivo que se marcaron los socialistas para conquistar el voto de las mujeres, un reto, como en otro lugar hemos estudiado.

Al parecer, ante el reconocimiento del derecho al sufragio femenino las derechas habían iniciado muy pronto campañas para conseguir el voto de la mujer. Para El Socialista el mérito de este reconocimiento era socialista, cuestión que, como sabemos, es más compleja, ya que el voto femenino que generó debate interno, aunque es incuestionable que sin el voto socialista hubiera sido imposible que se hubiera aprobado este reconocimiento en el Parlamento. El artículo no cuestionaba el derecho de las fuerzas conservadoras para emprender esta campaña, pero eso debía ser estímulo para que los socialistas entendieran que había que contrarrestarla con otra propia. Los socialistas tendrían un nuevo deber, siempre según el artículo, que era orientar a la mujer para que emplease su deber “convenientemente”. Sin lugar a dudas, se mantenía un evidente paternalismo en el texto, como si la mujer fuera menor de edad en cuestión de ciudadanía.

Si las derechas iban a emplear el argumento religioso (“fanatismo religioso”) en la mujer, los socialistas tenían otro bien distinto. El voto tendría un valor económico, de clase. Un gobierno podía mejorar o empeorar las condiciones de vida de los hijos. Dependiendo de la orientación política de la Administración del Estado, de las Diputaciones y de los Ayuntamientos la casa donde se vivía podía ser más espaciosa e higiénica, que estuvieran satisfechas las necesidades de una familia, que la enseñanza estuviera mejor atendida, que no se cerniese el peligro de la guerra sobre los hijos. Este era, pues, el sentido que había que dar a la propaganda política femenina en favor del PSOE.

Hemos consultado el número 7173 de El Socialista. Al respecto de la idea de reto en relación con el voto femenino tenemos publicado en El Obrero un artículo titulado, “El reto socialista ante el reconocimiento del sufragio femenino en 1931” (octubre del año 2018).


Fuente → nuevarevolucion.es

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