
En el movimiento libertario había una tarea pendiente que pasaba por ir sacudiéndose mitos y lugares comunes para dar paso a una historia desde abajo. Era necesaria ya una mirada realizada no como confrontación entre facciones, sino con el objetivo de explicar con documentos y entrevistas la evolución del movimiento libertario.
En los últimos tiempos han ido apareciendo trabajos que ponen encima de la mesa temas más o menos polémicos pero con enfoques rigurosos. Estos textos, independientemente de las posturas de partida con las que se lean, son buenas herramientas para comprender el pasado y presente de un movimiento como el libertario que todavía nos sigue movilizando a muchas personas.
Podemos hablar de trabajos como Ángel Pestaña, falangista. Anatomía de una mentira histórica, de Sergio Giménez; la crítica a la pedagogía libertaria de Ani Pérez Rueda en Las falsas alternativas; Historia de la FAI – El anarquismo organizado, de Julián Vadillo o, en catalán, ERAT, l’exèrcit de SEAT, que arroja mucha luz sobre un personaje clave en el Caso Scala, Joaquín Gambín.
Entrevistamos para Ser Histórico a Héctor A. González Pérez poco después de que se publicara El caso Scala y otras leyendas del anarcosindicalismo durante la transición. Héctor es uno de los Seis de La Suiza y doctor en Historia por la Universidad de Oviedo. Ha publicado varias investigaciones sobre el anarcosindicalismo en la transición en diferentes revistas y obras colectivas. Asimismo, es autor de la monografía La CNT asturiana durante la transición española.

¿Cómo conseguiste la entrevista con Rodolfo Martín Villa? ¿Lograste lo que esperabas de una entrevista así? La supuesta bestia negra del anarquismo no parece que tuviera demasiada animadversión por la CNT, ni antes ni ahora e, incluso, tuvo una relación epistolar con Diego Abad de Santillán, un anarquista histórico.
La entrevista con Martín Villa la conseguí a través de un compañero de las Juventudes Libertarias y cuyo padre era militante del PSOE. Martín Villa se prestó de muy buena gana a una entrevista relacionada en principio con el sindicalismo en la Transición. No lo logré con Alfonso Guerra. ¿Logré lo que esperaba? Con gente tan bregada uno no puede esperar absolutamente nada. Pero sí que fuí capaz de sacar cómo fue el comienzo de su relación con Diego Abad de Santillán: los dos son del mismo pueblo de León, Santa María del Páramo.
Martín Villa conocía a Abad de Santillán por su estudio sobre el sindicalismo y decidió aprovechar un viaje oficial a Argentina para entablar contacto y regalarle un libro sobre sindicalistas españoles. Es entonces cuando comienza una relación epistolar, que se recoge en el libro, para contextualizar cómo contactaron: un viejo exiliado que piensa que puede influir en un ministro franquista y una relación paternalista por parte de Martín Villa, quien incluso le ofrece sufragarle el viaje de vuelta a España. Después de escándalos como la ejecución de Puig Antich, al régimen le interesaba dar una imagen aperturista. Y para ello qué mejor que traer e integrar a personajes como Abad de Santillán.
Por otra parte, las declaraciones de Martín Villa dejan claro que no le interesaba demasiado la CNT del año 74 y 75, ya que apenas existía en comparación con CCOO. Otra cosa es que, según avanzan los acontecimientos, sí que creo que hubo una preocupación por parte del Ministerio del Interior con la CNT, por la oposición a los Pactos de la Moncloa o la Huelga de Gasolineras de Catalunya, que logró un acuerdo que hasta superaba el tope salarial. Creo que la guerra sucia contra CNT tuvo que ver, sin tener yo pruebas, con el “súper-comisario” Roberto Conesa.
Después del V Congreso de la CNT y la escisión conocida como CNT-Congreso de Valencia la revista Polémica entrevistó a José Bondía (CNT-AIT) y Chema Berro (CNT-CV). En ellas ni se nombra el Caso Scala. ¿Cuándo te das cuenta de que el Caso Scala tenía muy poca prioridad explicativa en los problemas de la CNT de finales de los 70? ¿Qué te motivó a investigar y publicar este libro?

En mi caso, la explicación clásica que se da del Scala, la veía con alguna laguna. Pero al leer sobre la CNT en la Transición, se ve que hay miga, que hay mucha tela que cortar, pero al Caso Scala le da un papel importante. Y cuanto más investigas sobre CNT en la Transición y, sobre todo, cuando empiezas a darle importancia a la memoria oral, hay algunas cosas que te empiezan a saltar.
Al igual que otros investigadores que han ido ponderando la cuestión del Scala, yo empiezo a ver tres elementos: al trabajar la historia local, en mi caso la de la CNT asturiana, empecé a documentarme y ví que, en todas las historias locales, el Scala no sale en ningún texto ni en las entrevistas que yo hago. Otro elemento: los textos de la época no hablan del Scala. Si lees a Juan Gómez Casas en 1984, dedica una sola página. Por último, en el movimiento obrero y la clase trabajadora se observan desde la Transición unas dinámicas generales en las que encaja también la CNT. El mito del Scala se cae así como un castillo de naipes al ver que hubo una crisis general del sindicalismo, sin casos Scala, y una crisis que fue incluso menor en la CNT, como reflejo en el libro.
Publiqué artículos para congresos y un capítulo de la tesis y al final decidí dedicar un libro específico al tema. Pero ojo, el título es “El caso Scala y otras leyendas del anarcosindicalismo durante la transición”. La idea original del libro era todos los mitos y leyendas del anarcosindicalismo español en esa época. El Scala es el principal, junto con las elecciones sindicales, pero no era el que me daba el origen al libro. Por motivos editoriales se cambió el título, que era “Del mito a la realidad”.
Reflejas los trabajos de un personaje clave como Juan Gómez Casas, creo que pasas de puntillas por la figura de un personaje muy problemático como Enric Marco y haces una reivindicación de la figura de Jose Bondía. ¿Bondía ha sido uno de los grandes mitos de los sectores vinculados a CNT-AIT? ¿Más incluso que los Grupos de Afinidad Anarcosindicalistas (la “CNT Paralela”) expulsados en CNT-Congreso de Valencia?
Los trabajos de Gómez Casas son fundamentales. Yo recomendaría empezar por “El relanzamiento de la C.N.T: 1975-1979: (con un epílogo hasta la primavera de 1984)”. El Scala no era una preocupación, el tema de la violencia sí. Las cuestiones generacionales también eran importantes. Es una obra de obligada lectura ya que analiza los espacios de toma de decisiones de CNT, los Plenos, tanto a nivel regional como a nivel estatal. Diría más, la primera obra que hay que consultar es “El relanzamiento…”, si alguien quiere indagar en esta cuestión.
Enric Marco… Paso por encima, pero no por ser una persona conflictiva. Hay que tener en cuenta dos cuestiones. El primer factor es que las personas hacen Historia y contribuyen a la formación de la Historia. Aunque uno intente no personalizar las situaciones que se van dando, hay veces que hay que poner gente que ejemplifique las posturas. A pesar de haber sido Secretario General de Cataluña y luego de toda la Confederación, creo que en este tema Marco tiene mucha menos relevancia que otros compañeros, como por ejemplo Gómez Casas, Chema Berro, Sebastián Puigcerver o Frances Boldú, que estaban con él en el Comité Nacional. Era un activo militante y fue detenido en la huelga de gasolineras, donde recibió una paliza. Puede que demos más relevancia a Marco por lo sucedido posteriormente con la Amical de Mauthausen.
José Bondía… A veces tengo esa duda de si se está reivindicando la figura de José Bondía. Nada más lejos de mi intención, pero no escribo con intención de denostarlo. Lo que trato de hacer es que “hable la Historia” y, cuando accedo al relato general, los relatos concretos y la documentación disponible, más la memoria y testimonios orales de mucha gente, planteo reflexiones sobre lo que pudo pasar. Y ves que lo que se ha dicho de Bondía no tiene sentido. Se llegó a plantear que tuvo mucho dinero y no lo parece. Se le usa como una excusa. Tuvo una actuación que pudo ser discutible por las formas y fondo, pero creo que no se vendió al PSOE o a los servicios secretos.
Y sí, los llamados Paralelos o “CNT Paralela” (los Grupos de Afinidad Anarcosindicalistas) tuvieron un recorrido muy corto. Fue un papel menor, ya que CNT-AIT gana en el V Congreso y mucha gente es expulsada o abandona el sindicato. El principal problema con Bondía es que no se lo esperaban, el momento en el que Bondía cambia de postura era un momento de más debilidad y que no se vio venir. Y hay un factor fundamental: que la CGT, más allá del odio que pueda despertar en CNT-AIT, se sabe que sindicalmente ganaron la batalla, más allá de la renuncia a ciertas ideas. CNT-AIT se queda con las siglas pero a nivel sindical ganó CGT.

Fuente → serhistorico.net
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