La Marcha "cero" de la Retirada

La Marcha "cero" de la Retirada
Elsa Osaba Bailo


 

Desde la mañana del 26 de abril de este año, se cocía una gran ilusión en la sede de CCOO de la calle Layetana de Barcelona. Era el sitio de encuentro de numerosos caminantes, hijos, familiares, amigos bajo banderas republicanas. Era, así mismo, el punto de partida de la Marcha 0 de la Retirada dedicada a la Memoria de nuestros padres y demás familiares, que escenificó el mayor desastre de este país en 1939: el Exilio de medio millón de españoles, tras los bombardeos fascistas de la última y resistente ciudad de Barcelona. En esa mañana de marcha contra el Olvido, el sol nos acompañó y las centrales sindicales CCOO y UGT, nos recibieron en sus sedes. Nos animaban, se congratulaban del proyecto y se solidarizaban con él y con los participantes.

Puestas en fila, en cabeza, seis y siete voluntarias sostenían la pancarta tricolor ordenadas, la cabeza alta. Detrás iban con orgullo, fieros, mucho más de un centenar de empecinados memorialistas de distintos lugares de España y muchos hijos del Exilio francés. A medida que pasaron las etapas, aumentaban los participantes. Recorrimos las calles de Barcelona, acompañados por refuerzos de su policía motorizada.

La idea creadora de la Marcha de la Retirada surgió entre organizadores y participantes de otra no menos notable marcha memorialista de la triste y sangrienta Desbandá que fue la huida de andaluces desde Málaga a Almería. Aquellos que tuvieron que abandonar sus casas, tierras, pueblos, huyendo con lo puesto…Era una población civil indefensa ante los ataques genocidas de los sublevados militares con Queipo de Llanos a la cabeza. Eran los ataques mortales de los barcos Canarias; del Baleares y del Cervera de indigna memoria. Los habitantes malagueños fueron obligados a huir protegiendo a sus ancianos, a sus hijos. Fue la masacre de esa evacuación de una población civil, la mayor habida hasta entonces, que la Historia ha sacado a la luz, con fotos, testimonios, documentos… Fue el ensayo de lo que vendría después en: Guernica, Madrid, Barcelona. Antes fue el horror de las ejecuciones, asesinatos de más de 4000 indefensas personas, acaecidos en Badajoz bajo la responsabilidad del sangriento General Yagüe…).

 

 

En la retina de los sobrevivientes quedaron grabadas el caos de esas columnas humanas. En sus oídos permanece el estruendo de las bombas, cañonazos y el ruido de los aviones felones. Sus relatos estremecedores dan paso a imágenes de adultos esparcidos por los caminos, niños perdidos, desamparados; abuelos desvalidos, desesperados… Todos soportando aquella agresión criminal por tierra, mar y aire… El tiempo no da paso al olvido, ni al perdón. Y con esas Marchas numerosas, que se han ganado el respeto por su dignidad, irreductibles en su lucha avanzamos.

Y la siguiente generación con sus marchas denuncian, desde hace siete años, la falta de Justicia y de Reparación, que los distintos gobiernos y el Estado niegan a las víctimas de la Desbandá y otras, que sigue y sigue con nuestra Memoria que no flaquea; resucita con cada generación. Se alimenta, se refuerza y no perdona. Aquí estamos. Nos verán, nos oirán…

Reivindicamos, que las ciudades bombardeadas en España, que causaron tantas víctimas civiles merecen el título de ciudades o pueblos mártires como ocurre en Europa, como Oradour sur Glane, en Francia, por poner un ejemplo.

Reflexionando sobre estas marchas vemos que son una manifestación más, que tienen los familiares, los memorialistas contra el Olvido, el Silencio presentes, silentes. Somos una voz que empañan esas leyes incompletas, insuficientes, que siguen desamparando a sus víctimas y protegen, aquí, a los verdugos (carta de expresidentes del Gobierno a la jueza María Servini de apoyo al imputado Martín Villa, por ejemplo; medallas que se mantienen a franquistas reconocidos; altos puestos a victimarios… ), un sistema definido como genocida judicialmente más allá de los Pirineos y que aquí se empeñan en mantener, ocultar, blanquear.

Estas marchas tienen un trasfondo humano que demuestran una vez más, que a las víctimas no les mueve la venganza, sino la necesidad legal de una Justicia inexistente en estos casos. ¡Qué generosidad no reconocida! No somos vengativos. Pero, seguiremos siendo la Verdad en nuestro país. Las Víctimas somos la Verdad. O la Verdad descansa sobre las víctimas. Somos una denuncia constante y vergonzante para el legislador. Y con estas marchas paseamos la Verdad, en este pobre país, escasamente democrático.

A las victimas nos queda la denuncia sistemática, continuada. Traspasamos esas finas paredes tejidas para la ocultación de lo que fue el terror ocasionado por una fuerte represión. No nos valen homenajes para foto oficial de cumplimiento de los políticos, que olvidan la presencia de Víctimas, que ya casi no quedan. Pero, la Memoria de hijos y nietos es inquebrantable.

Los memorialistas de la Retirada en Cataluña hemos sido recibidos por centrales sindicales; por la Alcaldesa de Barcelona; por la Generalitat; por alcaldes de varios pueblos de la carretera de Francia, de signo democráticos (cosa que envidiaban los compañeros de la Desbandá por la multitud de impedimentos en su tierra, desprecios de ayuntamientos andaluces de signo ideológico contrarios a la Memoria, o sea descendientes de los perpetradores de aquellos crímenes). Hemos sido guiados por memorialistas del lugar a través de cementerios catalanes, que desgranaban la vida, el sacrificio, la “Dignidad” de las distintas figuras que allí reposaban para la Historia. Los hemos podido honrar con silencio respetuoso; con canciones; con flores; con emoción. Hemos visitado Memoriales diversos… Los de Madrid- esa capital de España con pocos, memoriales, algunos destrozado por alcalde de este Reino, o “supositorios” irrisorios como el de los deportados de toda España- ¡Qué envidia! Pensábamos en el espanto, dolor, desesperación de nuestros padres, de esos españoles que después serían considerados muchos como héroes de la Libertad en Europa.

Y también los hijos heredamos no sólo los valores ciudadanos de la República, entre ellos estaba el agradecimiento hacia esa Cataluña solidaria, de entonces y de ahora. Hubo palabras más o menos solemnes, pero todas llegadas desde el corazón. Se donó un cuadro. “Exiliados” de título. Se entregó a la Señora Alcaldesa de Barcelona en agradecimiento a la generosidad, solidaridad del pueblo catalán a todos los españoles llegados de todo este país durante la Guerra de España. La autora, la que suscribe cumplía así con recuerdos contados por sus padres y un gran número de familiares exiliados que compartieron techo, pan, ropa y también el hambre con este gran pueblo.


¡Pena que los míos no lo vieran! ¡Por Catalunya!¡ A por la próxima!


Fuente → loquesomos.org

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