El ‘no pasarán’ del CFC Clapton
El ‘no pasarán’ del CFC Clapton
Ricardo Uribarri

Un modesto club de fútbol de Londres se ha hecho conocido por utilizar como segunda equipación una camiseta con los colores de la bandera de la Segunda República española

 

Es heredero de uno de los clubes más longevos de Inglaterra, con 146 años de vida, y su campo, “The Old Spotted Dog”, es el más antiguo de Londres. Pero si por algo es más conocido el CFC Clapton es por tener como segunda equipación una camiseta con los colores de la Segunda República española, rojo, amarillo y morado, en rayas horizontales. Decidieron utilizar esos colores hace unos años, coincidiendo con el 80 aniversario del final de la Guerra Civil española, para rendir homenaje a los 2.500 hombres y mujeres de las Brigadas Internacionales que vinieron a España desde Gran Bretaña e Irlanda a luchar contra Franco. En la espalda de la camiseta un lema inequívoco: “No pasarán”.

El pasado 13 de abril se podía leer el siguiente mensaje en su cuenta de twitter: “¡¡Salud y República!! Este viernes se cumplen 92 años de la proclamación de la Segunda República de España. Estamos más orgullosos que nunca de que nuestra camiseta visitante rinda homenaje a quienes lucharon por defender la democracia. Nos encantaría ver a amigos y fanáticos publicando sus camisetas”. El tuit recibió la contestación de cientos de personas que aparecían en imágenes con la camiseta, muchas de ellas de españoles.

El éxito de ventas que ha tenido la indumentaria, que está adornada por las estrellas de tres puntas de las Brigadas Internacionales, ha sorprendido hasta a los propios integrantes de la entidad. Desde que todos los socios del club la eligieron en una encuesta entre 16 modelos a elegir, han vendido más de 17.000 camisetas, de las que 5.200 han sido de pedidos llegados desde España. “Nunca pensamos que la repercusión sería tan grande”, ha confesado Geoff Ocran, el entrenador del equipo. “Queríamos hacer algo que marcara la importancia del sacrificio de aquellos que lucharon contra el fascismo”, se lee en su web como justificación a la propuesta. El diseño fue realizado por un aficionado del equipo.

Su primera intención era vender unas 250, pero en las primeras 48 horas ya tenían dos mil peticiones, la mayoría desde nuestro país, llegando a colapsarse su página web. Actualmente las tienen agotadas, pero están a la espera de recibir nuevas remesas desde Italia, que es donde se fabrican a cargo de una empresa que “emplea a trabajadores con salarios justos y se relaciona con clubes de fútbol de base que tienen como principios la lucha contra el racismo, el fascismo y la desigualdad”, según afirman. El tiempo de espera puede ser entre ocho y 12 semanas. El precio es de 25 libras (28,34 euros), más el franqueo.

Londres cuenta con unos 20 memoriales públicos repartidos por la ciudad que recuerdan a los que fueron a luchar

Ubicado en el barrio de Forest Gate, perteneciente al municipio de Newham, en el este de Londres, una zona de tradición obrera y en la que hay una gran multicultularidad –tiene el segundo porcentaje más alto de musulmanes de Gran Bretaña–, el CFC Clapton se define como un club de izquierdas, antirracista, anti xenófobo, defensor de la comunidad LGTBi y de los atletas trans. Funciona en forma de cooperativa y promueve que las decisiones se tomen entre todos los socios. El voto de cada uno de ellos a la hora de decidir alguna cuestión es igual de importante. Se sufraga en forma de donaciones, sin que haya un mínimo ni un máximo de aportaciones. En los partidos se suele ver una pancarta con la frase: “Este club te pertenece a ti y a mí”. Los espectadores pueden ingresar a ver los partidos de forma gratuita, aunque se ruega que hagan una donación de 3 libras.

La declaración de intenciones que hacen en su página web no deja lugar a dudas: “Los fans del nunca serán tratados como clientes. Nunca estaremos cegados por las decisiones de un propietario con malas intenciones. Y no tenemos por qué ponernos una camiseta que cuesta más de 80 libras cuando los trabajadores que la hicieron reciben salarios esclavistas”.

El CFC Clapton es una escisión del Clapton FC, que cuenta en su palmarés con cinco Copas inglesas amateurs, conseguidas a principios del siglo XX, y fue el primer equipo británico en salir de su país para disputar en la localidad belga de Antwerp, en 1890, un partido internacional. Su dueño, el empresario inglés Vincent Mc Bean, quiso liquidar en 2017 la sociedad que gestionaba el campo de fútbol de la entidad para vender una parte de los terrenos para futuros proyectos inmobiliarios. Muchos socios se dieron de baja y fundaron el nuevo club, cuya primera indumentaria tiene colores rojos y blancos en rayas verticales.

En 2018, el Clapton FC perdió la propiedad del estadio “The Old Spotted Dog”, que ahora ha podido ser adquirido por el CFC Clapton, gracias, en parte, a los beneficios adquiridos con la venta de las camisetas dedicadas a la Segunda República. El antiguo Clapton FC juega desde 2019 en otro estadio de Newham situado a casi tres kilómetros más al sur. El CFC Clapton acaba de quedar campeón de la Middlesex County League, la undécima categoría del fútbol inglés, consiguiendo así su segundo ascenso desde que empezó a competir, por lo que el año que viene pasará, si las condiciones de su terreno de juego son aprobadas, a la Eastern Counties League Division One South, la décima categoría. Justo a la que ha descendido este año el Clapton FC, por lo que ambos se podrían encontrar la próxima temporada en la misma competición. El CFC Clapton también cuenta con un equipo femenino, que compite en el quinto nivel de las competiciones inglesas.

La iniciativa de la camiseta dedicada a la Segunda República del CFC Clapton contó con el apoyo de la Brigades Memorial Trust, la organización que homenajea a los brigadistas internacionales, como recordó el club en otro mensaje en redes sociales hace unos días: “La @IBMT_SCW mantiene viva la memoria y el espíritu de los hombres y mujeres de Gran Bretaña, Irlanda y otros lugares que se ofrecieron como voluntarios para defender la democracia y luchar contra el fascismo en España entre 1936 y 1939”. Parte de los beneficios que se logran con la venta de las camisetas se dirigen a esa institución, para realizar actividades relacionadas con la educación y de tipo conmemorativas en Inglaterra. Londres cuenta con unos 20 memoriales públicos repartidos por la ciudad que recuerdan a los que fueron a luchar. La decisión del CFC Clapton también fue bien vista por el líder laborista Jeremy Corbyn, que manifestó que era “un gran defensor del fútbol dirigido por aficionados y ésta es una acción brillante”.

Ver un partido del Clapton en su estadio es participar de algo que va más allá del fútbol

Ir a ver un partido del CFC Clapton en su estadio, en el que hay personas de diversas nacionalidades, como polacos, italianos, griegos y algunos españoles, es participar de algo que va más allá del fútbol. Sus aficionados adoptan una posición reivindicativa y de compromiso en favor de cuestiones de índole social. Así, además de alguna pancarta con el citado lema de “No pasarán”, se pueden ver en el campo otras de apoyo a temas como el “Black Lives Matter”, el colectivo LGTBI, Palestina, Irlanda, a favor de los inmigrantes (“Nadie es ilegal”, se ha visto escrito), e incluso recordando a algún exjugador, como Walter Tull, de origen afrocaribeño, que combatió contra los nazis en la segunda guerra mundial. También apoyan a los deportistas trans, como demostraron con un comunicado en el que afirmaban que “no queremos que nadie se enfrente a barreras para jugar al fútbol”.

A los que les achacan la simbiosis entre fútbol y política, los seguidores del CFC Clapton les responden que “muchos de los que argumentan que los símbolos políticos no tienen cabida en el fútbol suelen olvidar este principio alrededor de noviembre de cada año. La gran mayoría de los clubes profesionales en Gran Bretaña adornan entonces sus camisetas con una amapola del recuerdo”, una tradición que se hace desde 1921 en recuerdo a los soldados caídos en la Primera Guerra Mundial.

A los representantes del equipo les gusta destacar que todo el proceso relacionado con la equipación con los colores de la bandera de la República “fue autoiniciado, organizado por la comunidad y puesto en marcha de forma democrática. Valores tomados de los ideales de la República Española. Sin que realmente nos diéramos cuenta en ese momento, estábamos practicando, al menos de alguna manera, los ideales representados por nuestros colores adoptados”.


Fuente → ctxt.es

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