La asociación bordelesa AY CARMELA, con motivo del 92 aniversario de la Segunda República Española, nos recuerda cómo fue este período, una inmensa esperanza para el pueblo español . Una esperanza rápidamente barrida por la brutalidad de las fuerzas conservadoras encabezadas por parte del Ejército, la Iglesia Católica y los grandes terratenientes.

Ay Carmela y 14 de abril de 1931

Hoy nos reunimos aquí, como cada año, para conmemorar la proclamación de la Segunda República española el 14 de abril de 1931 tras las elecciones municipales que vieron la victoria de las fuerzas antimonárquicas.

Proclamada en el entusiasmo y el júbilo popular, esta república era la de todas las esperanzas. En una España arcaica dominada por la todopoderosa Iglesia católica y el ejército, aplastada por los grandes terratenientes, se atrevió a establecer un estado laico, promover la educación y la cultura (se crearon 16.000 escuelas en dos años). Dar el voto a las mujeres e intentar la reforma agraria.

Pero qué breve fue esta República de la Ilustración, constantemente combatida y obstaculizada por fuerzas conservadoras y reaccionarias, tanto más activas cuanto que el fascismo comenzó a plagar Europa. Las elecciones de febrero de 1936 y el advenimiento del Frente Popular suscitaron una vez más una inmensa esperanza. Pero en julio la República es víctima de un golpe de Estado perpetrado por 4 generales traidores incluido Franco . Será abandonado por las democracias (Francia y Gran Bretaña), en nombre de la no intervención, aunque Franco contará con el apoyo indefectible de Hitler y Mussolini. Sin embargo, resistirá hasta abril de 1939 . Será la Guerra Civil Española.

La victoria de los súbditos católicos provocó el exilio de cientos de miles de personas aun cuando en todo el país caía una feroz represión, una represión que duraría 40 años, una represión que no perdonó a nadie y de la que los fosos del franquismo fueron el emblema .

Pero aquí estamos, los descendientes de estas mujeres y hombres, amantes de la justicia y la libertad cuyo ideal estaba tan profundamente arraigado en sus corazones que la mayoría de ellos, con toda naturalidad, continuaron la lucha en Francia contra la Ocupación nazi. Estamos aquí para proclamar alto y claro estos valores de justicia, libertad y solidaridad que nos transmitieron. En un momento en que la historia tartamudea y el mundo se fascina, recordar y defender estos valores es más vital que nunca.

¡Viva la República, la segunda y la tercera!