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Aquí teneis el editorial completo del último Catalunya Resistent, 111. Os animamos a leer el boletín entero , lleno de memoria y valores democráticos.
El pasado 11 de febrero se cumplieron 150 años de la proclamación, en 1873, de la primera república española. Su proclamación significó una esperanza de progreso en parte frustrada, pero que, a pesar de todos los problemas que tuvo que enfrentar y su corta duración, abrió sus puertas a importantes novedades políticas muchas de las cuales fueron precursoras de la democracia en España. Pérez Galdós definió los acontecimientos de 1873 escribiendo “La historia de ese año es en parte luminosa y en parte oscura”.
España
tendrá durante la época contemporánea muy pocos períodos democráticos, y
la mayoría de los gobiernos desarrollarán políticas conservadoras,
autoritarias, con un fuerte protagonismo de los militares. Durante los
siglos XIX y XX, serán numerosos los pronunciamientos, Golpes de Estado,
revoluciones, etc. la mayoría de signo conservador y numerosos también
los intentos, la mayoría fracasados, de acabar con la dinastía
borbónica y con la monarquía de Isabel II.
Los intentos más exitosos de dotar a España de regímenes democráticos serán las dos repúblicas: la primera (1873-1874) y la segunda (1931-1939), que especialmente la primera tendrá una duración corta y accidentada (en casi dos años hubieron -seis gobiernos y tres elecciones).
En este sentido, uno de los hechos que dieron paso a la primera República será la revolución de septiembre de 1868, “La Gloriosa”, que inicia el llamado Sexenio Democrático o Sexenio Revolucionario (1868-1874), que comienza con la revuelta de la escuadra en Cádiz y pocos días después se consolida con la victoria del general Serrano sobre el ejército gubernamental en Alcolea. En muchas ciudades españolas se forman Juntas de gobierno que exigen la abolición de la monarquía borbónica y la democratización del país. La reina Isabel II huye en dirección al exilio en Francia. Se desarrolla entonces uno de los períodos más interesantes de la España del siglo XIX, en el que se establecerá, a pesar de una azarosa época de fondo, por primera vez un régimen democrático, primer monárquico y después republicano.
Durante los primeros meses el gobierno revolucionario, presidido por el general Serrano y en el que el general Prim, destacado miembro de la francmasonería, es ministro de la guerra, busca por Europa al candidato más idóneo para ocupar el trono español, respetando al mismo tiempo el equilibrio entre las potencias del continente. Finalmente, el elegido fue el príncipe Amadeo de Saboya, italiano, que cuando llegó a España para ocupar el trono se encontró con el cadáver del general Prim, su valedor, que acababa de ser asesinado. Sin Prim, el reinado de Amadeu se encontró aislado y con una situación bastante crítica, con una gran crisis económica y una importante división de las fuerzas políticas que habían impulsado la revolución. A esto habría que añadir las revueltas carlistas y la guerra de los independentistas cubanos.
Sin embargo, el nuevo gobierno provisional disolvió las juntas revolucionarias y convocó elecciones por sufragio universal masculino. El resultado de estas primeras elecciones serán unas Cortes de mayoría liberal, las cuales elaboraron la Constitución democrática de 1869, que convertía a España en una monarquía democrática parlamentaria, se reconocerían las libertades públicas y privadas, la libertad de opinión, de asociación y de reunión, el sufragio universal masculino, la controversia sobre la forma de organización político-territorial del Estado, etc.
La mayoría de los diputados son partidarios de la monarquía, pero de una monarquía democrática. El diputado republicano Emilio Castelar, uno de los mejores oradores de la historia parlamentaria española, intervino en la larga sesión de las Cortes del 10 de febrero de 1873, el día que abdicó Amadeo I, y víspera de la proclamación de la primera República, con estas palabras: “Señores, con Fernando VII murió la Monarquía tradicional; con la fuga de Isabel II la Monarquía parlamentaria; como la renuncia de Amadeo de Saboya la monarquía democrática: nadie ha terminado con ella; ha muerto por sí misma. (…). Señoras, saludémosla como el sol que se levanta por su propia fuerza en el cielo de nuestra Patria.”
La sesión continuó ininterrumpidamente hasta el día siguiente, en el que fue proclamada la primera República y elegido Estanislau Figueras como presidente del poder Ejecutivo. El federalismo, en sus diferentes tendencias, jugó un papel muy importante durante todo el período. El Partido Republicano Federal será mayoritario en diputados pero estará dividido en diversas fracciones. Los presidentes se van sucediendo, todos federalistas. La fracción de los intransigentes abandonó Les Corts por desacuerdo con la política de Pi y Margall. Apareció el movimiento cantonal por el que en muchas ciudades se constituyeron poderes locales autónomos. En pocos días, la revuelta cantonal predominaba en Andalucía, Valencia, Murcia, etc. En Andalucía acordaron transformarse en República Social, una semana después Alcoy se declaraba independiente, Cartagena fue una de las esquinas más intransigentes, se apoderó de la armada y prolongó su independencia durante seis meses en los que resistió el asedio del ejército nacional.
Ante este panorama el 3 de enero de 1874 el general Pavía hace un Golpe de Estado y el general.
Serrano forma un gobierno de carácter autoritario con el objetivo de acabar con la rebelión cantonal y las guerras carlistas y convocar unas elecciones a Cortes que decidirían la forma de gobierno, sin ningún parlamento que controlara el proceso. Durante todo ese tiempo se fue preparando el regreso de Alfonso XII al trono, en una maniobra dirigida por Cánovas del Castillo. Cánovas quería que el retorno de los Borbones fuese un hecho unitario, pero el 29 de diciembre de 1874 el general Arsenio Martínez Campos se adelantó a Sagunto con un pronunciamiento a favor de la restauración de la monarquía borbónica en la persona del hijo de Isabel II , Alfonso de Borbón, el futuro Alfonso XII. El ejército lo aceptó e inició un nuevo y largo período de la historia de España: La Restauración (1874-1931)
Pero esto ya es otra historia…..
Fuente → expresospoliticsdelfranquisme.com
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