Más de 100 colectivos y entidades nacionales y extranjeras, comprometidas con la memoria democrática y los derechos humanos, han lanzado un manifiesto para pedir que la antigua Dirección General de Seguridad (DGS) se convierta en lugar de memoria. En una rueda de prensa convocada este jueves y en la que han participado Willy Meyer y Luis Suárez-Carreño, luchadores antifranquistas detenidos y torturados por la política del régimen en esos mismos muros, se ha hecho un llamamiento para el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática que en su artículo 49 define como Lugares de Memoria:
“aquel espacio, inmueble, paraje o patrimonio cultural inmaterial o intangible en el que se han ocasionado hechos de singular relevancia por su significación histórica simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados a la memoria democrática, la lucha de la ciudadanía española por sus derechos y libertades, la memoria de las mujeres, así como con la represión y violencia sobre la población como consecuencia de la resistencia al golpe de Estado de julio de 1936, la Guerra, la Dictadura, el exilio y la lucha por la recuperación y profundización de los valores democráticos”.
Centro de torturas y asesinatos
La antigua DGS estaba alojada en la actual sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol de la capital. El edificio funcionó durante la dictadura como un centro de represión. Miles de personas fueron torturadas e incluso asesinadas por la policía franquista responsable del “orden público” y de la conocida como la Brigada Político Social. El régimen se cebó con los luchadores antifranquistas, pero también con otros colectivos como personas LGTBI o mujeres que ejercían la prostitución, además de todos aquellos a los que se aplicara la ley de Vagos y Maleantes o la posterior Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social.
Los colectivos que han presentado su iniciativa para convertir la antigua DGS en lugar de memoria, lo han hecho coincidiendo con el aniversario del fusilamiento de Julián Grimau. Piden que se instale una placa o panel que explique “cuál fue su terrible función” y “se reconozca el valor de todas aquellas personas que lucharon contra el fascismo, por la democracia, la libertad y que por ello sufrieron represión”. La Real Casa de Correos -recuerdan- también fue todo un símbolo de la República, cuando el 14 de abril de 1931, se colocó en sus balcones la bandera republicana.
En el manifiesto se recuerdan algunas de las víctimas que fueron detenidas e interrogadas en ese lugar, como el propio Grimau, Lluis Companys, Tomás Centeno, Marcelino Camacho, Juana Doña, Tomasa Cuevas, Manolita del Arco. Durante la Transición, el centro pasó a llamarse Brigada General de Información, pero los policías torturadores siguieron siendo los mismos y ejerciendo los mismos crímenes como el cometido contra el joven Joseba Arregui en febrero de 1981, que fue torturado hasta su muerte. En este asesinato estuvieron implicados 72 agentes, de los cuales, cinco fueron interrogados por el juez (entre ellos Antonio González Pacheco, Billy el Niño) y solo dos fueron procesados, aunque no cumplieron ninguna condena.
En total son 109 organizaciones, colectivos y asociaciones firmantes del manifiesto, entre las que también se encuentran sindicatos y fuerzas políticas de la izquierda. Según han avanzado en el encuentro con los medios, en los próximos días, presentarán una solicitud formal a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática.
(Imagen de portada: La Comuna)
Fuente → nuevatribuna.es
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