Maestras y maestros republicanos

Maestras y maestros republicanos
Iñaki Chaves

El riesgo que corrían les obligó, a sabiendas de lo que perdían y lo que dejaban perder, a la migración forzosa o al exilio interior

En tiempos de neoliberalismo económico y conservadurismo político, es hora de poner en valor la educación y el rol de las maestras y los maestros de la II República. A pesar del generalizado olvido, se ha de recordar su papel, su dedicación y esfuerzo por hacer llegar la educación, muchas veces de manera altruista y con escasos medios, a todos los rincones de una España pacata y trasnochada.

Un colectivo imprescindible para un período fundamental de la historia de España que sigue opacado por algunos poderes y muchos políticos, incapaces de reconocer su importancia porque eso supondría aceptar que fue tumbada por un golpe de Estado. Desde la Institución Libre de Enseñanza a la Residencia de Estudiantes, y de la generación del 98 a la del 27, aquellos años constituyeron la Edad de Plata de la cultura española.

La educación fue el principal reto de la II República. Muestra de ello es haber pasado de 30 mil a 47 mil escuelas estatales públicas en el período que va de junio de 1931 a abril de 1936. Fue un logro insólito para dar educación pública, laica y gratuita con valores universales que rompieran con las grandes desigualdades existentes.

Considerada la Edad de Plata de la cultura española, con destacadas personalidades de las generaciones del 98 y del 27 y con entidades como la Institución Libre de Enseñanza o la Residencia de Estudiantes, la II República fue el verdadero primer período democrático de nuestra historia. Y su ´aguerrido cuerpo docente` uno de sus estandartes inmortalizados en la pantalla con El espíritú de la colmena (Erice, 1973), La lengua de las mariposas (Cuerda, 1999) o el documental Las maestras de la República (Pérez Solano, 2013) o en el papel con Maestros de la República. Los otros santos, los otros mártires (Iglesias, 2006) o Las maestras de la República (Sánchez de Madariaga, ed., 2012) todas ellas huellas para cubrir ese vacío histórico sobre la memoria de las maestras y maestros republicanos.

Para que las niñas y niños escuchen a Machado y sepan del exilio, para que hablen de lo innombrable sin que les pongan orejones, para que lean libros de versos y sepan que las guerras no tienen vencedores sino vencidos. Para que las y los maestros no se tengan que marchar de los pueblos y nos dejen con las almas en las nubes y los cuerpos como lamentos.

Por la equidad y la igualdad, por una educación pública, universal y gratuita, por los verdaderos valores democráticos y por una justicia social para todas y todos. Conmemoremos su aniversario para mantener viva la ilusión de que llegue el día en que la ciudadanía pueda decidir libremente la forma de Estado que quiere que le gobierne. Por la III República, noventa y dos años después seguimos esperando su alumbramiento.


Fuente → mundoobrero.es

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