El Arco de Moncloa está dedicado “al Generalísimo Franco y al Ejército victorioso de la Guerra Civil Española, que tuvo en este lugar sus últimas líneas de frente”. El PSOE y Más Madrid con el apoyo del PP y el partido de ultraderecha Vox se oponen a su derribo.
Hace días publicaba en estas mismas páginas un texto sobre esta cuestión. Ahora me parece necesario volver sobre él. Estos días pasados muchas personas se sorprendían al comprobar que con casi 50 años de retraso se retiraban los restos mortuorios del fundador del partido fascista español de un importante monumento público. Pero aún resulta más sorprendente la cantidad de personas que pasean diariamente o conducen su coche por Madrid delante del que es el mayor arco de triunfo fascista erguido en el mundo sin tener conocimiento de ello.
El Arco de Moncloa está dedicado “al Generalísimo Franco y al Ejército victorioso de la Guerra Civil Española, que tuvo en este lugar sus últimas líneas de frente”. El PSOE y Más Madrid con el apoyo del PP y el partido de ultraderecha Vox se oponen a su derribo.
Cualquier estado democrático tiene el deber de evitar que los espacios de reconocimiento público sean lugares donde se ensalcen hechos violentos que atentan contra los valores democráticos que sustentan la convivencia en Paz y Libertad.
El pasado de la dictadura española continuará siendo de difícil digestión si se sigue pensando que se puede construir un discurso ético de fortalecimiento democrático ocultando o negando las diferencias entre víctimas y verdugos.
De esa debilidad y de su confusión ideológica resultante es de donde obtiene la ultraderecha y partidos como Vox, parte de la fuerza que les pueden servir para destruir la democracia: el victimario se fortalece con la debilidad y el miedo de la víctima.
Fuente → nuevarevolucion.es
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