María 'La Jabalina': la vida de la última fusilada por el franquismo en el País Valencià, en cómic
María 'La Jabalina': la vida de la última fusilada por el franquismo en el País Valencià, en cómic / Sato Díaz

Cristina Durán y Miguel Ángel Giner se adentran en la trayectoria de la joven anarquista María Pérez Lacruz, sentenciada a muerte en 1942 tras una farsa judicial. 

 

Ingreso voluntario en la Columna de Hierro; asalto a la prisión de Castelló con asesinato de guardias; quema del archivo de la Audiencia de Castelló; asalto a la prisión celular de València; asesinato del cónsul de Bolivia; asesinato de ocho sacerdotes y un diputado; acentuado izquierdismo por el que la llamaban La Jabalina. Son las siete acusaciones bajo las cuales, el 8 de agosto de 1942, la joven anarquista de 25 años María Pérez Lacruz fue conducida hasta el cementerio de Paterna para ser fusilada. De todas ellas, sólo la primera era cierta.

81 años después de su asesinato en el conocido como Paredón de España, Cristina Durán y Miguel Ángel Giner denuncian en el cómic María La Jabalina (Astiberri) la farsa judicial que convirtió a la joven de Teruel en la última fusilada de la guerra civil en el País Valencià.

 Una cuestión personal

Llegada al Port de Sagunt con su familia tras las promesas de su industrialización, empleada del hogar de un practicante falangista, militante de la Federación Ibérica de las Juventudes Libertarias a los 17 años y miembro a los 22 de la Columna de Hierro cuando en agosto de 1936 es herida por la aviación franquista.

La historia de María, llamada La Jabalina por la procedencia de su madre (Jabaloyas, Teruel), es suficientemente conocida en Sagunt, pero no tanto más allá del municipio. Por eso, hace tres años, el Ayuntamiento de la ciudad encargó hacer un cómic sobre ella a Miguel Ángel Giner y Cristina Durán, galardonados en el 2019 con el Premio Nacional de Cómic por

"Justo antes de la pandemia la Concejalía de Memoria Histórica y Democrática me pidió que les ayudara a encontrar a un guionista, pero enseguida vi que era una historia muy potente y nos ofrecimos a hacerlo nosotros mismos", explica Giner. "María era muy conocida en Sagunt, pero nosotros, que somos de València, desconocíamos su caso", reconoce Durán.

Recibido el encargo, guionista y dibujante ensartan los caminos de la obsesión. Devoran todo lo escrito sobre María La Jabalina. Recorren los espacios transitados por la joven, hablan con el vecindario y su familia, buscan fotografías de la época. Se empapan de su historia. El encargo se convierte en una cuestión personal.

Portada del còmic 'María La Jabalina'. Cedida

Detención y farsa judicial
 

El cómic retrata en las primeras páginas el nacimiento de la ciudad, fruto del auge de la siderurgia, así como las circunstancias que empujaron a cientos de trabajadores y trabajadoras a defender la II República tras el golpe de Estado. María es una mujer decidida que de joven asiste a los mítines de la CNT y que ve como la masacre de la Puebla de Valverde, en la que decenas de jóvenes son traicionados y asesinados por la Guardia Civil, precipita los acontecimientos. "En estos momentos estoy llena de rabia y odio, pero no quiero que me dominen esos sentimientos", le dice a la madre antes de unirse a la Columna de Hierro.

María vive el avance de las tropas franquistas desde la retaguardia. Terminada la guerra, la familia vuelve al Port, donde la joven es detenida, vejada y encarcelada. El cautiverio se convierte en un infierno. El hijo que espera es raptado por monjas al poco de nacer, su caso se complica. Con el falso testimonio de Rebollo, un personaje turbio de las filas anarquistas que el cómic retrata a partir de la descripción que hace Rosana Corral-Márquez en el libro Si me llegas a olvidar (Versátil, 2013), se fabrica una acusación que mantiene María en la Cárcel de Mujeres de Santa Clara hasta el procedimiento sumarísimo.

Es aquí donde emerge, aún con mayor fuerza, la figura de Isabel Lacruz, la madre de María. "Es casi una coprotagonista del libro", dice Miguel Ángel Giner. "Su lucha es increíble, mucha gente recuerda cómo no se calló hasta que murió años más tarde. Queríamos hacer justicia a lo que ella quería: que nadie olvidara a María La Jabalina", remacha Cristina Durán.

A María la fusilaron con dos horas de antelación

De nada servirán los esfuerzos de Isabel y del abogado Ángel Barrachina para que se tengan en cuenta las decenas de testigos y documentos que confirman que María estaba hospitalizada cuando se cometieron los crímenes imputados. El 8 de agosto de 1942, la joven anarquista es condenada a muerte. La orden de ejecución se le comunica con dos horas de antelación.

Memoria viva

La tensión narrativa del cómic llega a su punto álgido con el fusilamiento de La Jabalina. La espiral de humo negro que despega en las primeras páginas se hace ovillo en el estómago del lector. La injusticia y la impunidad del poder, en su máxima expresión. Isabel Lacruz carretea el ataúd hasta El Terrer y espera junto a familiares de otros condenados. ¡Bang! ¡Bang! ¡Pam! Con el característico dibujo de Cristina Durán, los rostros desfigurados por el disparo de gracia se convierten en símbolo de la voluntad del franquismo de borrar al enemigo. "Yo siempre digo que Jabalinas ha habido muchas", dice la dibujante: "El trato que recibieron las mujeres republicanas por parte del franquismo fue terrible: las persiguieron a ellas y a sus hijos, con la voluntad, como decían, de eliminar el gen rojo".

Como el gesto de Isabel limpiando el rostro de su hija, el cómic viene a restituir una memoria mutilada. "Afortunadamente, en los últimos años han aparecido buenos cómics sobre la guerra civil y la dictadura donde las mujeres son las protagonistas, pero siempre es necesario incidir un poco más", dice Giner.

La obra, que ya antes de ser publicada recibió las embestidas de trolls en las redes sociales ("La ultraderecha se ha soltado y se empeña en negar lo que sucedió en la guerra", dice Duran), pone en valor en sus últimas páginas el esfuerzo de la familia y del Ayuntamiento de Sagunt para mantener viva la memoria de María La Jabalina, aportando documentos del proceso judicial, así como fotografías de la hermana y el sobrino de la joven anarquista algunas localizaciones que visitaron los autores durante su proceso de investigación.


Fuente → publico.es 

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