La vuelta del Cristo Fascismo a España

La vuelta del Cristo Fascismo a España
Lucio Martínez Pereda

A principios de la Transición falangismo y carlismo integraron el grupo terrorista Guerrilleros de Cristo Rey, causante de un número de asesinatos que aún no han podido ser cuantificados con exactitud.

Vuelve el llamado Cristo Fascismo a España: el carlismo antidemocrático se reactiva en Andalucía, Catalunya, Castilla y León, Madrid y Navarra. Santos Rosarios en las calles, concentraciones antiabortistas, teorías conspiranoicas, pseudo milicias paramilitares, e incluso campamentos gestionados con técnicas de manipulación psicológica sectaria para menores de edad.

El carlismo surgió a principios del SXIX en España como reacción absolutista para impedir la implantación de la democracia liberal. El carlismo provocó en el XIX tres guerras civiles y durante el siglo XX suministró a la dictadura franquista una milicia armada causante de miles de asesinatos entre 1936 y 1939. A principios de la Transición falangismo y carlismo integraron el grupo terrorista Guerrilleros de Cristo Rey, causante de un número de asesinatos que aún no han podido ser cuantificados con exactitud.

Pese a ser un grupo minoritario de “alucinados históricos” que propugnan el retorno de una monarquía absolutista y un estado corporativista, teocrático y neofeudal, están consiguiendo una penetración escasa, pero potencialmente peligrosa, entre jóvenes fácilmente manipulables.

Los emblemas del sagrado corazón de Jesús , un culto religioso usado por los carlistas durante la guerra civil para alentar la Cruzada contra la AntiEspaña, gozan del apoyo de la actual cúpula dirigente de la Iglesia católica española. El obispo Munilla, con motivo de su “baño de masas” para celebrar su traslado a la diócesis de Orihuela, alentó su propaganda recogiendo imágenes encomiásticas en sus redes sociales

Algunos sacerdotes, ejercen un intenso activismo pro carlista en las redes sociales, presentándose a sí mismos como una ridícula re actualización de los sacerdotes contrarreformistas del antiguo Imperio Cristiano español, en una especie de indirecto culto a la violencia, que podría calificarse como versión española del yihadismo musulmán.

Algunos actos están siendo usados para presentar como inocente piedad religiosa lo que en realidad es un recurso para estimular la polarización afectiva antidemocrática. Así sucedió recientemente en Madrid con el Rosario por la Juventud de España.

* Según ha demostrado Mariano Torcal, la polarización afectiva va ligada a la polarización política. Se asienta sobre una base de identidades ideológicas compartidas, aumenta el sesgo partidista, las reacción emocionales , y los sentimientos encontrados como filias y fobias. La polarización afectiva acrecienta la autoafirmación dentro del grupo de los afines y estimula los prejuicios y percepciones sesgadas, pero también los sentimientos favorables de afinidad hacia el propio grupo. El resultado final es que la polarización afectiva estimula la adhesión dogmática, la intolerancia, y los prejuicios partidistas, ignorando la información y los argumentos críticos contrarios al espacio de identidad política propio.


Fuente → nuevarevolucion.es

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