La vuelta al mundo de la fortuna oculta de Juan Carlos I

La vuelta al mundo de la fortuna oculta de Juan Carlos I
Ot Serra
La investigación de la Fiscalía permite una aproximación incompleta al dinero que el emérito tuvo en el extranjero

 

Exonerado por la Fiscalía, Juan Carlos I ha regresado este jueves de su autodestierro a Abu Dhabi. Otro viaje de tantos que ha hecho el ex jefe de España, si bien este sufragado con fondos públicos. Su vida de lujo en todo el mundo durante su reinado y una vez abdicó fue posible gracias a una fortuna de más de 80 millones de euros que ocultó a Hacienda. Gracias a la información que proporcionó la Fiscalía de Ginebra ya la que ha hecho aflorar el propio Juan Carlos con sus regularizaciones ante la Agencia Tributaria, la investigación del ministerio público pone luz a la parte contrastable del patrimonio que el rey emérito hizo circular por el mapa. Se ha centrado en lo que podría haber tenido trascendencia penal y no ha realizado una investigación genérica y prospectiva –vedada por el ordenamiento jurídico–, por lo que este viaje a través del dinero del emérito en el extranjero puede ser incompleto .


La época más lejana a la que se remonta la Fiscalía es en los años 90, cuando aborda dos trusts radicados en la isla de Jersey, en el canal de la Manga, que abrió Manuel Prado y Colón de Carvajal, diplomático y ex senador considerado uno de los principales gestores económicos de Juan Carlos. En 1995 y 1997, respectivamente, constituyó Tartessos Trust y Hereu Trust, de los que el emérito era beneficiario, con fondos provenientes de donaciones de particulares hechas décadas atrás que guardaba Colón de Carvajal y nueve millones de dólares transferidos en 1999 por Simeón de Bulgaria que había acumulado a partir de inversiones en la entidad JP Morgan, en Suiza.

Nunca se hizo ningún pago a Juan Carlos desde estos trusts, pensados ​​como almohada por si un “golpe anticonstitucional o una circunstancia similar” ponía fin a su reinado. Así lo relató John Ruddy, el protector –una especie de gestor– del JRM Trust 2004, abierto también en Jersey a partir de las liquidaciones de los dos anteriores a nombre del historiador Joaquín Romero Maura. Aconsejado por Colón de Carvajal, el emérito ordenó traspasar los fondos –unos 10 millones de euros– y se desvinculó. En una carta enviada a los administradores en julio del 2009, Romero solicitaba que Juan Carlos I fuera el tercer beneficiario –tras él y su esposa– cuando dejara de ser rey, pero nunca llegó a materializarse la petición. 

8 millones en viajes de lujo

El emérito encontró otra forma para mantener su tren de vida tras la abdicación, precipitada por su estado de salud y su desprestigio ligado al escándalo de Botsuana. La Fiscalía ha desgranado las facturas que la fundación Zagatka, creada por el primo lejano de la exmonarca Álvaro de Orleans en 2003 en Liechtenstein, pagó a empresas que organizaban viajes privados para Juan Carlos: Air Partner PLC, Viajes Terra Viva y Fathomless Advisory Services Limited. En total, ocho millones de euros. 

Con la primera de ellas constan hasta 19 viajes entre 2014 y 2018 y el ministerio público ha podido ver algunos contratos. En algunas ocasiones se pagaba el precio acordado para realizar uno o varios viajes determinados y en otras se compraba una especie de “bueno de tiempo de vuelo” que permitía realizar los trayectos que se quisieran siempre que no se excediera el tiempo total adquirido . En los contratos no aparecen los nombres de los viajeros y al fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón, no le pasa por alto que otros miembros de la Zarzuela pudieron gozar de los mismos privilegios que Juan Carlos. De hecho, Felipe VI y sus hermanas, Cristina y Elena, fueron beneficiarios de la fundación Zagatka hasta el 2018. 

La regularización con Hacienda

El emérito asumió todas las obligaciones tributarias derivadas de los pagos de Álvaro de Orleans. La Fiscalía contrastó los gastos de Zagatka a las cuentas bancarias de Credit Suisse y Lombard Odier y coinciden con los 4,4 millones de euros que Juan Carlos regularizó en concepto de IRPF el 2 y 3 de febrero del 2021. Este movimiento el protegió del delito –algunas cuotas pasaban de los 120.000 euros que marca el Código Penal– y la incógnita es si ha habido pasividad del ministerio público y la administración tributaria a la hora de investigarlo. 

En el 2018 las conversaciones entre la empresaria Corinna Larsen y el excomisario José Manuel Villarejo motivaron la apertura de una pieza en la Audiencia Nacional sobre las obras del AVE en La Meca y los 65 millones de euros que va recibir a Juan Carlos. La Fiscalía Anticorrupción incluyó en un escrito el aviso de que los técnicos de Hacienda del sindicato Gestha habían lanzado en julio de ese año: que las declaraciones de Larsen sobre fondos en el extranjero en posesión del emérito tenían “el' entidad suficiente para que la Agencia Tributaria les preste la máxima atención y las verifique”. El jueves Gestha se preguntaba por qué la Fiscalía y Hacienda no se pusieron a trabajar antes de que se produjera una regularización "espontánea" que ha permitido a la exmonarca sortear una querella.

En paralelo a Zagatka, desde 2016 también se practicó otra vía para pagar el ocio de Juan Carlos. El empresario mexicano Allen de Jesús Sanginés-Krause financió por valor de un millón de euros aproximadamente gastos del exmonarca o, tal y como apunta el fiscal Luzón, “de personas relacionadas con él por tratarse de familiares o cercanos ”. En este caso el método fue realizar transferencias desde sus cuentas de titularidad directa o indirecta –a través de la empresa británica Pretorian Prevention– a cuentas de Ibercaja y Banco Caminos del excoronel del ejército Nicolás Murga, que el 2007 fue nombrado ayudante de campo de la Casa del Rey. Además, Sanginés-Krause también hizo donaciones a cuentas del Banco Santander de Viajes El Corte Inglés. Estos regalos motivaron que Juan Carlos I realizara una primera regularización en Hacienda por valor de casi 540.000 euros en diciembre del 2020. La cuota en concepto de impuesto de donaciones y sucesiones que abonó no alcanza lo mínimo para ser delito.  

Los 65 millones de Arabia Saudita

Lo que más engorda la cifra del patrimonio oculto de Juan Carlos es, sin duda, el insólito traspaso de 64,8 millones de euros –100 millones de dólares– que recibió de parte de Arabia Saudí el 8 de agosto del 2008. Llegó a una cuenta del banco suizo Mirabaud, de la que era beneficiario, y que estaba vinculada a la Fundación Lucum, constituida sólo una semana antes en el paraíso fiscal de Panamá. Los titulares eran Arturo Fasana y Dante Canonica –supuestos testaferros del emérito y exonerados por la Fiscalía suiza el pasado diciembre– y Harmodio Tejeira. Y el segundo beneficiario, después de Juan Carlos, era Felipe VI, que renunció a ella en marzo de 2020 cuando cortó los vínculos con su padre . "Importe enviado por el rey Abdullah de Arabia Saudí como regalo según la tradición saudí de cara a otras monarquías", decía la descripción detallada del origen del ingreso. La Fiscalía no ha encontrado suficientes indicios de que ese dinero sea en realidad una comisión por la adjudicación de las obras del AVE en La Meca a un consorcio de empresas españolas en enero de 2012. Presupuestaron 6.487 millones de euros, un 29,6% menos que los competidores franco-árabes. 

En la reconstrucción de los hechos, Luzón relata cinco remarcables: en abril de 2006 Juan Carlos viajó a Arabia Saudí con los consejeros delegados de OHL e Indra –dos de las empresas del consorcio–, junto con Corinna Larsen y la empresaria iraní Shahpari Azzamy Zanganeh. Un mes después, el emérito envió una carta al príncipe saudí Bin Abdulaziz, en ese momento ministro de Defensa, en la que comisionaba Zanganeh para hacer gestiones. En 2010 consta un contrato de consultoría del consorcio español con el príncipe Abdulaziz bin Mishal que establecía una retribución de 120 millones de euros que no se han pagado por completo. En 2011 existe otro contrato con Zanganeh para realizar tareas similares de consultoría por valor de 95 millones de euros que tampoco consta que se hayan abonado al completo. La Fiscalía Anticorrupción, de hecho, aún investiga el destino de los 34,8 millones que sí se entregaron a Zanganeh. Pese a apuntar que el concurso se abrió en septiembre del 2008, un mes después de recibir los 64,8 millones, Luzón constata que sólo hay "simplas sospechas" sobre la involucración de Juan Carlos en esa adjudicación.

Así, el fiscal asume que pueda ser un regalo, como los 1,9 millones de dólares que recibió en abril de 2010 del sultán de Bahréin y que Orleans ingresó en efectivo en otra cuenta de Mirabaud. Con la fortuna de Lucum se realizaron inversiones y movimientos de capital que la Fiscalía no detalla, hasta que el 5 de junio de 2012 Juan Carlos dio irrevocablemente todos los activos a una cuenta de Corinna en Nassau (Bahamas). En concepto de IRPF por el ejercicio de 2012, podría haberse enfrentado a un delito agravado contra la hacienda pública penado con entre dos y seis años de cárcel. Inviolable, el ex jefe de España ha podido defraudar a su país con impunidad.


Fuente → ara.cat

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