Ferrovial y Del Pino, la casta extractiva que forjó su fortuna en la represión franquista
Ferrovial y Del Pino, la casta extractiva que forjó su fortuna en la represión franquista  / Antonio Maestre
El consejo de Administración de Ferrovial ha decidido después de vivir de la teta pública hasta dejarla seca que se va a tributar a Países Bajos para generar aún más beneficios. El legado y los millones de los Del Pino en la actualidad se debe a su participación en el golpe de estado fascista.

 

Los Del Pino y Ferrovial son unos perfectos representantes de las élite extractiva que se fraguaron durante el franquismo y que tras la llegada de la democracia se han servido de las instituciones para funcionar como extractor de renta de los españoles para después sacar el dinero del país. El expolio al que han sometido a las clases populares por la vía de los impuestos y los recursos públicos han dejado en una broma el que hicimos en las colonias de ultramar. El consejo de Administración de Ferrovial ha decidido después de vivir de la teta pública hasta dejarla seca que se va a tributar a Países Bajos para generar aún más beneficios.

El legado y los millones de los Del Pino en la actualidad se debe a su participación en el golpe de estado fascista. El fruto original del que parte su fortuna se debe a que Rafael Del Pino Moreno, el patriarca, participó en el bando franquista como voluntario, llegó a oficial de complemento de Artillería como Alférez Provisional hasta alcanzar el grado de teniente. Su afinidad al régimen le facilitó hacer carrera en la empresa "Vías y construcciones", que llegó a dirigir, hasta que logró por su cuenta un contrato con la estatal RENFE y pudo crear Ferrovial. Se casó con Ana María Calvo-Sotelo Bustelo, hermana de Leopoldo Calvo Sotelo, aumentando la endogamia de las familias del régimen.

El actual propietario de Ferrovial es su hijo, Rafael del Pino Calvo Sotelo, que como hombre hecho a sí mismo heredó una de las mayores fortunas del país. El hijísimo no es la primera vez que se lleva dinero fuera de España. Su sociedad personal, Rijn Capital BV, ya estaba radicada en Ámsterdam para no pagar impuestos en España. Aunque siempre han vivido del sector público de este país no llevan bien tributar aquí. Ferrovial fue una de las empresas que se favoreció con el pelotazo de las radiales y la famosa cláusula de salvaguarda llamada "responsabilidad patrimonial del Estado", que garantizaba que las empresas concesionarias de las radiales en el caso de no cumplirse con las estimaciones de recaudación previstas se verían compensadas por el Estado hasta cubrir las inversiones no amortizadas. No solo la familia Del Pino tenía a su padre como garante de la fortuna, también a papá estado garantizándole que no perdería ningún dinero. Hacer negocios disparando con pólvora del rey.

Los Del Pino no solo hacen carreteras radiales y obras públicas en España, también venden armas, como las que se han mandado a Perú para reprimir las movilizaciones indígenas a través de la empresa Maxam, de la que la familia tiene un porcentaje. Las grandes familias parasitarias tienen su representación en el consejo de Administración de Ferrovial y de la Fundación Rafael del Pino. La carta fundacional de la fundación suena paradójica después de que Ferrovial se vaya a tributar a Países Bajos: "He creado la Fundación Rafael del Pino para devolver a la sociedad española parte de lo que esta misma sociedad me ha dado a lo largo de mi vida personal y profesional".

Los Del Pino, los Espinosa de los Monteros, los Pemán, los Oriol y Domecq, la endogamia franquista en sus generaciones presentes perpetuando el modelo de expolio y elusión fiscal que aprendieron en familia durante cuarenta años de democracia. En la Fundación Rafael Del Pino se encuentra José Ignacio Ysasi-Ysasmendi Pemán, que es el nieto de José María Pemán y Pemartín, el depurador de maestros franquista que quiso pasar por poeta. Mónica de Oriol e Icaza, que es la nieta de José María de Oriol y Urquijo, uno de los empresarios que más activamente participó en la represión de republicanos, dueño de Hidrola, que posteriormente se transformó en Iberdrola, y que fue el responsable de realizar informes para la depuración de 80.000 desafectos al régimen franquista cuando era jefe provincial de Falange en Vizcaya. Carlos Espinosa de los Monteros y Bernaldo de Quirós, padre del diputado de VOX Iván Espinosa de los Monteros. Su familia fue partícipe directa de la represión republicana en manos de Eugenio Espinosa de los Monteros. El general estuvo al mando de la columna de orden y policía de ocupación que entró en Madrid tras la victoria fascista publicando un bando que obligaba a los republicanos a presentarse en los campos de concentración temporales que se montaron parra la depuración. Gente de bien. Antes depurando, ahora eludiendo.


Fuente → lasexta.com

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