Carta de un yuntero
Carta de un yuntero
David García Díaz

Carta ficcionada de Antonio García, jornalero extremeño fusilado tras el 25 de marzo de 1936.

Me presento: mi nombre es Antonio García. Mi profesión, jornalero. Hace 87 años, tenía 23. Si hacéis cuentas, debería tener 110 años. Efectivamente, estoy muerto y he tenido que pedir ayuda a alguien que ahora se acuerda de mí, para escribir esto.

Que hable de cuando tenía 23 años no es casualidad. Tenía 23 el día 25 de marzo de 1936. Ese día, a las 5 de la mañana, varios yunteros y yo ocupamos la finca de El Carnero, cerca de Montijo pero ya en la provincia de Cáceres: “Aquí estamos y aquí nos quedamos”, dijimos.

No había suficiente Guardia Civil en Montijo ni en La Roca para detenernos. Poco menos de 4 meses después de la ocupación de las tierras y 25 días tras el alzamiento, a mediados de agosto, llegaron las tropas del general Yagüe a Montijo. ¡Se decía que en Badajoz estaba ocurriendo una masacre, que hasta un periodista portugués lo había publicado en el Diario de Lisboa!

No había suficiente Guardia Civil en Montijo ni en La Roca para detenernos. Poco menos de 4 meses después de la ocupación de las tierras y 25 días tras el alzamiento, a mediados de agosto, llegaron las tropas del general Yagüe a Montijo

Yo no estaba preocupado, he de decir. No soy ni de izquierdas ni de derechas, ningún político va a ir al campo a ganarse el jornal por mí. Eso sí, las desigualdades siempre me parecieron injustas. Sin embargo, dos chavales, una noche, vinieron a la casa de mis padres a buscarme.

Me llevaron a la Casa del Navegante, que habían convertido en prisión. El 28 de agosto, y coincidiendo con el traslado de la Virgen de Barbaño me despertó el sonido de motores de varios camiones. Decidieron celebrar el día de la recogida de la patrona, invitándonos a desayunar. Pero no a migas: “Os vamos a dar café, maricones”, nos dijeron. Y así acabó mi vida, junto con la de otros 17 montijanos. Contra la tapia del cementerio. Cal, y a la fosa.

No me vais a creer, porque os he estado observando, y tenéis pinta de no tragaros, ni lo del más allá, ni nada de eso. Pero he de deciros que estáis equivocados. Hay un cielo para las mujeres y hombres de bien: yo soy uno de ellos.

Para ser hombre de bien basta con hacer cosas para mejorar las condiciones de vida de los que nos rodean, y no vale con ir a rezar todos los domingos. De hecho, fue un mal católico el que me denunció a los golpistas. Ese mal católico estuvo en mi bautizo, mi comunión, mi confirmación, y hasta contaba con él para mi boda con Elvira. Por el cielo no le he visto, no ha debido de ser un hombre de bien.

De hecho, fue un mal católico el que me denunció a los golpistas. Ese mal católico estuvo en mi bautizo, mi comunión, mi confirmación, y hasta contaba con él para mi boda con Elvira. Por el cielo no le he visto, no ha debido de ser un hombre de bien

El caso es que llevo muerto 87 años vigilando a Extremadura desde el cielo, y aparte de un paisaje precioso, he visto que os han pasado muchas cosas durante este tiempo:

De la dictadura qué voy a decir, estos que me mataron os trataron muy mal durante 40 años. Me dolía veros sufrir. Antonio Elviro Berdeguer acabó como yo, Matilde Landa en la cárcel y desterrada. Régula, Paco el Bajo y el Señorito Iván, de vuelta a Extremadura.

800.000 de vosotros emigrasteis en menos de 20 años. Me daba mucha pena veros en la estación de tren de Mérida, Cáceres o incluso de Montijo, porque sí, en Montijo teníamos conexión con Madrid desde 1864, no sé qué os está pasando ahora. Emigrabais los de abajo, los de los chozos. Pero los cortijos seguían llenos. Y allí os plantabais en Madrid, Bilbao o Barcelona, cambiando un cielo de cigüeñas y encinas por otro con antenas y bloques de ladrillo, y solo podíais visitar Extremadura los veranos, eso sí, con un acento muy fino y con aquellos televisores tan modernos.

Y bueno sí, que las presas y el Plan Badajoz existieron, pero que fueron cuatro casuchas y cuatro mulas hipotecadas de por vida, bastantes caciques, y muchísima publicidad… Porque Franco, en cuestión de publicidad con el Plan Badajoz, no tenía nada que envidiar a los influencers de ahora.

¡Total, que el 20 de noviembre del 75, descansó en paz él, y los extremeños mucho más todavía! Fueron unos años muy emocionantes a partir de ese momento, la verdad. Carrillo volviendo a España, compañero de Tamames, que me suena que es el mismo de la moción de Vox, pero no me hagáis mucho caso, los muertos también envejecemos y estaré chocheando. ¡Y en diciembre del 78, la Constitución, otra vez democracia por fin! ¡Llegaron los aplausos a los pies de nuestra fosa común! Entre medias, el crimen de Feria y el golpe de estado, los de siempre haciendo lo de siempre… ¿no se suponía que los caciques desaparecerían con la llegada de la democracia? Pues no, o al menos no los suficientes.

¡El 25 de febrero del 83 llegó el Estatuto de Autonomía de Extremadura, toma ya! ¡El artículo 6 establecía además la reforma agraria como uno de los objetivos básicos de Extremadura! ¡La llorera que me llevé leyendo ese artículo, a los del 25 de marzo nos daban por fin la razón en la Asamblea!

Un emeritense socialista gobernando la Junta. ¡Esto pintaba bien! A mí me gustaba Ibarra, las cosas como son, sanidad pública universal, autovías como las alemanas, educación gratuita, extremeños hijos de obreros en la Universidad. ¡Los Santos Inocentes premiada en Cannes! ¡Azúcar Moreno a Eurovisión! Luego salió el PP, gracias a IU, que ya no entendí. Tuvisteis ese fugaz Gobierno de Extremadura.

Pero la gran sorpresa vino en septiembre del 2011, PP Y PSOE acuerdan suprimir del Estatuto justo ese artículo 6 que hablaba de la reforma agraria y que tanta ilusión me hacía. No me sentí decepcionado. Fue extrañeza.

¿Qué había pasado entre el 83 y el 2011 para que se decidiera eliminar ese artículo 6? ¿Habrían sentido miedo vuestros políticos? ¿De quién? Yo os aseguro que entiendo el miedo, ese mismo miedo que tengo hasta después de muerto, del recuerdo del sonido ensordecedor de esos motores de camiones que me esperaban para llevarme al cementerio, esos insoportables 10 minutos que se me hicieron como horas, esperando el disparo certero. No les culpo del miedo. Pero yo sé de dónde viene mi miedo. Y me gustaría saber, por lo menos, de donde o de quien vino el miedo que hizo a vuestros políticos dejar de luchar por la reforma agraria.

No les culpo del miedo. Pero yo sé de dónde viene mi miedo. Y me gustaría saber, por lo menos, de donde o de quien vino el miedo que hizo a vuestros políticos dejar de luchar por la reforma agraria

Miedo deben sentir en Montijo, donde se sigue sin retirar la Cruz de los Caídos del Parque Municipal. Podría pensar que la cruz da más sombra que los árboles que no se cuidan, o que los quioscos que ya no se abren. Pero me viene a la cabeza otra vez ese sonido de motores de camión, y me pregunto si no es el miedo también en este caso el que no permite a algunos políticos eliminar monumentos a los sublevados. Pero deben saber que se hace insoportable para los míos, para los míos y para los de mis verdugos, porque aún peor que el miedo es la vergüenza que sentirá la pobre familia de esos asesinos al ver esa dichosa cruz. Esa maldita cruz nos recuerda a unos y a otros, la madrugada más oscura de la historia de mi pueblo.

Pero me viene a la cabeza otra vez ese sonido de motores de camión, y me pregunto si no es el miedo también en este caso el que no permite a algunos políticos eliminar monumentos a los sublevados

Escucho demasiadas veces el ¡Ay, si Franco levantara la cabeza! Y ninguna el ¡Ay, si los fusilados levantaran la cabeza, qué pensarían de nosotros!

Ibarra declaró además en Yuste que el 25 de marzo no era ninguna fecha a celebrar, que fue un gran fracaso colectivo. Me dolió escucharle, pero no le quito razón, fue mi gran fracaso y mi gran error, cuántas veces me he preguntado qué habría pasado si no hubiera ocupado aquellas tierras, aquella mañana. Tan grande el fracaso, que acabé con mi propia vida, y me consta que con la de mi novia, mis hermanos, y mis padres.

Últimamente sí estoy decepcionado, el tren que no llega ni se le espera, Ibarra admitiendo que lo del día de Extremadura fue una cacicada suya, Fernández Vara dando a entender que la subida del paro en la región se debe a la subida del SMI, mientras empresas de servicios de call center de Badajoz, se trasladan a Elvas para pagar salarios más bajos a los ya infrarremunerados extremeños… La Junta de Extremadura expropiando tierras para hacer vertederos, minas, o para instalar placas solares.

Lo de las placas solares me alucina, con lo difícil que nos lo pusieron a nosotros, y lo fácil que se lo están poniendo a las termosolares. Igual deberíais decir como los parisinos en el 68: “sous les paves, la plage, bajo los adoquines, la playa”. En vuestro caso, “bajo sus placas, nuestra tierra”.

Lo de las placas solares me alucina, con lo difícil que nos lo pusieron a nosotros, y lo fácil que se lo están poniendo a las termosolares. Igual deberíais decir como los parisinos en el 68

Ocurren por supuesto cosas estupendas en Extremadura, y disfruto como un enano viéndolas: La que montasteis en los Palomos… ¡Federico García, un granadino muy salao que también está por aquí arriba, quedó entusiasmado con aquello! ¡La fuerza que estáis demostrando con el Salva Tu Tierra, con el No a la Mina, las Migas en los Grammy! ¡La valentía de vuestras sanitarias y sanitarios durante la pandemia, dejándose hasta sus propias vidas para luchar por las vuestras!

He de confesar que hoy he pasado el día entre Valdencín y Mérida, y no he estado al 100 % con vosotros, pero os he escuchado hablar de cosas maravillosas. Quería daros las gracias. Me despido ya, con una frase de Manolo Cañada en Otra Extremadura: “Tenemos derecho a trabajar y vivir dignamente en nuestra tierra. Contra el paro, la emigración y el clientelismo, organicemos la rebeldía verde, blanca y negra”. Un saludo desde el cielo de Extremadura.


Fuente → elsaltodiario.com

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