Ataque generalizado al nivel de vida
Ataque generalizado al nivel de vida

Ataque generalizado al nivel de vida en el contexto de la guerra
¡Constituyente, autodeterminación y República!
 

Los acontecimientos de la lucha de clases en Francia han puesto al descubierto el dictado imperativo de las oligarquías del dinero que se disfrazan con ropajes de democracia. El “liberal” Macron viene de aplastar la voluntad de la mayoría del pueblo francés, imponiendo la contrarreforma de las pensiones, para lo que ha tenido que burlar hasta el mismo voto de la Asamblea, invocando poderes contrarios a la democracia, para impedir el voto de la Asamblea de los representantes elegidos por no resultar favorable. Su poder, utilizado para burlar la democracia y aplastar la voluntad popular expresada en las calles en defensa de las conquistas sociales, deviene de los poderes extraordinarios del golpe de Estado de De Gaulle, que se inscribieron en la Constitución de la Quinta República. La movilización y las jornadas de huelga intermitentes han chocado una y otra vez con la represión policial y con los poderes presidenciales antidemocráticos, abriendo la crisis política y social del régimen de la Vª República. Los ataques al nivel de vida de los trabajadores en el contexto de la guerra imperialista, que Macron sostiene con su apoyo a la ofensiva militarista de la OTAN, no podrán sino intensificarse, cuando la liquidez de los grandes bancos pone en jaque el sistema económico. Los acontecimientos de Francia presagian empujes en toda Europa.

Parece que algo se mueve en la trastienda de los intereses de la guerra entre grandes potencias. En reciente reunión celebrada en Moscú los líderes de Rusia y China han debatido acerca de un “plan de paz para poner fin a la guerra”. Pedro Sánchez, quien se dispone a tomar el relevo en la Unión Europea -que por turno le corresponde como presidente del gobierno español-, ha sido invitado este mismo jueves a China para entrevistarse con el presidente Jinping y participar en un foro económico (La Conferencia anual del Foro de Boao para Asia). El plan de paz formulado por China choca con el servilismo del Gobierno español respecto a los planes de la OTAN y de los EEUU. La UE y su diplomacia carece de margen de maniobra para moverse como una expresión independiente con respecto al mandato militarista y de guerra establecido por los EEUU sobre la guerra de Ucrania. La negociación del plan de paz chino coincide con la comparecencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, ante el pleno del Congreso, para explicar el envío de carros de combate Leopard a Ucrania, lo que multiplicará de nuevo las contradicciones del bloque que sostiene al Gobierno a escasas semanas de que dé comienzo la convocatoria de elecciones, comenzando por las elecciones municipales.

Los grupos parlamentarios catalanes, vascos y gallegos acusan al Gobierno de tomar decisiones a favor de la guerra, tomando iniciativas y medidas que ni siquiera se han debatido y votado en Cortes. Las cámaras de representantes, así como el mismo gobierno de coalición, aparecen divididas acerca de la cuestión clave de la guerra. Hay dos bloques mayoritarios constituidos: de una parte, el formado por los partidos monárquicos, PP y VOX, a los que se suma el PSOE, partidarios de los planes de guerra de la OTAN; y de otra parte, los partidos nacionalistas catalanes, vascos y gallegos, a los que se une -depende para qué- Unidas Podemos, Más País, la CUP, quienes, sin proponerse encabezar ningún movimiento general contra la guerra, abogan por una salida diplomática y pactada.

En toda Europa la cuestión de la guerra se erige como una de las claves de la actual situación política, que condiciona todas las demás. En Alemania, el gobierno de coalición apuesta por la prolongación de la guerra de Ucrania, al tiempo que fomenta la guerra interna contra los trabajadores. Ha comenzado un movimiento de deslocalización de grandes empresas alemanas, y la mayoría se desplazan a los EEUU, al calor de las subvenciones gubernamentales, provocando una grave crisis de desindustrialización. En los EEUU, numerosas organizaciones se han puesto de acuerdo para movilizarse contra la guerra, como sucedió el pasado 19 de marzo en Washington, cuando se cumplía el veinte aniversario de la guerra de Irak. Los manifestantes reclamaron la disolución de la OTAN y el cierre de las bases militares de los EEUU instaladas por todo el mundo. En sus pancartas y consignas, los manifestantes relacionaban la política de guerra -y por tanto de gastos militares- con los recortes sociales, y con la creciente represión policial que viene sufriendo la población.

También en el contexto internacional de la guerra, se desarrolla la crisis política latente en España. Los pasados meses, la coalición de izquierdas Elkarrekin-IU del Parlamento Vasco presentó una iniciativa para que el Parlamento de Vitoria inste a las Cortes Generales a iniciar un proceso de reforma constitucional, que permita la convocatoria de un referéndum sobre la continuación de la Monarquía o el establecimiento de una República. La Proposición no de Ley, firmada por la diputada Miren Gorrotxategi, recuerda que la forma de Estado y Gobierno vino impuesta por la herencia franquista y que la ciudadanía nunca pudo decidir sobre un aspecto fundamental del sistema político e institucional. Concluía: “no se puede hablar de democracia plena mientras la Jefatura del Estado sea resultado de la herencia sanguinaria”. Por ello, se propone al Parlamento vasco, que se promueva la modificación de la Constitución y la celebración de un referéndum sobre Monarquía o República.

Esta misma semana se daba a conocer que los partidos vascos PNV, Bildu y Podemos habían acordado en común incorporar el derecho a decidir a la iniciativa republicana del grupo de Gorrotxategi, como forma de proceder a la reforma de la Constitución española. Acuerdo que se llevará a discusión al Parlamento para su aprobación, y que, en palabras del portavoz del PNV, retoma un debate habido en esta misma cámara territorial en abril de 2021, expresando el compromiso con los principios republicanos, vincularlos al reconocimiento de Euskadi como sujeto jurídico-político con derecho a libre determinación. Por ello, el acuerdo definitivo que se propone al Parlamento Vasco, firmado por Gorrotxategui, Arkaitz Rodríguez y Joseba Egibar, manifiesta la necesaria reforma de la Constitución del 78, en base a cuestiones democráticas fundamentales, como es el “cambio de la forma política del Estado, habilitando la opción de la República, así como el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado y el consiguiente derecho a decidir de los pueblos”.

La posible aprobación de dicha enmienda trasnacional viene a separar a los partidos que gobiernan en Vitoria y en Madrid, dado que el PSOE se niega a favorecer medidas concretas que ayuden al cambio político y social. Sus dirigentes se aferran a la monarquía y su Corte, y lo expresan diciendo que “España es un Estado Social y Democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, valores todos ellos de gran significación progresista, con los que los socialistas siempre estamos comprometidos”.

No cabe duda alguna de la importancia del debate político que se lleva a cabo en la Asamblea Vasca, en la medida que se están avanzando propuestas concretas de ruptura con el “atado y bien atado” franquista, atado que impide desde hace cuarenta años la soberanía de los pueblos.

Debe ponerse de relieve, en el terreno mismo de la lucha por la democracia, la Asamblea Constituyente como centro de poder de la soberanía popular.


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