Algunas leyes establecidas por la II República

• Derecho al voto de la mujer, reconocido en las Cortes el 1 de octubre de 1931. Ejercido por primera vez en las Elecciones Generales de 1933.

• Enseñanza primaria, obligatoria, gratuita, laica, Arts. 48 y 50 Cons. Creación y habilitación de miles de escuelas públicas a finales de 1932.

• Ley limitación de jornada y horas extras: (1/7/1931 y 9/9/1931)

• El subsidio de desempleo se instauró por Decreto el 25 de mayo de 1931, protección del paro involuntario» y subsidio del 50% del sueldo. Art. 46.

• Reconocimiento de igualdad absoluta entre hombres y mujeres, en todos los ámbitos. (1/11/31). Arts. 43, 46 y 48 Constitución.

• Seguridad social gratuita y universal, Ley de contratos de 21.11.31. Arts. 43 y 46 Constitución (9/12/1931).

• Primeras vacaciones pagadas y Derecho a huelga. Ley de contratos de 21 Noviembre de1931.

• Ley de divorcio, del 2.02.1932, que otorgaba el Estado. Art. 27 y 43 Cons. Aborto (en las 12 primeras semanas de gestación) en Catalunya, Diciembre 1936.

• Separación de Iglesia y Estado, Libertad religiosa: Art. 26, 27 y 48 de la Constitución Republicana.

• La Iglesia no tendrá otros bienes que los dedicados a vivienda y fines religiosos. Art, 26 Cons. y Decreto de 23 de enero de 1932.

• La Reforma agraria, aprobada el 9 de septiembre de 1932. Art. 44

• Presidencia de la República electa entre todos/as españoles/as: Art. 68

• España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional, Art. 6 de la Constitución

 

La participación social en la II República

En su interés de sacar al pueblo de su atraso secular, la República emprendió una serie de reformas democráticas, educativas, laborales. Entre ellas estaban la limitación de la jornada laboral; el divorcio; la despenalización del adulterio -que castigaba a la mujer y no al hombre-; el reconocimiento del voto y la patria potestad a la mujer; la escolarización obligatoria; los comedores escolares; la alfabetización y cultura para las zonas rurales, etc.

En la medida en que las reformas republicanas se aplicaron en los pueblos, la política pasó de ser algo exclusivo de los políticos y las clases altas a ser objeto de atención también del pueblo llano.

A caballo de ese cambio cultural, los trabajadores empezaron a cuestionar sus miedos ancestrales y a organizarse como correspondía al “pueblo soberano” y secularmente se les había negado. El pueblo llano empezó a ver como algo útil y una expresión de modernidad participar en las organizaciones obreras, culturales y políticas, por lo que la vida cultural y política tomó, de pronto, una animación desconocida hasta entonces.

Si un grupo social salió beneficiado por las leyes republicanas, ese fue el de las mujeres, particularmente las de la España rural, que pasaron de vivir marginadas e invisibles, a aspirar a la igualdad con el hombre en el entorno familiar, social y político. Este cambio se reflejó enseguida en el vestir y las costumbres: las largas faldas se acortaron hasta la rodilla y de las largas cabelleras recogidas en un moño y pañuelo pasaron a la cabeza descubierta con el pelo corto y suelto, a lo “garzón”; la total subordinación daba paso a una mayor autonomía y autoestima.