"Un voto para despertar", el episodio de "Imprescindibles" que recorre la vida y lucha de Clara Campoamor

"Un voto para despertar", el episodio de "Imprescindibles" que recorre la vida y lucha de Clara Campoamor  / Ane Amondarain

«Un voto para despertar» es el nuevo capítulo del programa «Imprescindibles» de RTVE que ahonda en la vida personal y política de Clara Campoamor, símbolo de la lucha por la igualdad de los derechos de la mujer en el siglo XX y gracias a quien en 1931 se aprobó el voto femenino en España.

Desde su exilio en Buenos Aires (Argentina), donde más años estuvo refugiada tras el estallido de la Guerra Civil, Campoamor visita Madrid para saber, de forma confidencial, si podría regresar a España. Es así como comienza este documental en el que Campoamor echa la vista atrás y rememora los episodios que marcaron su vida, la lucha feminista y la política española del momento.

A propósito del centenario de su muerte este 2023, Rafael Alcázar, el director, ha querido grabar este documental sobre el legado que dejó Campoamor porque considera injusto que «a esta mujer tan extraordinaria, no solo entre la mujeres de su tiempo, sino que entre todos los políticos y hombres de su época, no se le haya colocado en el sitio que le corresponde», ha explicado en la presentación del documental en la Cineteca de Madrid.

«Un personaje de los más imprescindibles que hemos tenido nunca en el programa», ha reconocido también Marcos Hernández, director de «Imprescindibles», el programa de RTVE que realiza semblanzas biográficas y profesionales de los personajes más destacados de la cultura española. 

El Ateneo de Madrid y las primeras conferencias feministas

Nacida en Madrid el 12 de febrero de 1888, de madre costurera y padre contable, Clara Campoamor tuvo que comenzar a trabajar a una edad muy temprana tras la muerte de su padre.

En sus inicios, Campoamor fue modista, dependienta de comercio y telefonista. En 1909 aprobó las oposiciones de auxiliar femenina de segunda clase del cuerpo de Telégrafos del Ministerio de la Gobernación, lo que la llevó a trabajar en Zaragoza durante unos meses y en San Sebastián durante cuatro años.

No fue hasta que volvió a Madrid, tras conseguir una plaza en el Ministerio de Instrucción Pública como profesora de taquigrafía y mecanografía en las Escuelas de Adultas, que Campoamor comenzó a frecuentar los ambientes intelectuales.

Entre ellos, destaca el Ateneo de Madrid, que por aquel entonces era el epicentro de la vida cultural madrileña y del republicanismo. Y donde también comenzaron a darse las primeras conferencias sobre feminismo en la capital. 

El movimiento sufragista español

«En España se conocía el feminismo, pero era más individual a diferencia de las sufragistas en Inglaterra o Estados Unidos», explica en el documental Rosa María Capel, historiadora especializada en la vida y obra de Campoamor.

Precisamente, la lucha sufragista en los países anglosajones, el triunfo de la Revolución rusa en 1917 y entrar en contacto con activistas feministas españolas como la sufragista Carmen de Burgos alentó a Campoamor en la lucha por el derecho al voto femenino y por la igualdad de condiciones en el ámbito laboral.

Así es que tras licenciarse como abogada en 1924, Campoamor participó en la fundación de la Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas y el Instituto de Uniones Intelectuales. 

La incansable lucha por el voto femenino

Como se narra en el documental, Campoamor fue una de las pocas abogadas españolas de la época y la segunda mujer en incorporarse al Colegio de Abogados de Madrid, un mes después de que lo hiciera la política Victoria Kent. Asimismo, Campoamor también fue la primera abogada en defender un caso ante el Tribunal Supremo.

Pero la alternancia de liberales y conservadores en el ámbito legislativo impedía la implementación real de las leyes por las que luchaba.

En las elecciones de 1931, que llevaron a la proclamación de la Segunda República, las mujeres no podían votar pero sí ser elegidas. Así es que finalmente Campoamor decidió saltar a la política con el republicano Partido Radical de Alejandro Lerroux. Y resultó ser elegida, al igual que Victoria Kent, quien se presentó por el Partido Radical Socialista.

Era el momento y el lugar perfecto para avanzar en derechos de la mujer. Pero la incansable lucha por el voto femenino le llevó a Campoamor a distanciarse de sus compañeros de partido y a enfrentarse con Victoria Kent, quien si bien ansiaba el voto femenino, consideraba que dado los altos índices de analfabetismo y la influencia del catolicismo en las mujeres, no era el momento de aprobarlo porque votarían a partidos conservadores.

Sin embargo, para Campoamor «las mujeres se tenían que educar en democracia ejerciéndola», ha explicado la historiadora Rosa María Capel en la presentación del documental en la Cineteca de Madrid.

«Este argumento se oyó en el Parlamento británico y entre los disputados estadounidenses de la época. Es una idea universal. Pero presupone que las mujeres votamos todas a una y que no tenemos diferencia de criterio, que somos de pensamiento único a diferencia de los hombres», ha argumentado la historiadora.

Capel también ha declarado que para Clara Campoamor «el derecho al voto estaba por encima de la tendencia política de cada mujer» . 

La relación con Victoria Kent

Pero la batalla por el voto femenino se discutió en las Cortes y a pesar de que se convirtió en un debate de beneficio electoral, acabó aprobándose a finales de 1931. Aunque sin los votos del Partido Radical a excepción de cuatro compañeros de la abogada y política madrileña.

«Así como Campoamor se desilusiona de la práctica política de la República, nunca se desilusionará de su pensamiento ni de los principios de su vida: la igualdad, la libertad y la fraternidad», ha asegurado Capel.

La presentación del documental en la Cineteca de Madrid también ha servido para ahondar en la relación entre Campoamor y Kent, dos políticas con ideas diferentes de las que a menudo se ha destacado su enemistad.

No obstante, la abogada y expolítica Cristina Almeida, que también ha estado en la presentación, ha declarado que, en verdad, ambas políticas eran amigas.

«Lo que pasa es que siempre vende algo así y tiene morbo que dos mujeres, las únicas diputadas, se levantaran a defender posturas muy distintas», ha agregado Capel.


El exilio en Buenos Aires
 

Ni Kent ni Campoamor renovaron su escaño en las elecciones de 1933. Y, como se recoge en «Un voto para despertar», Campoamor nunca tuvo reparos en mostrar su decepción con el que había sido su partido, el cual acabó aliándose con la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), ganadora en las elecciones de 1933.

Los sucesivos acontecimientos históricos que condujeron al estallido de la Guerra Civil llevaron a Campoamor a exiliarse primero en París, después en Lausana (Suiza) y más adelante en Buenos Aires, donde pasaría la mayor parte de su exilio. Nunca más volvería a instalarse permanentemente en España.

Fue entonces, desde el exilio, cuando la abogada y política madrileña se dedicó a la escritura de diversas obras sobre feminismo y su experiencia en el ámbito político, especialmente entre los republicanos, que a su parecer, obstaculizaron lograr un mayor avance en materia de igualdad.

El documental se estrenará el 5 de marzo en La 2 de Televisión Española con motivo del Día de la Mujer.


Fuente → efeminista.com

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