Los escritos republicanos de Oriol Farrés
Los escritos republicanos de Oriol Farrés 
Ramon Alcoberro
En alemán cuando se llama " das klingt Spanisch " (eso suena español) se expresa desconfianza, algo raro. En francés cuando alguien habla muy mal se dice que lo hace como une vache espagnole (una vaca española). Una de las razones de la insignificancia política del Estado es la perpetua incapacidad de producir ideas políticas –y por supuesto científicas. La tradición de pensamiento republicano, por ejemplo, debería repensarse.

 

Existe muy poca crítica de libros filosóficos y menos aún de libros de filosofía en catalán. Por eso a menudo se pasan por alto aportaciones significativas como la recopilación de Escritos republicanos (Ediciones Enoanda) del profesor de la Autónoma de Barcelona Oriol Farrés Juste que, si tuviéramos un The Atlantic o un Times Literary Supplement quizás tendrían mejor acogida. Es difícil producir pensamiento crítico en una universidad precarizada y con la mínima repercusión que tiene la filosofía catalana. Que algunos locos magníficos lo intenten, generalmente entre el silencio ambiental, sólo da mayor valor a su osadía.

Escritos republicanos de Oriol Farrés es una aportación significativa al estudio de una corriente de pensamiento político que se inició con Aristóteles , Plutarco y Cicerón y que ha conocido una historia azarosa que pasa por los liberales clásicos ( Locke ) o por Marx hasta desembocar en nuestros días con filósofos académicos como Quentin Skinner , Michael Sandel o Philip Pettit . Quizás sería más sencillo llamarlo humanismo cívico porque el principal interés del republicanismo es contar con una ciudadanía activa, comprometida con la salud política del Estado (o en su vocabulario con la “virtud cívica”).

El republicanismo es un intento de pensar la política desde sus raíces de nada publica, de lo que a todo el mundo debería importar porque están en juego las condiciones de la buena vida

El republicanismo en filosofía es la convicción de que el “nosotros” se constituye por la adhesión a unos valores morales comunes y no por la pertenencia a una lengua, una religión o una etnia. “Comunidad cívica” significa que alguien no es catalán o valenciano porque sus padres lo eran sino porque cree que en la forma de vivir (en los valores e incluso en los defectos) de una comunidad hay muchas cosas que convendrían también a todo el mundo, haya nacido aquí o en la isla de Antuerpia, equivalente catalán de las Quimbambes. Los catalanes, mallorquines y valencianos hemos nacido donde el azar ha querido, pero lo somos porque como decía Carner mezclamos vieja raíz y fresca savia. El republicanismo es, pues, una comunidad de elección. La gente nace porque era necesario pero todo el mundo opta por vivir de una manera u otra porque quiere.

Es querer vivir juntos (y no venir de lejos) lo que hace república. La raíz son los zapatos. En palabras de Oriol Farrés, el republicanismo es un intento de pensar la política desde sus raíces de nada publica , de lo que a todo el mundo debería importar porque están en juego las condiciones de la buena vida. También es, además, una idea controvertida que está pasando malos momentos, en manos de concepciones de la comunidad que cada vez más abandonan los principios de equidad en la búsqueda neurótica de seguridad y de identidad. Seguramente (añadiríamos) desde la crisis de 2008 cuando el personal optó por recluirse en una concepción cada vez más étnica de la vida. La deriva neoconfuciana de China , el trumpismo o incluso los gender-studies lleva aires ultraidentitarios y poco republicanos.

Sin confianza no puede haber comunidad y el viento de individualismo que se levantó con la crisis del 2008 y que después se volvió siniestra reclusión en uno mismo con la covid, atenta directamente a la posibilidad de una reflexión cívica y comunitaria. La vida buena y prudente que Aristóteles ponía en el corazón de la república ha aguantado con dificultades en estos últimos años.

El régimen del 78 tampoco ha servido para prestigiar demasiado a una filosofía republicana coherente

En el caso hispánico, la poca “ejemplaridad cívica” de algunos dirigentes políticos que se declaran republicanos pero ayudan en cuerpo y alma a consolidar el régimen del 78 tampoco ha servido para prestigiar demasiado a una filosofía republicana coherente. Por eso sería importante que textos como estos Escritos republicanos de Oriol Farrés tuvieran lectores y debate. No podemos permitirnos tanta indigencia intelectual si queremos un horizonte más libre.


Fuente → eltiempo.com 

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