Necesitamos una memoria reparatoria con los exiliados por Franco
Necesitamos una memoria reparatoria con los exiliados por Franco
Estefanía Hernández Ceballos 

El año 2023 marca nuevos retos y desafíos para la memoria, la cultura y los derechos humanos. El pasado octubre se aprobó una nueva ley de Memoria Democrática, la cual reconoce a todas las personas que padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, de pensamiento u opinión, de conciencia o creencia religiosa, de orientación e identidad sexual, durante el período comprendido entre el golpe de Estado, la Guerra Civil y la Dictadura franquista. Uno de los temas más novedosos que trae consigo esta ley y que pretende cerrar una deuda pendiente en la historia, se encuentra relacionado con las personas exiliadas, que a causa de sus ideas u opiniones en torno al régimen tuvieron que marcharse y exiliarse a otros países de Europa como Francia, o América Latina, como México o Argentina.

Para estas personas que también han sido víctimas de la represión, la nueva ley de Memoria Democrática reconoce y declara la injusticia que supuso el exilio de muchos españoles y españolas que durante la Guerra tuvieron que dejar su vida y hasta su familia. Para ello, se declara el día 8 de mayo de cada año como día de recuerdo y homenaje a los hombres y mujeres que sufrieron el exilio. Se garantiza el derecho al acceso libre, gratuito y universal a los archivos públicos y privados relacionados con el exilio, y se incentiva la investigación y la memoria democrática de las mujeres exiliadas. Así como la promoción, reconocimiento y reparación simbólica del exilio, la resistencia fuera de España y la deportación española.

Esta nueva ley busca darles un lugar en la memoria a miles de personas que por causas ajenas se vieron obligadas a marchar, visibilizar los impactos que tuvo dicho proceso, pero sobre todo busca sensibilizar a las nuevas generaciones para que este tipo de actos no se repitan nunca más. Un elemento importante para lograr estos objetivos es la cultura a través de sus diversas expresiones. Si nos adentramos en el derecho internacional de los derechos humanos, la preservación de la memoria histórica se refiere a los fenómenos conmemorativos, entendidos como representaciones materiales o como actos de evocación, que se manifiestan en el espacio público y se dedican al recuerdo de acontecimientos concretos, con independencia del período en que ocurrieron, o a las personas que participaron en ello.

Las manifestaciones conmemorativas pueden ser sumamente diversas. Entre sus principales formas están los lugares originales, los lugares simbólicos y los actos. Pero además de ello, Naciones Unidas reconoce la importancia de las diversas expresiones culturales como obras de arte, películas, documentales, obras literarias y espectáculos de luz y sonido dirigidos al turismo, que también contribuyen a los procesos de preservación de la memoria histórica. Lo cual pone a la cultura como una herramienta potenciadora para garantizar la protección de la memoria y otros derechos de miles de personas que fueron víctimas de la guerra civil y el franquismo, y particularmente de las que tuvieron que exiliarse.

No obstante, los estándares internacionales señalan que para lograr un adecuado resultado y que se alcancen efectos positivos para las víctimas, la colaboración entre autoridades, ciudadanos y la sociedad civil, y especialmente los representantes de las personas directamente afectadas por los acontecimientos pasados, son vitales.

Actualmente, si bien existe un gran acervo e iniciativas dentro de la cultura que han tratado de reivindicar estos acontecimientos y darles vida dentro de la literatura, el cine o el teatro relacionados con el exilio durante el periodo franquista, hoy surge un nuevo reto para la cultura y las diferentes artes escénicas con el fin de otorgar una protección jurídica adecuada a la memoria que permita contribuir a la verdad, justicia y reparación de las violaciones de derechos humanos durante ese periodo. Pero, sobre todo, abre la oportunidad para que la cultura y las artes sirvan como medio para reencontrarnos con todas esas personas que marcharon hace ya varias décadas a través de una memoria colectiva: reparatoria, inclusiva y digna.

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Estefanía Hernández Ceballos es economista y jurista mexicana especializada en temas de democracia, derechos humanos y políticas públicas. Maestra en Ciencia Política y Derecho Constitucional por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, y en derechos humanos y gobernanza por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha colaborado en América Latina dentro del ámbito gubernamental, particularmente en áreas de derechos humanos y estudios parlamentarios, participado en organismos internacionales.


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