La matanza de los abogados laboralistas de Atocha cumple 46 años
La matanza de los abogados laboralistas de Atocha cumple 46 años

Inma Muro

Isabel de la Fuente acude cada 24 de enero al lugar donde hace 46 años un grupo de extrema derecha mató a cinco personas e hirió gravemente a otras cuatro. Fue la matanza de Atocha, el ataque terrorista de ultraderecha al despacho de abogados laboralistas. El marido de Isabel, Vicente Merino, militante de CCOO como ella, había estado hasta momentos antes del ataque en la reunión en la que se trataban reivindicaciones de los trabajadores del transporte. Crónica Libre ha acompañado a esta sindicalista en su recorrido por el lugar de los hechos y el monumento que la ciudad de Madrid erigió en memoria de las víctimas en la plaza de Antón Martín.

 

Cuando acabó la reunión del sector del transporte, un grupo de sindicalistas, entre ellos Vicente Merino, bajó a tomar unas cañas en un bar de al lado. Eso le salvó la vida. Los abogados y un empleado se quedaron en el despacho. A las 22:30, poco después, tres pistoleros entraron en el despacho de la céntrica calle madrileña y ejecutaron a tres abogados, Enrique Valdelvira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Javier Sauquillo; al estudiante de Derecho Serafín Holgado de Antonio y al administrativo Ángel Rodríguez Leal. Malhirieron a Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Luis Ramos Pardo y Lola González Ruiz.

Hacía catorce meses que había muerto el dictador y la democracia daba tímidos pasos. Frente a la apertura, grupos de extrema derecha se resistían a que las cosas cambiaran y los sindicatos verticales del transporte veían en los abogados laboralistas los artífices de las huelgas que habían tenido lugar semanas antes y que amenazaba su control del sector. De esa mafia franquista que tenía el transporte en sus manos partió la idea del atentado. La matanza de Atocha, (la primera, luego tristemente llegó la del 11M, pero esa es otra historia y otra lucha) dio lugar a una enorme manifestación, silenciosa y pacífica, con más de 100.000 personas. Supuso un paso en firme hacia la instauración del régimen democrático, al contrario de lo que pretendían los terroristas.

Al día siguiente un paro nacional de trabajadores y días después huelgas y muestras de solidaridad. Tres meses más tarde, el partido comunista era legalizado. El día 24 de enero fue instaurado como el Día Europeo del Abogado Amenazado.

Isabel de la Fuente recuerda bien lo importante, no de dónde partió la manifestación, pero sí el silencio con que transcurrió. También tiene muy vívido como su marido cuando llegó a casa cogió lo más imprescindible y corrió a esconderse sin decirle a dónde. Ella y sus dos hijos se fueron a casa de sus padres. “Había miedo, mucho miedo, no se sabía lo que iba a pasar. Las cosas entonces eran muy diferentes, Franco acababa de morir nadie sabía qué nos esperaba”, cuenta.

Isabel conocía bien a Miguel Sarabia, como ella, era de Usera. Era maestro y estudió luego derecho. “Hizo muchas cosas buenas en el barrio, hicieron casas para personas que no tenían dónde vivir”, recuerda con cariño al abogado. “Recibió varios tiros en el estómago, sobrevivió pero le dejó secuelas de por vida”, añade esta sindicalista que aún hoy milita con orgullo. Enseña la foto de Sarabia que lleva en el móvil y recita el nombre de sus tres hijos, «ninguno estudió Derecho a pesar de que a su padre le hubiera gustado», dice. Miguel Sarabia murió el 20 de enero de 2007, cuatro días antes de que se celebrara el trigésimo aniversario del asesinato de sus compañeros.

Placa en homenaje a las víctimas del atentado.
Crónica Libre acompaña a Isabel de la Fuente al lugar de la mantanza.
 

“Aquello nos cambió nuestra vida, el día a día. Y eso ayudó mucho a la democracia. Nos reunimos en esta plaza todos los años (dice en Antón Martín), después vamos hasta CCOO porque casi todos eran de Comisiones ­–explica con emoción–, allí se les hace un homenaje”. Vicente Merino acudía también “pero esta pandemia se lo llevó”, cuenta Isabel. 

Marcadas por la tragedia

Paquita Sauquillo salvó la vida de casualidad, porque junto a Manuela Carmena, que dirigía el bufete y cedió su despacho a un colega, decidieron reunirse en otro local. También Cristina Almeida que compartía despacho con ellas, y estaba en Chile. Pero Paquita perdió a su hermano pequeño en la matanza, Javier que tenía 29 años, y su cuñada, la también abogada Lola González Ruiz, resultó herida.

Sauquillo, fundadora y presidenta de la organización Movimento por la Paz que ha sido diputada regional en la Asamblea de Madrid, senadora y europarlamentaria, recordará como los últimos 46 años con tristeza pero con orgullo aquel fatídico día, segura de que hay que tener presentes a quienes dieron su vida por la democracia en este país. 

Los asesinos ultraderechistas

Los autores de la matanza fueron detenidos a los pocos días. Confiados en sus contactos en la esfera política y en la inercia de un régimen que no acaba aún de desaparecer, no se molestaron ni en huir de Madrid. Juzgados en la Audiencia Nacional fueron condenados, los autores materiales, José Fernández Cerrá, Carlos García Juliá y Fernando Lerdo de Tejada, a 193 años. Francisco Albaladejo, secretario provincial del sindicato vertical del transporte, a 73 años como autor intelectual del atentado.

La matanza les salió “barata” al comando de la ultraderecha que perpetró los asesinatos. García Juliá cumplió 14 años de cárcel y aprovechó un permiso por una supuesta oferta de trabajo en Latinoamérica para huir. Después de años prófugo, fue detenido en 2018 en Brasil y extraditado a España en febrero de 2020. Cumplió 287, de los más de 3.800 días que le quedaban, y fue puesto en libertad en noviembre de ese mismo año.

José Fernández Cerrá, otro de los pistoleros, un hombre peligroso que nunca se arrepintió de la matanza, sí cumplió la condena, aunque solo estuvo 25 años. Fernando Lerdo de Tejada, para el que se pedían 1.500 años, escapó durante un permiso antes de ser juzgado.

La sentencia, recogen los periódicos de la época, se leyó el 26 de febrero de 1980 con los acusados y el público cantando el cara al sol. No habían transcurrido ni cinco años de la muerte del dictador y aún había mucho que cambiar. Hoy hay que recordar para que la historia no se repita, para que haya Justicia para quienes murieron por defender la libertad, la democracia. Por eso, 46 años después tiene sentido el homenaje que organiza la Asociación Libre de Abogados (ALA) en homenaje a sus colegas frente a los Juzgados de lo Social en la calle Princesa número 3 y el que tendrá lugar ante el monumento de Antón Martín. Allí estará Isabel de la Fuente, una vez más, «no he faltado ningún año», cuenta con firmeza.


Fuente → cronicalibre.com

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