Gonzalo Pando, de médico de Rascafría a comandante del batallón Thaelman
Gonzalo Pando, de médico de Rascafría a comandante del batallón Thaelman
Pablo Iglesias
 
La historiadora Ana María Afzali, su sobrina nieta, rescata la historia de un hombre comprometido que se convirtió en un líder militar del Ejército Popular

Mi tía abuela materna, Ángeles Santa María, nació en 1912. Vallecana de familia obrera, a principios de los años treinta del siglo pasado entró a servir en la casa que tenía en Rascafría –un hermoso pueblo del Valle del Lozoya en el norte de la provincia de Madrid– un señor adinerado. Aquel señor da hoy nombre a una calle y al polideportivo municipal de Rascafría. En aquel tiempo, mi tía Ángeles conoció a las nietas del ilustre señor; una de esas niñas, entonces adolescente, Lola Peláez, terminaría siendo mi abuela paterna. Pero esa es otra historia. El caso es que mi tía abuela me contó que aquel señor, don Francisco Zapater, padecía un cáncer que terminó matándolo en 1934 y me contó también que el día que murió, el anciano se desmoronó sobre ella en el jardín de la casa y, por lo visto, derramó sobre ella bastante saliva. Mi tía, que no era una mujer instruida en la medicina, estaba muy alarmada ante la posibilidad de que la enfermedad de mi tatarabuelo fuera contagiosa y fue a pedir consejo al médico del pueblo. Y aquí empieza la historia de esta entrevista. El médico de Rascafría de entonces, Gonzalo Pando, resultó ser un héroe de nuestra Guerra Civil que, además, dejó una profunda huella en el pueblo de la sierra de Madrid donde ejerció la medicina y el activismo político, como bien sabían en mi familia paterna que siempre veraneó allí. En este año que termina, una de sus descendientes, Ana María Afzali, su sobrina nieta y catedrática de Filología Española en el Citrus College de Los Ángeles, en Estados Unidos, ha presentado en España el libro Gonzalo Pando Rivero: De médico a comandante republicano de la Guerra Civil Española, que relata las experiencias de un hombre comprometido y valiente que se convirtió en un destacado militar del Ejército Popular. Hemos hablado con ella.

¿Cuándo supiste por primera vez de la existencia y del papel tan destacado de tu ascendiente Gonzalo Pando en la Guerra Civil?

En 1970, cuando yo era muy niña todavía, y bajo la dictadura de Franco, mi padre falleció de cáncer dejando a mi madre viuda, con siete hijos muy jóvenes. Con la muerte de mi padre desapareció también su historia. En 1981 mi madre se casó con un diplomático estadounidense y al poco tiempo me marché a Maine a estudiar empresariales, más adelante magisterio y posteriormente realicé una maestría y un doctorado en Literatura Medieval Española en UCLA (Universidad de California en Los Ángeles). Desde California intenté averiguar más de mi familia paterna con poco éxito.

En 2017 decidí hacer el camino de Santiago desde Oviedo, pues sí que sabía que mis orígenes paternos se hallaban en Villaviciosa, pueblo asturiano en el que posteriormente descubriría que mi bisabuelo –y padre de Gonzalo Pando– había sido el último alcalde del siglo XIX y el primero del XX. Qué mejor manera, pensé, de conocer mi tierra que caminarla, hablar con los labradores, acariciar a los animales y oler la tierra mojada…

Durante este itinerario de dos semanas ocurrieron una serie de coincidencias que todavía hoy me sorprenden. Al regresar a Los Ángeles me preguntaba si éstas seguirían ocurriendo o si fue todo parte de la magia del Camino. Durante esos días recibí la llamada de Luis Silva Pando, del que nunca había oído hablar hasta entonces. Me indicó que era mi primo segundo y que mi abuela, María Pando Rivero, había tenido 15 hermanos con papeles muy importantes durante la Guerra Civil española; en su mayoría en el bando republicano, aunque los hubo también del bando nacional.

En cierta manera es como si mi padre hubiera vuelto a vivir al descubrir su historia familiar. El primo Luis me contó varias historias de mis tíos abuelos. Como sobrina nieta para mí aquello fue dolorosísimo y emocionante al mismo tiempo, y como historiadora sencillamente fascinante. Luis se puso en contacto conmigo porque se iba a organizar un evento en Vilagarcía de Arousa para hacer a su abuelo Luis Pando Rivero hijo adoptivo de la villa y ponerle su nombre a una calle. Estaba buscando descendientes de los Pando Rivero para invitarlos al evento. Luis Pando Rivero había sido un gran juez en este pueblo gallego. Al principio de la guerra estuvo detenido varios meses en la isla de San Simón. El día después de su fusilamiento llegó el indulto. Fue un gran hombre que, como muchos, perdió la vida sin haber hecho nada malo a nadie.

Si bien me fue imposible asistir al evento de Luis Pando por trabajo, sí que lo seguí muy de cerca y desde entonces comencé a investigar las historias de los 16 hermanos. Siempre dije que algún día escribiría la historia.

En marzo del 2020 tenía planeada una gira por la Península Ibérica haciendo presentaciones históricas para Smithsonian Journeys, una división del museo Smithsonian de Washington. Un día antes de mi partida se canceló el viaje por la pandemia. Surgió entonces la oportunidad perfecta para investigar y escribir la historia de los 16 hermanos Pando Rivero.

Fue durante esta búsqueda cuando surgieron infinidad de datos, como sobrina nieta, como historiadora y como española, que su historia tenía que escribirse

¿De qué medios te valiste para encontrar toda la información?

Bueno, para empezar, tuvimos que averiguar exactamente cuántos hermanos había, pues inicialmente surgieron discrepancias. En medio de la pandemia, Senén Rivero, un gran amigo e historiador de Villaviciosa, donde nacieron casi todos los hermanos, fue al registro y averiguamos con exactitud la cantidad y los nombres de todos los hermanos. Después me puse en contacto con los descendientes de los Pando Rivero que tuvieron hijos y nietos para ver qué información tenían ellos. Más adelante entré de lleno en archivos como el Histórico de la Universidad de Santiago de Compostela, Memoria Histórica, etc. Pude encontrar también un gran número de periódicos de la Guerra Civil que habían sido digitalizados. Durante este periodo, estuve en contacto con mi prima carnal Maribel Pérez Lorenzo, que se hallaba confinada en Madrid, y con todo lo que estaba apareciendo se entusiasmó también con mi proyecto y empezó a ayudarme.

Fue durante esta búsqueda cuando surgieron infinidad de datos sobre mi tío abuelo Gonzalo Pando Rivero. No me cupo la menor duda, como sobrina nieta, como historiadora y como española, que su historia tenía que escribirse. Así surgió el libro sobre el tío Gonzalo.

Al final escribí dos libros: el de Gonzalo Pando, que se publicó en enero del 2022, y el segundo, La familia Pando Rivero, historia de una generación, que no se publicó, pues era solamente para los descendientes. En mayo tuvimos una reunión familiar en Santiago de Compostela, en el edificio en el que en su día estuvo la banca que empezó mi tatarabuelo Manuel Pérez Sáenz en la Plaza de Cervantes a mediados del siglo XIX y que ahora pertenece a la fundación de Abanca y que generosamente nos cedió el espacio ese día. Asistieron más de 70 nietos y bisnietos de los 16 hermanos Pando Rivero. Era la primera vez que toda la familia se reunía. Como yo indiqué ese día, la Guerra Civil separó y silenció a nuestra familia y con ese proyecto yo quise unirla y darle voz. Creo que lo he conseguido. El evento tuvo lugar en el mes en que mi padre habría cumplido 100 años.

Fue un gran médico que trabajó en varios pueblos de España y fue ahí donde descubrió lo mal que se trataba a los labradores y a la clase obrera

¿Había alguna publicación sobre Gonzalo Pando cuando comenzaste tu investigación?

No, prácticamente nada. Únicamente alguna cosa en internet con errores importantes. Me puse en contacto con historiadores en España que trabajaban el tema de la Guerra Civil, y se entusiasmaron al saber que Pando tenía descendencia y que había más información sobre él. Muchos de ellos se pusieron a mi disposición para ayudarme incondicionalmente en lo que pudieran. Quise leer también las historias de las personas que lucharon con el tío Gonzalo Pando y para ello tuve que comprar libros que ya estaban descatalogados por ser tan antiguos, cosa que hice a través de coleccionistas.

Cuanto más descubría sobre este tío abuelo, más lo admiraba. Fue un gran médico que trabajó en varios pueblos de España y fue ahí donde descubrió lo mal que se trataba a los labradores y a la clase obrera. Cuando llegó al pueblo de Rascafría a principios de los años 30, se convirtió en una parte importante de esta comunidad; enseñó a las gentes del pueblo a leer y a escribir, les habló de sus derechos y los organizó en sindicatos. Cuando se proclamó la República en 1931, fueron todos a darle la enhorabuena a su casa porque, para ellos, era Gonzalo quien representaba la libertad, la educación y la defensa de los derechos de los trabajadores.

Cuando se produjo el golpe de Estado en julio de 1936, Pando no se lo pensó ni un momento, se fue a las montañas con un grupo de hombres y de rifles. Así, el gran médico y activista dejó el bisturí para sanar a la sociedad con las armas y con sus dotes de mando, y llegó a convertirse en uno de los comandantes más importantes del bando republicano en la XI división de Enrique Líster. Fue el líder del famoso batallón Thaelman con el que luchó en las batallas más importantes entre julio de 1936 y de 1937, y del que hablo con detalle en el libro.

La primera vez que se venció a los fascistas en nuestra historia fue durante la batalla de Guadalajara en Trijueque, en marzo de 1937 y Gonzalo Pando fue uno de sus principales responsables. En el libro aparece una fotografía maravillosa, hasta el momento inédita, de Gonzalo Pando con sus hombres en la plaza de Trijueque poco después de aquella victoria. Para mí, fue un honor presentar el libro en el ayuntamiento de esa misma plaza, en septiembre del 2022.

¿Qué nos puedes decir de la relación de Enrique Líster con Gonzalo Pando?

Eran dos personas muy diferentes. Líster carecía de formación, había sido cantero; Pando era un hombre culto y con carrera. Leí todos los libros que Líster escribió sobre la Guerra Civil, y en más de uno habló maravillosamente de las cualidades humanas y las dotes de mando de Pando, al que sus hombres veneraban. Hace algunos meses entrevisté al hijo de Enrique Líster, que ha vivido prácticamente toda su vida en Francia, y me dijo que su padre habló del tío Gonzalo el resto de su vida con mucho respeto y admiración.

Al terminar la guerra, como sabemos, el nombre de Pando se susurraba solamente en alguna casa, pero jamás se habló de él en la calle

Además de una referencia genérica al médico de Rascafría por parte de una tía abuela mía, que me habló de una consulta que le hizo al fallecer mi tatarabuelo Francisco Zapater, yo sabía de Gonzalo a través de mi abuelo paterno, que no llegó a conocerle (mi abuela sí porque veraneó durante toda su vida en Rascafría). Mi abuelo recibió muchos testimonios de vecinos de Rascafría que hablaban maravillas de don Gonzalo. Yo sé que es muy tarde y que esto debió de haberse hecho en los años 70 y 80 del siglo pasado, pero ¿no crees que todavía sería posible recoger testimonios de los hijos y nietos de los habitantes de Rascafría sobre la personalidad de Gonzalo Pando?

En un pleno del ayuntamiento de Rascafría que se retransmitió por Facebook, en febrero del 2022, se anunció que yo iba a hacer una presentación del libro sobre Gonzalo Pando. Poco después de llegar a Madrid, en marzo del mismo año, Máximo Hernández, una gran persona y concejal del pueblo, me invitó a pasar el día allí. Fuimos primero a las montañas de Navacerrada donde Pando pasó las primeras semanas de la Guerra Civil y, al llegar al pueblo, la recepción fue increíble. Me explico: al terminar la guerra, como sabemos, hubo una represión terrible. Muchos en el pueblo acabaron en prisiones o fusilados, con lo que hubo mucho miedo. Por eso, el nombre de Pando se susurraba solamente en alguna casa, pero jamás se habló de él en la calle. Las generaciones posteriores siguieron haciendo lo mismo, aunque ya no existiera peligro porque la dictadura había terminado.

Al llegar yo al pueblo con la noticia de este libro es como si todos esos susurros se convirtieran en clamores. Todas las personas que me saludaban tenían historias maravillosas sobre mi tío abuelo, el gran médico y después el comandante Pando.

Grabé entrevistas con varios ancianos del pueblo que lo conocieron. Curiosamente, una gran amiga con la que yo había estudiado Formación Profesional en Buitrago de Lozoya en los años 80, y que era de Rascafría, me contó que el último acto médico que realizó mi tío abuelo en el pueblo fue traer al mundo a su padre. Después le dijo a su abuela que se iba a las montañas porque él no podía consentir que la democracia y los derechos de la clase trabajadora se pusieran en peligro con el golpe de Estado. Era el 20 de julio de 1936. Conocí también a personas cuyos padres lucharon con Pando en las montañas de Rascafría y en las batallas más importantes de esta terrible guerra que poco tuvo de civil.

Estoy segura de que si hubiera podido ir a Rascafría en los años 70 habría conseguido muchos más testimonios, pero yo no supe ni que mi abuela hubiera tenido hermanos hasta el 2017.

¿Qué nos puedes decir sobre la muerte del comandante Pando?

Al tío Gonzalo lo hirieron mortalmente en la Batalla de Brunete el 25 de julio de 1937, el mismo día que hirieron a Gerda Taro, la novia de Robert Capa. Los llevaron a los dos al hospital de El Escorial. Gerda falleció unas horas más tarde y Pando el día 31. Está enterrado en el Escorial en una humilde sepultura que tuve el honor de visitar más de una vez este año. Fueron momentos muy emotivos. En el libro aparece una preciosa fotografía de su entierro, en la que miles de personas siguen su féretro en la procesión funeraria. Fue un hombre muy querido y respetado, tanto por la clase trabajadora como por sus soldados y los otros altos mandos del bando republicano.

Al llegar yo al pueblo con la noticia de este libro es como si todos esos susurros se convirtieran en clamores

En la cronología dices que, aproximadamente en 1931, Ramón J. Sender pidió la mano de Asunción Pando, prima de Gonzalo y finalmente su mujer en abril de 1932. Luego señala que Sender se casará en enero de 1934 con Amparo Barayón, fusilada por los franquistas en Zamora en 1936 (solo por ser la mujer de Sender) ¿Sabes algo más de la relación entre Gonzalo Pando y Sender? Ambos coincidieron a las órdenes de Líster y debieron de actuar juntos en Villaverde, en diciembre de 1936, pero mientras que Líster sólo dedica alabanzas a Gonzalo Pando, habla muy mal de la actuación de Sender en Villaverde.

Estoy segura de que se conocieron y de que hubo por lo menos respeto entre ellos. Gonzalo perdió a su sobrino y gran colaborador Sebastián Zaldívar Pando en la Batalla de Villaverde. Esto le tuvo que afectar profundamente, pues estaban muy unidos. Asunción Pando Baura, prima carnal de Gonzalo e hija del fundador del Colegio de Médicos, fue madrina de guerra de Sénder cuando éste luchó en Marruecos, fue así como se hicieron novios. Por lo que me cuenta la familia, Asunción era comunista, una mujer muy inteligente e independiente. Por alguna razón, llegó dos horas tarde a la pedida de mano y Sénder cortó la relación. Fue entonces cuando Asunción decide viajar a Santiago de Compostela a visitar a sus primos. Al regresar, cuenta la familia que Asunción les dijo: “Hay dos cosas que me han enamorado de Santiago, la catedral y los ojos de mi primo Gonzalo”. Se enamoraron profundamente y poco después se casaron.

Sé que Sénder y Asunción se escribieron durante años al terminar la guerra y que mantuvieron una profunda amistad hasta que fallecieron.

Durante mis meses de investigación, entrevisté al hijo de Ramón J. Sénder. Éste me explicó que cuando mataron a su madre en Zamora, su padre, que se sintió responsable del asesinato, fue allí inmediatamente para sacar a sus hijos del país y salvarles la vida. Líster interpretó aquella partida como una deserción, aunque Sénder intentó regresar después de ocuparse de sus hijos.

Al tío Gonzalo lo hirieron mortalmente en la Batalla de Brunete el 25 de julio de 1937, el mismo día que hirieron a Gerda Taro, la novia de Robert Capa

Vista la suerte que corrió Amparo Barayón en Zamora y el papel que tuvo la mujer y prima de Gonzalo Pando, Asunción Pando, primero como maestra en Rascafría y luego en la guerra, haciendo donaciones al Socorro Rojo etc. ¿Qué noticias tienes sobre lo que ocurrió con Asunción después de la guerra? ¿Qué represalias tomaron y cómo las vivió?

Sé que Asunción pasó la guerra en Rascafría con un sobrino al que se llevó allí de Madrid para cuidarlo. En abril de 1939, Asunción se marchó a Cangas en Galicia para esconderse una temporada. Posteriormente vivió en Madrid (en la calle Claudio Cuello) y tuvo una casa también en El Escorial. Falleció ya de edad avanzada, en 1983.

La familia la quería mucho y cuentan que tenía una gran biblioteca en su casa y un busto de Gonzalo Pando. De hecho, se conserva alguna carta en la que se escribió con miembros de la familia del bando nacional, tras la guerra, con mucho afecto. Por otro lado, tenemos que recordar que venía de una gran familia, ya comentamos antes que su padre había fundado el colegio de médicos de Madrid y el colegio de huérfanos de médicos (que aún existe hoy) y que llevó el hospital que cuidó a los heridos de la guerra de Cuba, entre otras cosas. Su tío Jesús fue uno de los fundadores de la Cruz Roja en España, gran autor y abogado, y su otro tío, el padre de Gonzalo, Adolfo Pando y Valle, un gran farmacéutico y alcalde de Villaviciosa. En junio presenté en el Ateneo Obrero de ese pueblo un documental sobre los tres hermanos Pando y Valle y sus contribuciones humanitarias, sociales y literarias. Por estos lazos de parentesco es muy posible que dejaran en paz a Asunción. Venía de una gran familia. Sé que vivió una vida relativamente feliz aunque nunca olvidó a su gran amor ni volvió a casarse.

¿Cómo juzga la recepción que ha tenido su libro en España?

Depende de con quién hables. Los historiadores y estudiosos de la Guerra Civil ven este libro como una importante aportación. Este año he realizado presentaciones en seis pueblos y ciudades, con grandes aplausos y agradecimientos por sacar a la luz la figura del comandante Pando.

Aunque vivo a caballo entre España y Estados Unidos, desde hace ya varios años, no sigo la política de nuestro país tan de cerca como me gustaría. Bastante he tenido estos últimos años con la política estadounidense, que ha sido caótica. De hecho, el 6 de enero del 2021 me encontraba escribiendo este libro cuando, al encender las noticias, vi horrorizada el asalto al Capitolio de Washington. En fin, al llegar a España para presentar este trabajo me entristeció ver lo polarizado que está el país y lo politizada que se encuentra todavía la Guerra Civil Española.

Para mí el libro del tío Gonzalo Pando Rivero es un trabajo histórico de investigación riguroso, sin etiquetas ni lazos políticos. El golpe de Estado nunca tuvo que haber ocurrido, pero una vez comenzada la guerra, ambos bandos cometieron barbaridades. He recibido grandes comentarios tanto de gente de derechas como de izquierdas.

Creo que es muy importante que se cuenten todas nuestras vidas. Esta es la mejor forma de sanar las heridas de este oscuro periodo de nuestra historia, y que ha afectado a varias generaciones.

En marzo tuve una conversación con Netflix en Madrid sobre la posibilidad de llevar a la pantalla grande una película o serie sobre la vida del comandante Pando y de sus 15 hermanos. Les pareció una historia fascinante y que vale la pena producir, pero ya tienen entre manos otro documental del mismo periodo y, viendo que no podían encajar ambos proyectos en su programación al mismo tiempo, no llegamos a ningún acuerdo. Creo que algún día esta historia aparecerá en el cine. Es muy importante que las generaciones más jóvenes aprendan lo que ocurrió. La vida de Gonzalo Pando Rivero muestra la historia personal de un gran humanista, médico y comandante y la de los 16 hermanos ilustra perfectamente que las guerras no ayudan a nadie y que perjudican no sólo a aquellos que luchan y pierden la vida, sino a muchas generaciones posteriores.

Como historiadora y como sobrina nieta de Gonzalo Pando puedo decir que éste ha sido uno de los proyectos más gratificantes de mi carrera.

¿Qué planes tienes para el futuro con este libro?

Ahora estoy trabajando en la segunda edición del libro, pero todavía no sé quién lo va a publicar. Incluirá bastante más información sobre la Batalla de Guadalajara, más testimonios personales y bastantes más documentos. Además, estoy escribiendo una versión en inglés que contendrá un contexto más amplio, porque en Estados Unidos no se sabe mucho sobre la Guerra Civil española. También quiero escribir un libro sobre los Pando y Valle de Villaviciosa. Creo que tengo trabajo aquí para varios años y lo haré encantada.


Fuente → ctxt.es 

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