Un batallón de voluntarios en busca de desaparecidos de la guerra: "Esto debería hacerlo la Administración"
Un batallón de voluntarios en busca de desaparecidos de la guerra: "Esto debería hacerlo la Administración" / Álvaro Sánchez Castrillo

  • Buscar Combatientes, una herramienta surgida a raíz de una investigación familiar, centraliza en un simple buscador información procedente de diferentes archivos sobre la represión franquista.
  • Aunque el proyecto fue puesto en marcha por el joven ingeniero Hernán Fernández-Barriales, cuenta con la ayuda de más de una treintena de voluntarios que en sus tiempos libres leen documentos e incorporan nueva información.

 

El pasado siempre fue un tema tabú en la familia de Hernán Fernández-Barriales. Es cierto que el ingeniero siempre supo que sus dos bisabuelos habían sido víctimas de la represión franquista. Pero la historia nunca iba más allá de un "fue fusilado" o "estuvo en la cárcel". Quizá por el miedo. O igual por el temor a poder descubrir algo que no querían. Sea como fuere, el silencio acabó levantando un tupido velo sobre la historia de aquellos antepasados que tuvieron que ver cómo un golpe de Estado acabó derrumbando el régimen democrático de la Segunda República. Pero la curiosidad pudo con Fernández-Barriales. El joven comenzó a indagar por su cuenta. Y, sin saberlo entonces, plantó la semilla de lo que se ha terminado convirtiendo en el mayor buscador online de la represión franquista. Se llama Buscar Combatientes y cuenta en estos momentos con más de cinco millones de registros indexados.

Fernández-Barriales, con raíces extremeñas y asturianas pero criado en suelo gallego, no es informático. Su campo es la ingeniería química y de biosistemas. Sin embargo, hace un par de años hizo un curso de iniciación de ciencia de datos. Y se dio cuenta del potencial que tenían herramientas como Python o SQL. "Descubrí que podía utilizarlo en mi investigación para agrupar los procedimientos sumarísimos que había en el Archivo de Madrid, en el sentido de ver a qué gente habían juzgado junto a otros familiares míos", cuenta en conversación con infoLibre desde Países Bajos, donde trabaja en el sector de las energías renovables. Fue así como vio la luz un pequeño buscador online que con el paso del tiempo ha terminado convirtiéndose en todo un referente.

En sus orígenes, cuenta el ingeniero, no era más que una herramienta de "andar por casa", un instrumento enfocado a la investigación familiar. Pero cuando Fernández-Barriales la compartió con algunos grupos dedicados a la investigación sobre la Guerra Civil se dio cuenta de la utilidad y el enorme potencial que tenía. Poco a poco se incorporaron más y más datos. Y el proyecto, como una bola de nieve cayendo ladera abajo, creció de forma exponencial. Cuando comenzó, hace algo menos de dos años, apenas lo hizo con unos 200.000 registros procedentes del Archivo General e Histórico de Defensa de Madrid. Ahora, sin embargo, cuenta con más de cinco millones. Y bebe de todo tipo de fuentes, desde militares y ministeriales, como el Portal de Archivos Españoles (Pares) de Cultura, hasta bases de datos y listados confeccionados por colectivos o investigadores.

Fernández-Barriales no es el único tras el proyecto. Es cierto que el código de la base de datos lo mantiene él. Sin embargo, si la herramienta ha conseguido crecer a este ritmo ha sido gracias a la colaboración desinteresada –por eso nunca tendrá ni botón de donaciones ni publicidad– de un equipo compuesto por una treintena de personas que echa una mano en sus ratos libres. Porque este buscador no es un simple volcado masivo de información. Aquí hay también mucha labor de pico y pala. Casi 250.000 registros se han indexado en el último año de forma manual. Nombre a nombre, dato a dato. "Todavía no hemos encontrado una herramienta que nos permita automatizar este proceso sin que introduzca erratas o errores de transcripción. Por eso tenemos que meter toda esa información, ya sea fecha y lugar de nacimiento o nombre de los padres, por ejemplo, mano a mano, línea a línea y nombre a nombre", explica. 

Centralizar la información dispersa

Buscar Combatientes funciona como una suerte de ordenador que almacena y centraliza toda la información que se encuentra, en origen, dispersa por diferentes archivos. De esta forma, si se introduce, por ejemplo, el nombre de Blanca Brisac Vázquez, una de las Trece Rosas, el buscador proporciona toda la información de la que dispone de ella la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Errepublika, el Ministerio de la Presidencia o Defensa, que tiene digitalizada la documentación de la causa que terminó con la condena a muerte de estas militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y el Partido Comunista. No obstante, no es necesario disponer de la identidad completa. La herramienta también permite buscar por apodo, localidad o unidad militar.

En ocasiones, el acceso a la información en origen puede ser complejo. Muchas veces, las erratas en los nombres y apellidos, ya sea por fallo del funcionario que recogió los datos hace más de medio siglo o por error en el volcado de la información cuando se crearon las bases de datos actuales, hacer que las familias se estén chocando de forma permanente contra un muro. Eso es lo que trata de solventar el buscador proporcionando al usuario resultados similares cuando se hace cualquier búsqueda. Además, otra funcionalidad de la herramienta es que, al buscar un nombre, el motor te facilita aquellos otros que estén de alguna manera relacionados con el mismo. Así, y volviendo otra vez al ejemplo de Brisac, el buscador te indica en su caso toda la lista de personas que fueron sometidas junto a ella al mismo consejo de guerra.

Entre los cinco millones de registros hay de todo. Expedientes de juicios sumarísimos o de responsabilidades políticas, fichas de la Político-Social o información sobre batallones disciplinarios, prisioneros de guerra y campos de concentración. Aunque buena parte de las fuentes son españolas, el buscador también se nutre de archivos extranjeros. Así, también incluye expedientes extraídos del Ministerio del Ejército francés sobre españoles que formaron parte de la resistencia en territorio galo o datos relacionados con refugiados que pidieron permiso para emigrar a México o formaron parte de las Brigadas Internacionales, una información sacada de archivos mexicanos o rusos. Una información que no siempre está digitalizada. "En esos casos, aportamos los detalles de dónde o cómo se puede consultar", resalta Fernández-Barriales. 

"Estaré encantado de cerrarlo cuando haya uno oficial"

El ingeniero reconoce que en los archivos, de donde bebe fundamentalmente el buscador, queda aún mucho trabajo por hacer: "Todavía hay cajas por abrir y contenido por describir e indexar porque no se cuenta con trabajadores suficientes". Y lamenta que tengan que ser ciudadanos como ellos los que se hagan cargo de una labor de búsqueda que le corresponde al Estado. "Todo esto tendría que hacerlo la Administración. Lo que yo, sin una formación específica y con recursos limitados, he sido capaz de montar, lo podría hacer mucho mejor la Administración, que tiene acceso a mucha más información. Yo estaré encantado de cerrar el buscador en el momento que haya uno oficial que aporte lo que necesita la sociedad", afirma Fernández-Barriales, que solo tiene buenas palabras para los archiveros.

Mientras eso no ocurra, el ingeniero seguirá dedicando su tiempo libre a ayudar a todos aquellos que, como él hace años, tratan de reconstruir la historia de aquellos seres queridos que sufrieron la represión franquista. Un pasado familiar que, en su caso, no escondía ningún secreto inconfesable. Su bisabuelo materno, Domingo López Blanco, no era más que un labrador de cereales de Valdecaballeros (Extremadura) cuyo único pecado fue haber sido tercer teniente de alcalde socialista del municipio y haber integrado la 46 Brigada Mixta tras ser llamado a filas. Una vez acabada la contienda, y tras dos años desfilando por campos de concentración y cárceles, López fue condenado a muerte y fusilado en la tapia del cementerio de Mérida. Era julio de 1941. Pocos meses antes, su bisabuelo paterno, Zosimo Barriales Merino, abandonaba la prisión de Celanova (Ourense), en la que fue encerrado este practicante de la Agrupación Socialista de Mieres tras la caída de Asturias.


Fuente → infolibre.es 

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