Salen a la luz casos de pederastia en el Valle de los Caídos: “Nos daba una copita y abusaba de nosotros”
Salen a la luz casos de pederastia en el Valle de los Caídos: “Nos daba una copita y abusaba de nosotros” / Adrián Juste

 

Dos hombres denuncian haber sido abusados sexualmente por religiosos del Valle de los Caídos, renombrado como Cuelgamuros, cuando, siendo niños, estuvieron un tiempo internados en la residencia del lugar como parte del coro. Al tenor de lo publicado en exclusiva por El País, Antonio Arévalo González y José G., denuncian que hubo diferentes tipos de acoso y abusos e incluso amenazas en el tiempo que estuvieron allí.

Según el artículo en exclusiva del citado medio, ambos serian hijos de familias que estuvieron del lado de la República durante la Guerra Civil y que fueron internados por ser una de las mejores opciones educativas en la España del régimen franquista. Antonio estuvo allí desde los 9 a los 11 años (1959 – 1961), mientras que José estuvo desde los 10 a los 14 años (1967 – 1971).

Aunque no coincidieron en el tiempo, el relato de ambos es estremecedor. «Yo tuve las primeras experiencias sexuales a los diez años con los monjes», relata Antonio. «En el área oeste tenía una destilería. Llevaba a los niños allí. Me acuerdo del sabor dulzón del licor. Nos daba una copita y luego abusaba de nosotros. En mi caso eran tocamientos y masturbaciones, pero es que yo no debía de gustarle mucho, le iban los gorditos y con dos compañeros míos fue a más”.

Antonio Arévalo ha identificado a dos religiosos que habrían abusado de él, y a otros tres más que habrían guardado silencio ante los hechos. Uno de los que le agredieron sexualmente sería Albino Ortega, ya fallecido hace 42 años, quien era al mismo tiempo su mentor y su confesor; y a L. S. B. quien, según relata, tocaba las partes íntimas de los menores por encima de la ropa y les obligaba a hacerle lo mismo.

Los religiosos que habrían encubierto el acto serían J. A. G., el hermano F. y uno del que solo recuerda el apodo, La Oveja. Antonio está en trámites de llevar el caso a la comisión especial sobre pederastia en la Iglesia Católica creada por el Defensor del Pueblo. “Dejé de confesarme y tenía un problema, porque era creyente e iba a comulgar sin confesar, y eso me torturaba porque creía que estaba en pecado mortal”, relata.

José G. acusa a T. B., otro monje, que actualmente reside en Madrid. «Era uno de nuestros vigilantes. Con la excusa de que me gustaban los sellos me llevó a su celda a enseñarme su colección, y allí me bajó la bragueta y empezó a toquetearme. Me quedé bloqueado, no sabía hacer, supongo que él iba a buscar una erección, me intentó masturbar, entre el shock y que para mí era una situación impensable, me empecé a enfadar, y me fui de allí de manera instintiva», relata. «Me dijo que no dijera nada a mis padres. Pero yo no fui el único. Era un internado donde estabas a su merced, lejos de tu familia. Pero con 12 y 13 años teníamos ya la sensación del bien y del mal, y de que teníamos que ser astutos para sobrevivir”. José, según lo relatado a El País, dice haber denunciado ya el caso a la citada comisión sobre pederastia. 

«Todo lo referente al Valle de los Caídos lo lleva Dios»

Ambas víctimas aseguran haber vivido un calvario durante toda su vida por los hechos mencionados. Y es que, en aquella época, como asegura José G., nadie se podía meter con la Iglesia Católica, pues durante el régimen franquista, e incluso buena parte de la Transición, era una institución intocable que formaba parte del poder político.

Sin embargo, en los últimos años, los casos de abusos a menores en el seno de la Iglesia Católica han comenzado a aflorar, y cada vez hay menos tolerancia al respecto. A principios de año, el propio Papa Francisco, tomó la iniciativa de tomarse en serio este grave problema, no sin resistencia por parte de parte de la jerarquía católica, incluyendo la Conferencia Episcopal en España.

En este sentido, El País, que se ha erigido como uno de los medios clave para ayudar a atajar este problema armando la mayor base de abusos sexuales de religiosos en el Estado Español, se encontró con su oposición a investigar al menos 251 casos recopilados. El propio medio ha enviado las denuncias de Antonio y José a los altos cargos de la Iglesia Católica tanto en España como en Roma pero, según dicen, tras año y medio no han obtenido respuestas.

Estas denuncias han coincido, además, con una investigación del periodista holandés Ekke Overbeek, tras revisar durante años documentos de la Iglesia polaca que, según él, demostrarían que el Papa Juan Pablo II encubrió agresiones sexuales a menores antes y durante su Papado. “Nunca fue parte de la solución, sino del problema”, asegura el holandés, quien ha publicado un avance de su investigación en Nieuwsuur.

Tampoco ha habido una respuesta clara por parte de T. B., el monje señalado por José G. en su denuncia, quien ha afirmado según El País que no tiene «ni idea» del asunto, ni tampoco de la orden de benedictinos del Valle de los Caídos. «Todo lo referente al Valle de los Caídos lo lleva Dios», ha asegurado en una conversación que el autor del reportaje, Íñigo Domínguez, asegura haber mantenido por teléfono con la citada orden.


Fuente → aldescubierto.org

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