El Campillo (Huelva), 1 de enero de 1937. Los falangistas asesinaron a 11 republicanos
El Campillo (Huelva), 1 de enero de 1937. Los falangistas asesinaron a 11 republicanos  
 
 El Día de los Manueles” tuvo lugar el 1 de enero de 1937 en El Campillo, cuando las nuevas “autoridades” franquistas fusilaron a un buen número de vecinos que compartían ese nombre. Empezaron a “sacar” gente hasta 11 personas. Lo particular es que todos se llamaban Manuel. Entre ellos había varios parientes, padres, hijos, suegros y yernos. Después de tenerlos encerrados durante un tiempo esperaron con refinamiento asesino el día de su santo para eliminarlos. Así empezó aquel año.

Después de la matanza, los fascistas lo celebraron organizando una gran fiesta en el Círculo Mercantil, entonces sede de la falange. Igualmente sobrecogedora es la referencia al impacto que causó la ejecución en la sociedad campillera, tanto porque incide en la misma idea del mantenimiento del terror manifestado, como porque expresa el simbolismo de la fecha y la evidencia de que se habla de algo premeditado.

Algunos de los que lo han recordado tienen la palabra para contar lo que ocurrió, y así comprobar in situ cual fue la huella que dejó en la memoria colectiva. El primer testimonio aportado es el de un niño que, por aquellas fechas, tenía cinco o seis años y mucho tiempo después seguía recordando haber visto los cadáveres:

Al poco de lo del avión, presencié en la calle Sevilla 12 cadáveres de hombres que habían matado. Yo tenía 5 o 6 añitos y pasé corriendo sorteando los cuerpos. Después me enteré, por conversaciones de los mayores, de que habían sido las fuerzas que habían entrado en el pueblo y que habían matado a 12 hombres el día de Año Nuevo, que se llamaron “los 12 Manueles”, para celebrarlo por su onomástica. Los había de todas las edades. Fue la falange y la gente después de aquello cogió mucho miedo.

Una madre, que en 1937 era pareja de un asesinado, contó someramente a su hijo lo que ocurrió aquel 1 de enero. Hay que destacar el temor de la mujer a hablar del tema, lo que es indicativo de que el trauma que generó la violencia política se mantuvo durante mucho tiempo, justo lo que pretendían los que la ejecutaron. Este es el relato de su hijo:

“En la guerra a mi madre le mataron a un novio que tuvo, el día 1 de enero del 37, que se llamaba Manuel. Mi madre no contaba mucho, yo era un crío y oía lo que hablaba con mi padre y con una vecina. Metieron en la cárcel a 6 ó 7 señores, 12 ó 14. Y los iban sacando y a los otros les decían: ustedes esperan ahí que les llegará su momento”.

“Les llevaron al casino donde está hoy el Súper y el día 1 mataron a todos los que se llamaban Manuel. Y luego en una percha que había allí colgaron las prendas de los que habían matado. Y mi madre en ese edificio ya no entró más, nunca. Eso es lo que cuenta mi madre, no cuenta más. Eso lo sabe todo el mundo”.

“No entiendo porque no sale en ningún lado. Era la represión sin motivo, a ‘mala leche’, para burlarse. No se celebró nunca el día mío en mi casa, ni el de mi padre que también se llama Manuel. Yo en aquella época (de chico) decía ‘Bueno’, pero después fui comprendiendo la cosa. Eso fue una barbaridad, no sé si se haría en otros sitios igual”.

“Alguna vez le dije a mi madre: ¿Cuándo vamos a hablar del tema? Y decía: Ya llegará su momento, ya llegará su momento, y no llegó porque se murió”. No habló nunca de eso conmigo ni con mis hermanas mayores. Mis padres comentaban que no se explicaban porque había tanta represión aquí, tanta. Si al fin y al cabo era un pueblo como muchos pueblos”.


Original en: La Guerra Civil y la represión franquista en la Cuenca Minera de Riotinto por Miguel Ángel Collado Aguilar


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