Noviembre de 1937. Nueva reorganización de las Brigadas Internacionales
Noviembre de 1937. Nueva reorganización de las Brigadas Internacionales

 

Las pérdidas de voluntarios en los combates del verano habían sido muy altas, mientras que la llegada de nuevos fue descendiendo en los meses anteriores. Por ese motivo la Internacional Comunista decidió promover en octubre una campaña para incrementar el reclutamiento en los países de origen. El objetivo marcado era alcanzar un promedio de entre 40 y 50% de internacionales dentro de cada brigada, ya que el porcentaje españoles había ido creciendo en los meses anteriores.

La campaña, afirma Remi Skoutelski, produjo un cierto incremento a partir de noviembre y alcanzó su cénit en febrero de 1938 (en ese mes llegaron a Albacete 1.300 voluntarios). “Luego el aflujo fue disminuyendo regularmente, pero hasta el verano siguieron llegando hombres…” A veces los responsables del reclutamiento -a fin de cumplir los objetivos fijados- hicieron un trabajo defectuoso, no seleccionando personal adecuado (buena salud y con claras convicciones antifascistas). Pero en general, aunque escasos, los nuevos voluntarios cumplieron con creces su misión. La mayoría ya sabía a qué se iban a enfrentar en España y no se desmoralizaron al ver las dificultades que tenían que afrontar. Entre estos voluntarios mencionamos a Bob Doyle (Memorias de un rebelde sin pausa), George Wheeler (Devolvamos al pueblo su sonrisa) y Jack Jones, herido junto a Gandesa (cota 481, llamada ‘de la muerte’) que llegó a ser uno de los más importantes líderes sindicales británicos.

Durante los meses de noviembre y diciembre las Brigadas Internacionales se mantuvieron en zonas tranquilas a fin de reorganizarse y completar sus fuerzas, muy menguadas tras los intensos combates del verano. He aquí una breve descripción:

35 División Internacional

El general Walter consiguió recuperar la XV BI (que había sido integrada a la 45 División durante los combate de Fuentes de Ebro) pero esta marchó a sus áreas de descanso en Madrid. Los batallones se asentaron en Mondéjar (Británico), Albares (Lincoln) y Mackenzie-Papineau (Pezuela de Torres). El cuartel general se estableció en Ambite bajo el mando de Copic, con Merriman como Jefe de Estado Mayor. La moral pudo recuperarse gracias al descanso y la llegada de nuevos voluntarios y reclutas. Sabían que tenían que estar preparados para nuevas tareas.

Ejercicios de entrenamiento de la XI BI en la zona de Los Monegros. Otoño de 1937

La XI BI (con Richard Staimer como comandante) continuó en el frente del sur de Huesca y contribuyó a las tareas de fortificación y construcción de una segunda línea. También participó en un ataque fallido a Zuera. Se dio especial importancia a las relaciones con la población (programa de alfabetización y ayuda en las tareas agrícolas) y con las brigadas catalanas. El estado físico de la tropa no era bueno y empeoró en noviembre por una epidemia de tifus. En noviembre se celebraron fiestas con motivo del aniversario de la creación de las BI y la Brigada fue acuartelada en Señes, Torres de Barbués, Almuniente, Robres y Torralba.

El resultado de estos meses de trabajo fue fecundo: el general Walter afirmará, en un Informe de enero de 1938, que la XI brigada “trabajaba cada día como un reloj, sistemática y tenazmente, y siguiendo un plan… La XV inició sus estudios algo más tarde, pero ha conseguido éxitos muy apreciables… Las brigadas están convencidas de que el estudio y la instrucción, además de aumentar la capacidad de combate, sirven para reforzar la disciplina, clarificar el ambiente y mantener la moral… Los resultados están a la vista”. Escribió este Informe después del ejemplo dado por estas dos brigadas en la defensa de Teruel “en el puesto de honor”.

45 División Internacional

Siguió compuesta (como desde agosto) por la XII y la XIII BI bajo el mando de Hans Kahle y con Fernand Bernard, socialista francés, como Jefe de Estado Mayor. Contaba también con una Agrupación de Reserva compuesta por los batallones Dimitrov (bajo el mando del polaco Wacek Komar) y Djakovic. Tras un breve descanso en Urrea de Gaén (al sur de Hijar) la División marchó a la comarca de la Litera. En Tamarite se estableció una Escuela de Oficiales bajo la dirección del italiano Penchienatti.

La XII BI, que pasó a ser mandada por el socialista Arturo Zanoni, se asentó en Binéfar, mientras que la XIII BI (bajo el mando del polaco Jan Barwinski) lo hizo en Binaced. A sus batallones (Dombrowski, Palafox y Rakosi) se le agregará entonces el batallón Mickievicz.

La celebración del primer aniversario de las BI se hizo con sordina, siguiendo las instrucciones del Ministerio de Defensa. En Albacete se habían celebrado en octubre y hubo actos (desfiles, exhibiciones gimnásticas…) que fueron copiosamente fotografiadas por el voluntario húngaro Dezvo Revai –Turai.

Wilhem Zaisser (d) con Otto Brunner, cuando dirigían la XIII BI y el batallón Chapaiev. Los Pedroches. Mayo 1937.

En noviembre el jefe de la base de Albacete desde agosto de 1937, el búlgaro Karlo Lukanov – ‘Belov’, fue sustituido por el alemán Wihelm Zaisser (general ‘Gómez’) que continuó la labor de reorganización de la base de Albacete. Aparte de reducir el número de oficiales sin destino que pululaban por la Base, consiguió aumentar el número de reclutas que nutrieran las brigadas: así se establecieron los siguientes centros de entrenamiento para cada brigada:

  • XI BI Madrigueras
  • XII BI Quintanar de la República
  • XIII BI Casas Ibñañez
  • XIV BI Villanueva de la Jara
  • XV BI Tarazona de la Mancha
  • 129 BI Fuente Albilla
  • Artillería Almansa

 

El resultado fue que el número de soldados enviados al frente creció de una media de 2.223 (entre agosto y noviembre) a más de 3.600 (entre diciembre y mayo de 1938), siendo mejor también la calidad del entrenamiento recibido. Es evidente que la mayoría eran españoles que se integraban en las Brigadas Internacionales.

Así mismo se reorganizó la Escuela de oficiales de Pozo Rubio y se organizaron escuelas para sargentos y cabos en cada centro de entrenamiento.


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