La Ley de Memoria Democrática tumba concesiones del emérito
La Ley de Memoria Democrática tumba concesiones del emérito
David Arnanz

Hasta 33 títulos nobiliarios suprimidos con la Ley de Memoria Democrática. No todos fueron concedidos por Franco. Cinco los otorgó el rey Juan Carlos I. “Por su singular relieve en una gloriosa etapa histórica de nuestra Patria” el emérito legó el señorío de Meirás, con Grandeza de España a Carmen Polo, viuda del dictador. Ese día, su hija, Carmen Franco, fue nombrada condesa de Franco, un título exento de derechos fiscales en su transmisión. La Ley deja sin título a Francis Franco y a Carmen Martínez Bordiú.

 

“La historia no puede construirse desde el olvido y el silenciamiento de los vencidos. El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para una democracia”. La Ley de Memoria Democrática nace con el objetivo de hacer justicia, reconocer, reparar y salvaguardar “la memoria de las víctimas del golpe de Estado (18 de julio de 1936), la Guerra de España y la dictadura franquista hasta la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978”.

La Ley 20/22 condena a Franco, el franquismo y la Dictadura, pero, sin embargo, pasa de puntillas sobre un periodo fundamental, una época a la que el texto no hace ni una referencia y cuyo protagonista principal no menciona ni una sola vez en sus 55 páginas. La ley ‘olvida’ que desde la muerte de Franco en noviembre de 1975 hasta la promulgación de la Constitución Española en diciembre de 1978 pasan tres años en los que Juan Carlos I es el jefe del Estado, un periodo en el que el rey emérito tomó decisiones que ahora se han reconocido ilegales porque reconocían y exaltaban a Franco y al franquismo. Y el ejemplo más claro está en la supresión de títulos nobiliarios.

Juan Carlos I concedió cinco distinciones que ahora, casi 50 años después, quedan sin valor. Son títulos que rezuman a dictadura: Duque de Franco, con Grandeza de España; Señorío de Meirás, con Grandeza de España; Marqués de Arias Navarro, con Grandeza de España; Conde de Rodríguez de Valcárcel y Conde de lturmendi. “En atención al objeto de esta ley quedan suprimidos los siguientes títulos nobiliarios y grandezas de España concedidos entre 1948 y 1978”, reza la ley. 

Reconocimiento de Juan Carlos I a la viuda y a la hija de Franco

Solo llevaba seis días como jefe del Estado cuando Juan Carlos I dió muestras públicas de afecto y reconocimiento a Carmen Polo y Carmen Franco, viuda e hija respectivamente del dictador. El BOE del 27 de diciembre de 1975 no deja lugar a dudas: “Queriendo dar una muestra de mi Real aprecio y testimoniar los sentimientos de afecto y admiración a la egregia figura de doña Carmen Polo de Franco, de singular relieve en una gloriosa etapa histórica de nuestra Patria, a propuesta del Consejo de Ministros, (…) Vengo en concederle la Merced Nobiliaria del Señorío de Meirás, con Grandeza de España, con exención de los derechos correspondientes”, dice el reconocimiento por Decreto Ley que firma simplemente “Juan Carlos”, dando fe el presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro.

En ese mismo Boletín Oficial del Estado, Juan Carlos I utiliza un tono muy cerceno para reconocer, alabar y premiar a Carmen Franco, la hija del dictador. “Deseando dar una muestra de mi Real aprecio a doña Carmen Franco Polo, Marquesa de Villaverde, y en atención a las excepcionales circunstancias y merecimientos que en ella concurren, vengo en concederle la Merced Nobiliaria de Duquesa de Franco, con Grandeza de España, para sí, sus hijos y descendientes, exento de derechos fiscales en su creación y en la primera transmisión. Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a veintiséis de noviembre de mil novecientos setenta y cinco”. El texto lo firma igualmente “Juan Carlos”, dando fe el entonces ministro de Justicia, José María Sánchez-Ventura Pascual. 

El rey concedió un título a un nieto de Franco en 1989

El señorío de Meirás, con Grandeza de España, que Juan Carlos I concedió a Carmen Polo, la viuda de Franco, no tenía derecho sucesorio, según el texto. El día que ella falleciera, el título nobiliario moriría con ella. Pero no fue así. La collares, como se la conocía popularmente por su afición a las joyas, falleció en 1988 y fue entonces cuando, en contra de lo que decía el Decreto Ley, su nieto Francis Franco reclamó el título para él. El rey Juan Carlos se lo concedió. El título ha sido suprimido gracias a la Ley de Memoria Democrática.

El Ducado de Franco, con grandeza de España que el rey emérito concedió a Carmen Franco, hija del dictador, sí reconocía, sin embargo, el derecho de transmisión a sus hijos, estando exento de derechos fiscales en su primera transmisión. Carmen Martínez Bordiú recibió el título en 2018 a la muerte de su madre. Según reconocía el decreto de 1975 no tendría que haber pagado derechos fiscales. El ducado de franco no estuvo tampoco exento de polémica puesto que también lo reclamó para él Francis Franco. Ella era la primogénita pero hasta 2006, la machista ley reconocía preferencia del varón sobre las hijas. Los líos por los títulos nobiliarios de los Franco les llevó a airear públicamente sus discrepancias y al final se los repartieron: El señorío de Meirás para él y el Ducado de Franco para ella. Hoy se han quedado los dos sin ninguno.
 

Arias navarro, grande de España

“Españoles, Franco a muerto”. El presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro ha pasado a la historia por ese mensaje retransmitido por televisión el 20 de noviembre de 1975, la escena está en nuestra memoria colectiva. El 1 de julio de 1976 dimitía de su cargo. Un día después, el rey Juan Carlos I le hacía Grande de España con un marquesado que lleva su nombre. “En atención a los méritos de don Carlos Arias Navarro, leal servidor de la Nación en todas las misiones que le fueron encomendadas, Presidente del Gobierno en los momentos de la transición y del primero de la Monarquía, teniendo en cuenta el patriotismo, abnegación, tacto y prudencia que ha puesto en su delicada gestión, dispongo: Artículo primero: Se concede a don Carlos Arias Navarro el título de Marqués de Arias Navarro, con Grandeza de España, con carácter perpetuo y facultad de designar sucesor. Artículo segundo: El título se otorga con exención de los derechos fiscales en su creación y en la primera transmisión”, dice el BOE del 10 de julio de 1976. Según consta en los archivos del Ministerio de Cultura y Deporte, competentes en estos asuntos, en 1990 se mandó expedir Real Carta de sucesión a favor de su único hijo, Miguel Ángel Arias-Navarro Villegas, convirtiéndose así en el II marqués de Arias Navarro hasta hace unos días.

El 5 de enero de 1977, Juan Carlos I quiso reconocer la figura de dos grandes franquistas: Alejandro Rodríguez de Valcárcel y Antonio Iturmendi Bañales.

Alejandro Rodríguez de Valcárcel ejerció las funciones de jefe del Estado como presidente de un Consejo de Regencia durante dos días, entre el 20 y el 22 de noviembre de 1975, desde que murió Franco hasta la proclamación de Juan Carlos I. Su biografía no deja lugar a dudas. Fue presidente de las Cortes franquistas, miembro de la Falange, presidente de la Diputación Provincial de Santander, gobernador civil de Burgos y Baleares, vicesecretario general del Movimiento… Rodríguez de Valcárcel falleció de manera repentina el 22 de octubre de 1976. A las distinciones que ya había recibido a lo largo de su vida, como la Gran Cruz de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas (1966) hay que añadirle el título nobiliario póstumo de Conde de Rodríguez de Valcárcel concedido por Juan Carlos I tres meses más tarde de su fallecimiento, el 5 de enero de 1977. “En atención a los méritos de don Alejandro Rodríguez de Valcárcel y Nebreda, Presidente de las Cortes y del Consejo del Reino en la sesión de veintidós de noviembre de mil novecientos setenta y cinco, en que fui proclamado Rey de España”. Un año después el título fue reclamado por su sobrino Carlos María Rodríguez de Valcárcel y de Ribed, que lo ha ostentado hasta hoy.

Ministro de Justicia con Franco y presidente de las Cortes Españolas de 1965 a 1969, Antonio Iturmendi falleció el 4 de marzo de 1976. Nueve meses más tarde, el rey le concedí a su viuda el Condado de Iturmendi “para honrar en la persona de su esposa la memoria del que fue presidente de las Cortes y del Consejo del Reino, don Antonio Iturmendi Bañales, leal servidor de la Nación y constante defensor de la Institución Monárquica”. El título lo ostentaba su nieto hasta su anulación el 21 de octubre.

Define el capítulo IV de la Ley 20/2022 a la “memoria democrática como garantía de no repetición, en torno a cuatro secciones”. Una de ellas, la segunda, se ocupa de la “revocación de distinciones, nombramientos, títulos y honores institucionales, de condecoraciones y recompensas que hayan sido concedidos o supongan la exaltación de la Guerra y la Dictadura, disponiendo expresamente la supresión de determinados títulos nobiliarios”. En total han sido 33 los títulos nobiliarios suprimidos, 27 concedidos por Franco y 5 por el rey Juan Carlos I. Su hijo Felipe VI sanciona ahora una ley que anula sus decisiones.