Fue un golpe de Estado y, luego, un terrible terror de Estado
Fue un golpe de Estado y, luego, un terrible terror de Estado
Pablo Martínez-Calleja

El PP lleva toda su existencia negando la verdadera crueldad del golpe de Estado y de la terrible posguerra, que estableció un régimen de terror todavía no suficientemente conocido

 

Una serie española sobre estudiantes de Filosofía, y otros, en la Universidad de Barcelona cincela viejos clichés. Entre otros el de la profesora cascarrabias que bebe pero es la profesora genial. Una de las cosas que pasan en sus clases es el ejercicio de las carpetas. Se trata de ponerse de acuerdo con toda la clase, excepto con un alumno, en que la carpeta que lleva es de color verde, aunque lo sea de color rojo. Cuando llega el alumno rezagado, la profesora encuentra la ocasión para preguntar a la clase de qué color es la carpeta y, ante los ojos atónitos del alumno que llegó tarde, todøs dicen verde y él mismo termina diciendo verde.

¿Por qué dice verde, y no roja, el único alumno que no tomó parte del acuerdo de cambiarle el color a la carpeta? Por la presión. La presión de la mayoría. La presión de determinada persona que goza de cierta reputación social. Es el problema de no soportar sentirse solo, y aislado de los demás, lo que lleva a aceptar como cierta la mentira más evidente.

Es el juego que ha venido jugando la dictadura franquista desde los años sesenta; el juego de la Alianza Popular, heredera del franquismo, con Fraga Iribarne a la cabeza; es el truculento juego que sigue jugando el Partido Popular, heredero de Alianza Popular y negacionista de la verdad que fue la dictadura. La guerra, dice Feijóo, fue que “nuestros abuelos y bisabuelos se pelearon hace 80 años”. No hubo un golpe de Estado, según Feijóo, pero no sé cuántas personas lo van a creer en Argentina a este gayego en una sociedad que alcanzó a creerse lo que pasaba en la ESMA y en tantos otros lugares como la ESMA y los juicios por delitos de lesa humanidad de la dictadura argentina siguen celebrándose.

El PP lleva toda su existencia negando la verdadera crueldad del golpe de Estado y de la terrible posguerra, que estableció un régimen de terror todavía no suficientemente conocido. El PP lleva décadas haciendo con la sociedad española el juego de la carpetas. Las derechas españolas llevan jugando a negar la verdad de los hechos para banalizar el mal que campeó a sus anchas bajo el influjo franquista nacionalcatólico.

El ABC del 5 de noviembre de 2022, publica un breve capítulo sobre la riña de patio de colegio de nuestros abuelos y bisabuelos: la huida de Antonio Bahamonde de España “horrorizado de sus crímenes”. Antonio Bahamonde, según Israel Viana, era un jefe franquista en Sevilla que huyó en cuando pudo de Queipo de Llano. Como se ve, no es cosa de republicanos darse cuenta de que la guerra y la posguerra fue un régimen de terror establecido por Franco y sus secuaces. Supongo que a Feijóo le han elegido el público para que pueda ir diciendo eso por la República Argentina sin que lo abucheen en cada lugar donde hable.

La manipulación existe. El juego de las carpetas, u otros juegos parecidos, muestran lo sencillo que es manipular a las personas que no tienen la seguridad en sí mismas, o el conocimiento, para enfrentarse a la mentira generalizada y atreverse a quedarse solas. Hemos leído poco a Ortega y Gasset, ese filósofo que tiene un busto en el barrio de La Recoleta de Buenos Aires, a pocos metros de la estatua del Companys fusilado a un lado de la Embajada de Francia.

El terror de Badajoz, el terror de Sevilla, el terror de la Desbandá de Málaga, el terror y más terror, bendecido por la Iglesia católica. Todo ese terror, y mucho más del que en esta cuartilla se puede resumir, no fue un pelearse de nuestros abuelos y bisabuelos. Ese terror fue el fascismo de Mussolini, el fascismo de Hitler y que en España se llamó franquismo de Franco.


Fuente → lavozdelsur.es

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