El exministro del Interior español José Barrionuevo, el primero de un gobierno del PSOE, ha admitido este domingo que, en el marco de la guerra sucia contra ETA, se planteó como posibilidad matar al ciudadano francés Segundo Marey, una de las primeras víctimas de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Esta es una operación que, según él, se desarrolló porque la policía española disfrutaba de «cierta autonomía» en estos asuntos. El hecho es que Marey fue detenido por error, al confundirlo por un supuesto dirigente etarra, Mikel Lujua. La detención se hizo en Hendaia, territorio del estado francés. Precisamente Barrionuevo fue condenado por el secuestro de Marey (y después parcialmente indultado) al lado de Rafael Vera, exsecretario de Estado para la Seguridad. En una entrevista en el diario El País, José Barrionuevo explica que Marey permaneció detenido nueve días «por un grupo de la policía española que es verdad que se equivocó».
El exresponsable de Interior del primer gobierno socialista explica que cuando él se enteró del error dijo que había que liberarlo, «porque la alternativa a ver cuál era»: «Yo siempre decía: somos guardianes del orden, no podéis causar desorden. Cometemos errores como todo el mundo, pero no podemos causar más desorden, con el causado hay más que suficiente». Aunque el Tribunal Supremo lo condenó por su responsabilidad en el secuestro, Barrionuevo explica en la entrevista que las fuerzas parapoliciales de la guerra sucia actuaban en determinadas ocasiones por libre: «Había una cierta autonomía, había muchas cosas que no te dicen… te enteras un poco cuando los acontecimientos van sucediendo».
Preguntado por cómo se enteró del secuestro de Marey y de que era un error, Barrionuevo responde con evasivas: «Para decirle cómo me entero tendría que dar nombres y no quiero darlos». Aunque el entrevistador le recuerda que cualquier delito ha prescrito, Barrionuevo continúa: «Lo sé. Sin embargo, yo tengo un poco de complejo de capitán de barco, que en caso de naufragio…». El exministro se limita a decir que a él le llega «que lo tienen» y enseguida ve que el asunto se puede convertir en «un desastre» teniendo en cuenta que Marey «era relativamente conocido», aunque no era etarra, «pero sí que era de este ambientillo…».
El socialista relata cómo aquella detención generó mucha inquietud por las consecuencias que se podrían derivar: «No lo estaban buscando a él [Segundo Marey], se equivocaron. Se equivocan y entonces la alternativa es: ‘Lo tenemos, está allí, eso será un escándalo y tal…'». El entrevistador plantea si las dos opciones que había eran «liquidarlo o liberarlo», pregunta a la cual Barrionuevo responde con un «¡claro!». «Y lo liberan al noveno día. Lo ponen al otro lado de la muga, como dicen ellos. Y le dicen: ‘corre p’alante y da gracias a Dios, si existe'».
¿Quién había detrás del secuestro de Segundo Marey?
Según Barrionuevo, el de Marey es un caso que se lo encuentra «como una operación de los servicios de Información de la Policía de Vizcaya cuando ya está realizada…». El objetivo era «coger un jefe etarra para sacar información». Barrionuevo admite que aquella operación era delictiva. Preguntado sobre si al darse cuenta de que se había cometido un delito no tendría que haber tomado medidas, responde: «Los etarras decían que era una guerra. Yo no puedo actuar contra los que están disparando desde mi trinchera, aunque disparen algún tiro equivocado. No puedo, así son las reglas. Yo me hago responsable de todo lo que ha salido mal en el Ministerio del Interior mientras he estado».
Fuente → insurgente.org
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