
La Copa del Mundo se celebra en Qatar del 20 de noviembre al 18 de diciembre de 2022. A pesar de que las temperaturas son más suaves en esa época del año que en verano, los partidos se disputarán en estadios con aire acondicionado, construidos especialmente para la ocasión, lo que supone un despropósito ecológico denunciado desde hace varios años por numerosas ONG, que también han alertado constantemente sobre las inhumanas condiciones de trabajo en las obras, responsables de la muerte de varios miles de trabajadores debido al calor y a la ausencia de una verdadera legislación laboral. Amnistía Internacional observa también un aumento de las restricciones a la libertad de expresión, como ilustra la decisión de las autoridades qataríes de prohibir que los periodistas internacionales entren a los lugares donde se alojan los trabajadores extranjeros.
Por todo ello, en Francia se alzan voces para denunciar la celebración de este Mundial. Es el caso del actor Vincent Lindon, que declaró hace varias semanas en el radio: «Es una historia repugnante. Hoy nos dejamos devorar por el dinero manchado de sangre»; o el exfutbolista Eric Cantona que, en un texto difundido en las redes sociales, afirmó que boicoteará personalmente los partidos «…¡he tomado mi decisión! ¡No lo voy a ver!». Algunas ciudades importantes, como París y Nantes, anunciaron que no transmitirán los partidos en pantallas gigantes en espacios públicos.
Desde el punto de vista político, aunque haya muchas críticas, ningún grupo parlamentario es realmente partidario de boicotear la competencia.
CHRISTOPHE BATARDY
Desde el punto de vista político, aunque haya muchas críticas, ningún grupo parlamentario es realmente partidario de boicotear la competencia. En el lado de la mayoría parlamentaria, el tema se discute poco y, cuando sucede, es de forma sorprendente. El diputado Karl Olive (Renaissance) justificó las numerosas muertes en las obras recordando los 300 muertos durante la construcción de la Torre Eiffel. Por su parte, Rassemblement National, en voz de Marine Le Pen, se pronunció a favor de la celebración del evento, simplemente porque la elección ya estaba hecha «…Desde el momento en que se toma la decisión, el deporte debe desvincularse de la política. Hoy no sería positivo negarse a ir…». El gobierno, por su parte, mantiene buenas relaciones diplomáticas con Qatar, que es un aliado estratégico privilegiado, como lo atestigua la utilización por parte del ejército francés de la base estadounidense Al Udeid en suelo qatarí. Es un país que pesa mucho en la escena geopolítica y puede permitirse comprar todo lo que está fuera de sus fronteras, como el PSG, el club insignia del fútbol francés. El gobierno francés no hace ninguna crítica oficial a las violaciones de los derechos humanos y, por el contrario, firmó hace varias semanas un acuerdo para ayudar a la seguridad del evento con el envío de 200 expertos y equipos: una colaboración en materia policial que fue criticada en la Asamblea Nacional por la izquierda, como Olivier Faure por el PS, que en esta ocasión arremetió contra la ausencia de la más mínima crítica por parte del gobierno: «La diplomacia también tiene que ver con las señales que enviamos, las relaciones de poder que construimos, los ojos que no cerramos cuando se desprecian los derechos humanos elementales». El candidato a las elecciones presidenciales de France Insoumise, Jean Luc Mélenchon, se había pronunciado hace más de un año en contra de la presencia de la selección francesa al considerar que no era posible «jugar futbol sobre cadáveres», pero desde entonces, aunque France Insoumise siga criticando la celebración del Mundial, ese movimiento no ha lanzado ninguna campaña de boicot. Por último, ante el inminente inicio de la competencia, ninguna voz de la izquierda dice claramente que la selección francesa no deba ir a Qatar. Ningún partido político pide al público que no vea los partidos, ni a las empresas francesas que se desentiendan, aunque es la primera vez desde 1978 que se plantea la posibilidad de un boicot a la Copa del Mundo. Ese año se organizó en Argentina, donde la población llevaba dos años bajo la dictadura de una junta dirigida por el general Videla. Un informe del secretario de Estado estadounidense, Cyrus Vance, del 20 de noviembre de 1977 mencionaba cerca de 6 mil ejecuciones y entre 12 mil y 17 mil desaparecidos. El 16 de noviembre de 1977, la selección francesa de fútbol consiguió su boleto para la Copa del Mundo tras su último partido gracias a un tiro libre de Michel Platini. A partir de entonces, la extrema izquierda francesa hizo campaña activa a favor del boicot, pero no fue seguida por el Partido Comunista Francés (PCF) ni por el Partido Socialista (PS), entonces las dos principales formaciones políticas de la izquierda (45% del electorado). Aunque el contexto político francés y la geopolítica de 2022 no sean, por supuesto, comparables a los de 1978, quizá sea interesante observar hasta qué punto las razones aducidas por la izquierda para no llamar al boicot del Mundial de Qatar hacen eco de las posiciones adoptadas en 1978.
Es la primera vez desde 1978 que se plantea la posibilidad de un boicot a la Copa del Mundo.
CHRISTOPHE BATARDY

1978: la llamada de la extrema izquierda al boicot
En 1978, estaba prevista una manifestación para el 23 de mayo, el día en que la selección francesa partió hacia Argentina, pero fue prohibida, al igual que la organizada dos días después en Marsella. La mayor manifestación tuvo lugar finalmente el 31 de mayo en París, la víspera del inicio de la competencia.
CHRISTOPHE BATARDY
Esta campaña sirvió de caja de resonancia para la cuestión de los derechos humanos en Argentina. Libération publicó una encuesta unos días antes del comienzo del Mundial, que mostraba que el 25% de los franceses estaba en contra de que la selección francesa jugara en Argentina. El periódico consideraba que este llamado tenía un eco importante porque era la primera vez que una «campaña de solidaridad salía del campo de la ideología». El entrenador de la selección francesa, Michel Hidalgo, fue incluso objeto de un extraño intento de secuestro por parte de los opositores a la participación del equipo francés en la Copa del Mundo unos días antes que partieran hacia Buenos Aires. El llamado al boicot en Francia en 1978 marcó sin duda una ruptura ideológica en un sector de la izquierda, como juzgó después François Gèze, entonces uno de los dirigentes del COBA: «La cultura de los derechos humanos estaba ausente de la cultura de la izquierda tradicional. Para los izquierdistas tampoco hubo… cambiamos de posición. En 1972 con Alain Joxe, cuando creamos el comité de apoyo a la lucha revolucionaria del pueblo chileno, era una posición hiperpolítica… Cuando creamos el Comité de Apoyo a la Lucha del Pueblo Argentino en 1975, seguíamos apoyando la lucha, pero ya era más revolucionaria. Cuando creamos el COBA nos limitamos a un lema: la tortura no es buena. Eso nos llevó, incluyéndome a mí, a trabajar mucho más con activistas de derechos humanos que con activistas políticos argentinos en la época de la represión en Chile”. El llamado al boicot lanzado por el COBA en 1978 intenta llevar la cuestión de los derechos humanos a la arena política en un contexto de Guerra Fría, rechazando cualquier otro chantaje que no fuera el de los derechos humanos, como señala Marek Halter: «En los últimos años hemos sido objeto de todo tipo de chantajes: políticos, económicos e ideológicos, por parte de gángsters, pequeños grupos, minorías o Estados. ¿Por qué no invertir la tendencia: en lugar del chantaje que pone en peligro las vidas humanas, lancemos un chantaje por los derechos humanos con motivo del Mundial de futbol en Argentina?”. Por su parte, los partidos de izquierda representados en la Asamblea Nacional no se sumaron a la campaña liderada por el COBA.
El llamado al boicot lanzado por el COBA en 1978 intenta llevar la cuestión de los derechos humanos a la arena política en un contexto de Guerra Fría, rechazando cualquier otro chantaje que no fuera el de los derechos humanos.
CHRISTOPHE BATARDY

1978: un PCF opuesto al boicot
Además, en Argentina, la omnipresente violencia política de la derecha y la izquierda antes del golpe de Estado de 1976 explica que muchos argentinos creyeran en la nueva junta
CHRISTOPHE BATARDY
Al día siguiente de la clasificación del equipo francés, Georges Marchais, secretario general del PCF, se reunió con todos los periodistas deportivos invitados. Cuando se le preguntó por el boicot, admitió inicialmente que no se había producido ninguna discusión en el seno de la dirección de su partido, antes de confesar que «… si la próxima Copa del Mundo de futbol se celebrara en Sudáfrica, diría que no… Pero cuando planteamos el problema de las libertades, de que se pongan en tela de juicio, así como de los derechos humanos en determinados países, creo que debemos ser muy cuidadosos, porque ¡ay! Nos arriesgamos, tanto en Oriente como en Occidente, a no ir a muchos países. Nosotros, los comunistas, creemos que esos derechos y libertades deben ser defendidos en todas partes cuando son cuestionados, tanto en un país socialista como en un país capitalista. Si siguiéramos este camino, en lugar de acercar a los deportistas a nivel internacional, los alejaríamos. Por eso defenderé la idea de que Francia vaya a Argentina…».
Tras el secuestro de dos monjas francesas en diciembre de 1977, suceso que recibió una amplia cobertura mediática, el PCF no culpó a la junta, sino que habló de «…todas las violaciones de los derechos humanos, vengan de donde vengan». Unos días más tarde, con motivo del sexagésimo aniversario del PCA, el PCF publicó un comunicado en el que condenaba todo el terrorismo «de extrema derecha o de extrema izquierda» y afirmaba su apoyo a quienes «…rechazan la imagen de una Argentina irremediablemente destinada a un régimen de explotación brutal y de opresión sangrienta».
En L’Humanité se fustiga a los partidarios del boicot, que actúan, según el periodista, sólo por anticomunismo y no por «preocupación por los derechos humanos». Jean Claude Grivot, de nuevo en las columnas del diario comunista, habló de «campañas antideportivas… y de grandes manifestaciones que se están desarrollando tanto en ciertos círculos de izquierda como entre los reaccionarios». Los archivos del PCF de Bobigny no conservan ningún rastro de debate sobre el llamado al boicot en el aparato de dirección del PCF (Buró Político o Secretariado). Sin ningún debate interno real, la alineación con las posiciones del PCA parece servir como única brújula para el PCF. Sin embargo, como señala Alberto J. Pla, es imposible entender las posiciones de los partidos comunistas latinoamericanos sin ponerlas en paralelo con las diferentes fases de la política soviética. En ese momento, Argentina era el principal socio comercial de la URSS en América Latina. En la ONU, en marzo y agosto de 1977, la URSS se opuso a la condena de Argentina y a cualquier investigación en su territorio en el seno de la Comisión de Derechos Humanos. En 1980, Argentina, todavía gobernada por la Junta, se negó a sumarse al embargo de las ventas de grano ruso que solicitó el presidente estadounidense Jimmy Carter tras la invasión de Afganistán por parte las tropas soviéticas un año antes. Además, ese Mundial se celebró dos años antes de los Juegos Olímpicos de Moscú. El campo de los Estados socialistas, pero también todos los partidos comunistas occidentales, temían que el boicot a la Copa del Mundo de futbol por la falta de respeto a los derechos humanos sirviera de pretexto para hacer la misma llamada, dos años después, a los Juegos Olímpicos, que iban a celebrarse por primera vez en un país socialista.
En la última imagen de la película de Andrés Wodd, Mi amigo Machuca, el director muestra la portada de un periódico chileno de noviembre de 1974, en la que se menciona la negativa de la URSS a ir a jugar un partido de clasificación para el Mundial en Santiago en un estadio que había sido utilizado para encerrar a opositores políticos de izquierda. Esa ausencia le costó al equipo soviético el boleto para la Copa del Mundo. Este acontecimiento no se mencionó en L’Humanité desde noviembre de 1977 hasta enero de 1978.

Aunque la izquierda hubiera ganado las elecciones legislativas de marzo de 1978, sus dirigentes no se habrían opuesto a la participación del equipo francés.
CHRISTOPHE BATARDY
Conclusión
Finalmente, el Mundial se celebró en Argentina y no faltó ningún equipo nacional.
CHRISTOPHE BATARDY
Cuatro décadas después, podemos esperar la declaración del 21 de noviembre del Emir de Qatar. Seguramente se tratará de Dios y de la paz, a pesar de las violaciones de los derechos humanos y de las toneladas de CO2 enviadas a la atmósfera.
Queda por ver si la ausencia de un llamado al boicot por parte de la izquierda francesa vuelve a sonar como una oportunidad perdida, es decir, una incapacidad política para plantear «un chantaje a los derechos humanos», como les invitó a hacer Marek Halter hace cuarenta y cuatro años.
Notas al pie
- Este artículo es una versión revisada y actualizada de un artículo publicado en 2008: Christophe Batardy «La coupe du Monde en Argentine et la gauche française : la question du Boycott», cahiers d’Histoire immédiate, N° 34, 2008.
- France Inter, 29 de agosto de 2022.
- France Info, 5 de agosto de 2022.
- France Inter, 20 de septiembre de 2022.
- 1 de abril de 2021.
- Informe citado en Le Monde, 25 de mayo de 1978.
- Presidenta desde la muerte de su marido Juan Péron el 1 de julio de 1974.
- Le Monde, 19 de octubre de 1977, p. 9.
- « Appel pour le boycott de l’organisation par l’Argentine de la Coupe du Monde de Football », Le Monde, 19 de febrero de 1978.
- Archivos del COBA: BDIC F°Δ1831
- Petición lanzada por el COBA, enero de 1978, publicada en Le Monde, 19-20 de febrero de 1978.
- Libération, 31 de mayo de 1978.
- Le Matin de Paris, 25 de mayo de 1978, entrevista a los autores del secuestro.
- Entrevista del 4 de diciembre de 2007.
- Le Monde, 4 de febrero de 1978, p. 5, sección “Amériques”.
- Richard Gillespi, « Soldados de Peron Los Montoneraos» , Gribaldos, 2a ed., 1998.
- L’Humanité, 26 de marzo de 1976.
- L’Humanité, 29 de marzo de 1976.
- L’Humanité, 8 de marzo de 1977.
- Le Monde, 7 de enero de 1977,p. 2.
- Le Monde, abril de 1977.
- Le Matin de Paris, 14 de diciembre de 1977.
- L’Humanité, 13 de diciembre de 1977.
- L’Humanité, 6 de enero de 1978.
- L’Humanité, 13 de enero de 1978.
- L’Humanité, 18 de mayo de 1978.
- “La politique des partis communistes latino américains”, Alberto J. Pla, en Matériaux pour l’histoire de notre temps, Regards sur l’Amérique Latine 1945-1990 , abril-junio 1999, 56 pp.
- Le Monde,19 de octubre de 1977.
- Mi amigo Machuca, de Andrés Wood, 2005.
- L’Unité: consulta en línea de todos los números desde el n°75 de septiembre de 1973 (http://www.jean-jaures.org/BDDunite/unitefire.htm)
- L’Unité (periódico del PS), 2 de junio de 1978, artículo de Claude Estier.
- Fondation Jean Jaurès, 612 RI 16.Dossier boycott coupe du Monde.
- Le Matin de Paris, 23 de diciembre de 1977.
- Ibid., p. 61.
- Le Matin de Paris, 30 de enero de 1978.
- L’Humanité, 12 de enero de 1978.
- Idem.
- L’Equipe 18/02/1978, entrevista a F. Mitterrand delante de la U.S.J.SF.
- Conferencia de prensa del 11/12/1978 club de prensa del 8/01/1978, club de prensa del 16 de marzo (François Mitterrand / fondo de la Fundación Jean Jaurès), Le Monde del 23/02/1978- entrevista con F Mitterrand
- L’Unité, 19/25 de mayo de 1978.
- (Comités Directivos del 13 de enero, 8 de febrero, 28 de abril y 27 de mayo)
- ALLO PS, boletín informativo diario del PS (1976-1979) que reproduce los mensajes grabados y emitidos diariamente en el contestador automático del Partido Socialista. Colección Allo PS / Fundación Jean Jaurès.
- Le Monde, 25/26 de junio de 1978.
- N° 9 de Quel corps (mayo de 78). Archives du COBA, carton (3), (1),(4). BDIC/ Source : F°Δ1831
- Archivos del COBA: carta de Jean Bourhis, secretario confederal del CFDT, al COBA el 12 de enero de 1978.
- Le Monde, 20 de mayo de 1978.
- Le Matin de Paris, 16 de mayo de 1978.
- L’Humanité, 14 de junio de 1978.
- Libération, 2 de junio de 1978.
Fuente → legrandcontinent.eu
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