Siguiendo los pasos del exilio republicano
Siguiendo los pasos del exilio republicano
Albert Blasco

 

Después de desayunar y de una calurosa noche en el albergue de Elna, habíamos quedado justo delante del ayuntamiento con Nicolas Garcia, alcalde de esta villa rossellonense y militante histórico del Partido Comunista Francés [la Realidad le hizo una entrevista hace dos años]. El camarada Nicolas es el actual alcalde de Elna, cargo que ya había ejercido entre 2001 y 2014, y es una figura primordial del PCF en la Catalunya Nord. Además, es nieto de republicanos exiliados en Francia y ha destacado por su compromiso con la lengua y la cultura catalana, la autodeterminación y la memoria democrática de nuestro país. El alcalde nos hacía la visita guiada a la Maternidad suiza de Elna y se le veía contento de poder acogernos en su villa. Aquí quiero hacer un pequeño inciso: sin la ayuda del camarada Nicolas Garcia esta Brigada no hubiera sido posible. Él fue nuestro anfitrión y desde aquí quiero agradecérselo.

Cogimos los coches y nos dirigimos hacia la Maternidad, un palacete en las afueras de Elna. La Maternidad fue una institución humanitaria fundada a finales de la Guerra de España para acoger a las mujeres republicanas que se estaban en pésimas condiciones en los campos de refugiados de la Catalunya Nord. Mujeres embarazadas que encontraban en la Maternidad un lugar seguro para tener a sus bebés. 597 niños y niñas nacieron sanos y salvos entre 1939 y 1944. Cabe mencionar que la mortalidad infantil en el campo de Argelès, por ejemplo, era del 90%. La fundadora de la Maternidad era una maestra suiza, Elizabeth Eidenbenz, que ya durante la Guerra había estado en España haciendo tareas humanitarias. Durante la ocupación alemana de Francia, Eidenbenz se enfrentó a las autoridades nazifascistas y acogió a madres y criaturas judías. La Gestapo cerró la Maternidad pocos meses antes de la liberación, en 1944.

Mientras seguimos atentamente las explicaciones de nuestro guía, visitamos las diferentes habitaciones de este edificio. Nicolas nos explica que el ayuntamiento tuvo muchas dificultades para comprar la Maternidad y convertirla en el espacio de memoria que es hoy en día. Incluso nos dice que amenazó con dimitir de su cargo de alcalde, en 2002, si el pleno municipal no aprobaba la adquisición del edificio. Nos despedimos de nuestro anfitrión y comemos en el restaurante que hay junto al albergue. Un par de días después nos enteramos de que el hijo mayor de la amable familia que regenta este pequeño kebab, y que nos atendió como si fuéramos conocidos de toda la vida porque él era más del Barça que yo, resulta ser el concejal más joven del gobierno de Nicolas Garcia.

Después de descansar un rato, ya que habíamos tropezado con una ola de calor histórico, viajamos hacia Argelers de la Marenda. Allí visitamos el memorial del campo de concentración de Argelès, en pleno paseo marítimo. El campo de Argelès no fue ni un campo. Medio millón de republicanos que huían del fascismo en febrero de 1939 fueron encerrados en la playa de Argelès. Lo único que había eran hilados, gendarmes y arena. Las condiciones de salubridad eran pésimas: faltaba comida y bebida, la policía francesa maltrataba a los refugiados y la mortalidad era altísima. Se dieron casos de suicidio entre los republicanos; se arrojaban al mar y se ahogaban. La República Francesa primero, y los nazifascistas colaboracionistas del Estado de Vichy después, repudiaron a aquellos que lucharon por la II República. Nos choca como ese campo de refugiados horroroso ahora es una atracción turística de primer orden en la Catalunya Nord con cientos de personas que disfrutan de la playa.

Nos despedimos de la playa de Argelès y volvemos hacia el albergue de Elna donde, no sin cenar y hacer un poco de camaradería antes, descansaremos después de ese día tan intenso y caluroso.


Fuente →  realitat.cat

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