Tortura y asesinato del Anarcosindicalista Sebastián Bretos Pérez por matones falangistas y guardia civil
Tortura y asesinato del Anarcosindicalista Sebastián Bretos Pérez por matones falangistas y guardia civil, en Riglos (Huesca), en 1936

 

Sebastián Bretos Pérez nació en 1900 en Riglos. Se casó con Francisca López Artieda, con quien tuvo un hijo. Trabajaba en la antigua fábrica del carburo de la Estación de La Peña, donde era enlace sindical de la CNT. Una vida que saltó en pedazos el 3 de agosto de 1936: Cuando Sebastián trabajaba en su huerto fue detenido por falangistas y guardia civil de Ayerbe, por anarquista. Era un defensor de los obreros, y hacía buenas migas con el maestro Republicano Mariano Constante Arán, miembro de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza. Días antes no quiso acompañar en su huida al maestro.

Una vez encadenado, fue paseado de rodillas por las calles de Riglos a culatazos camino del cuartelillo de Ayerbea. Vestido como los labradores del país, con chaqueta de lonilla clara, pantalón de pana oscuro y alpargatas blancas, roto por el destino que vislumbra sus captores arrastraron su cuerpo por delante de casa Tornero donde su hijo dormitaba en brazos de su madre. Ahí, en la puerta, Francisca asistió a la secuencia. Y los verdugos le negaron la posibilidad de una última despedida. En las calles de Riglos pervive la escena como una estatua de memoria desterrada al olvido.

A los 2 días de ser detenido su hermana Mercedes le llevó comida y ropa limpia. «Ya no la necesita», recibió como respuesta. Ella quería acercarse, abrazarlo y acabó apartada violentamente por los guardias civiles. El 5 de agosto de 1936, Sebastián y otro hombre sin identificar fueron “sacados” de la cárcel de Ayerbe y subidos a un camión para ser asesinados por unos falangistas. El 15 de agosto, los 2 cadáveres abandonados fueron encontrados en el carrascal de Loscorrales; los enterraron en una fosa al lado de la tapia del cementerio viejo, y los registraron como “hombres desconocidos y muertos por bala de fusil en El Carrascal de este término sin que pueda precisarse el tiempo por hallarse en descomposición».

El maestro consiguió huir y acabó en un batallón luchando por la República; Su hijo Mariano fue a parar al campo de concentración nazi de Mauthausen logrando sobrevivir. Escribió unas memorias, ‘La Maldición’, en las que narra las peripecias y vivencias de su padre cuando era maestro de Riglos y de otros pueblos oscenses. El nombre de Sebastián Bretos Pérez aparece en este libro.

Los restos de Sebastián Bretos y la otra víctima sin identificar han sido exhumados de la fosa común de Loscorrales. Como punto de referencia ha servido la tumba de mosén José Pascual Duaso situada junto a la misma tapia sur en la zona central del cementerio; el párroco de Loscorrales fue acusado de repartir leche entre familias pobres por lo que los falangistas lo asesinaron el 22 de diciembre de 1936.

La exhumación fue solicitada por Fernando Torralba, sobrino-nieto de Sebastián Bretos, ha sido promovida por la Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido (ARICO), y se ha realizado por el Equipo Arqueológico Forense de Aragón (EAFA) bajo la dirección de los arqueólogos e historiadores Javier Ruiz y Cristina Sánchez, la arqueóloga Ana Rubio y la antropóloga Annika Fieguth, además de Miguel Ángel Capapé Garro, en representación de ARICO. Han colaborado la Asociación Memoria Histórica Batallón Cinco Villas, y el Colectivo de Historia y Arqueología Memorialista Aragonesa (Chama).

La comarca aragonesa de la Hoya de Huesca sucumbió también a la pedagogía del terror. En las aldeas rurales iban ya escabechando a la gente, Sebastián Bretos es uno más de los miles que fueron asesinados en este país en aquel verano caliente de terror fascista, que aplicó su canícula de sangre para dejar un país sembrado de desaparecidos. Los golpistas quisieron borrar de la historia a aquel Sindicalista amigo del Maestro Republicano. Desaparecieron todos sus objetos, incluso sus fotos. Pero queda una fotografía, pese a todo Sebastián Bretos Pérez queda. Y su compañera, Francisca López Artieda. Y el hijo en común, Sebastián, su hermana Mercedes. Y Engracia, y Fernando, y todos los nombres.

Documentos: El Periodico de Aragón (M. Calvo Lamana). Público (Juan Miguel Baquero). Heraldo de Aragón. AraInfo


banner distribuidora