José España Vivas, morir a los 25 en los calabozos de la DGS
 José España Vivas, morir a los 25 en los calabozos de la DGS
Angelo Nero


Tras su dentención fue conducido a la Dirección General de Seguridad del Estado, la temible DGS del edificio de la Puerta del Sol, utilizado durante la dictadura como centro de detención y tortura por la Brigada Político Social

José España Vivas era un joven militante del movimiento vecinal -pertenecía a la Junta de la Asociación de Vecinos del Barrio Venecia, en Alcalá de Henares-, y ecologista. También era militante del clandestino PCE (r) -Partido Comunista de España (reconstituido)-, surgido en 1975 de la Organización de Marxistas-Leninistas de España (OMLE), en oposición a la deriva “revisionista” del partido comunista liderado por Santiago Carrillo, que estaba llamado a ser uno de los pilares necesarios para fortalecer la transición. En la noche del 4 de septiembre de 1980, José tenía 25 años, una vida muy corta para un compromiso tan grande, estaba casado y tenía un hijo. Estaba con su familia en Santorcaz, un pequeño pueblo a 50 kilómetros de la capital, cuando fue detenido.

Fue trasladado a su casa, en Alcalá de Henares, para que estuviera presente en su registro, aunque este fue realizado sin orden judicial, buscando armas y propaganda, aunque no encontraron nada que lo pudiera involucrar en ningún delito, tras lo cual fue conducido a la Dirección General de Seguridad del Estado, la temible DGS del edificio de la Puerta del Sol, utilizado durante la dictadura como centro de detención y tortura por la Brigada Político Social, que pasó a denominarse en la Transición Brigada Central de Información. Ese era el feudo de personajes como Roberto Conesa o Antonio González Pacheco, Billy el Niño.

Dos días antes, en Barcelona, había muerto en un atentado de los GRAPO el general Briz Armengol, y un detenido en la ciudad condal ha mencionado el nombre de José España en un interrogatorio. Se le aplica la ley antiterrorista, se le incomunica, y el también comienza a ser interrogado en los calabozos de la DGS. El día 6 de septiembre, a las siete de la tarde se desvanece y es reconocido por un médico, que, según el parte facilitado posteriormente “padece pérdida de consciencia, miosis, frialdad de miembros con acrocianosis. Los tonos cardíacos eran normales.” Poco después sufre una parada cardiaca y fallece.

Tres días después el diario El País recogía así la noticia de su muerte: “El informe forense certifica que el «grapo» España Vivas falleció por causas naturales”. La nota de redacción publicada ese 9 de septiembre de 1980 detallaba: “Fuentes del Instituto Anatómico Forense confirmaron ayer a EL PAÍS que el presunto militante en los GRAPO, José España Vivas, de veinticinco años, falleció de muerte natural en las dependencias de la Dirección General de la Seguridad del Estado, el pasado sábado. España Vivas padecía una insuficiencia cardiaca aguda y tenía alojado un quiste hidatídico en la zona hepática.

(…) A las 18.50 horas del sábado fue ingresado en una sala de interrogatorios. El funcionario encargado de la transcripción de declaraciones comenzó a copiar sus respuestas. A las 19.05 horas había anotado casi un folio. A las 19. 10 horas, al comienzo de la segunda página, España Vivas sufrió un inesperado desvanecimiento. Los funcionarios recabaron entonces la presencia de los médicos adscritos a la dirección. (…) Inmediatamente después se le observó ausencia de tonos cardíacos, por lo que se procedió a su reanimación». Los esfuerzos de los facultativos de la Dirección General de la Seguridad por reanimar a España Vivas fueron ineficaces. Entonces se decidió trasladarle a la Ciudad Sanitaria Provincial, antigua Ciudad Sanitaria Francisco Franco. A las dos horas de que sufriese el desmayo era ingresado en este centro, donde los médicos encargados de la sección de urgencias consignaron que había fallecido.”

El forense que realiza la autopsia confirma que la muerte ha sido producida por un fallo cardíaco, provocado por un quiste hidatíco que ocupaba los dos tercios del hígado: «No sé cómo podía vivir con eso dentro del cuerpo». Sin embargo su familia declara que llevaba tres años trabajando en una empresa sin haber estado ni un día de baja por enfermedad, que no había tenido ningún síntoma, y el día 8 de septiembre, dos días después de su muerte, presentan una denuncia por torturas.

La Asociación de Vecinos el Barrio Venecia hace publica una nota en la que exige “un total esclarecimiento de los hechos”. En esta nota también señalan: “Rechazamos totalmente la información dada por el ministerio del interior a los medios de comunicación, en la que se acusa a nuestro compañero de ser un destacado miembro de los GRAPO, implicado en el asesinato del general Briz Armengol, ya que, según se puede demostrar, el día de su asesinato se encontraba trabajando en su centro de trabajo. Repudiamos esta oscura muerte de nuestro compañero y luchador del movimiento ciudadano, que se une a la del compañero de Orcasitas Arturo Pajuelo y tantos otros.”

Los sindicatos CCOO, UGT y USO también firmaron un comunicado conjunto en la que hacían “un llamamiento a todos los trabajadores de Alcalá para que expresen su protesta por la muerte del joven obrero alcalaíno José España Vivas, ocurrida durante su detención e interrogatorio en la DGS.” Asimismo en las fuerzas sindicales añadían: “Pedimos la derogación de la Ley Antiterrorista, porque atenta contra los derechos democráticos y sindicales de los trabajadores y los derechos humanos reconocidos en la Constitución.”

Al día siguiente del entierro de José España, al que acude medio millar de personas, el diputado del PCE Simón Sánchez Montero, lleva el caso al congreso, interpelando al ministro del interior, Juan José Rosón, de UCD : “Un quiste hidatídico puede romperse también a consecuencia de uno o varios golpes y sin necesidad de que esos golpes dejen herida ni seña de que se ha ejercido violencia sobre el enfermo. Desgraciadamente, en eso hay también una técnica desarrollada. Hay un proceso que parece haber originado la muerte de José España Vivas: rotura de un quiste y, a consecuencia de él, paro cardíaco, y, a consecuencia de este paro cardíaco, la muerte. Pero ¿qué fue lo que desencadenó ese proceso? Ahí está la cuestión.”

La lacónica respuesta del ministro franquista fue esta: “el detenido, fue examinado por los servicios médicos de la propia DGS y no presentaba lesión ninguna de tipo traumático ni tenía ninguna enfermedad. Y la discreta lesionología externa que apareció en el cadáver corresponde en su totalidad a la caída póstuma, al traslado y a las maniobras reanimatorias aplicadas».

El ayuntamiento de Alcalá de Henares, presidido por el socialista Carlos Valenzuela -al que la extrema derecha intentaría asesinar colocándole una bomba en su coche, dos años más tarde- gobernado por el PSOE y el PCE, apruebó también una moción pidiendo una comisión de investigación parlamentaria sobre la muerte de su vecino.


Fuente → nuevarevolucion.es 

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