
Después de los tres artículos publicados alrededor del pasado 18 de julio, reemprendo la ruta con el pensamiento puesto en el próximo fallo del I Certamen literario organizado por la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) en honor de su faro y guía. En esta ocasión deseo esclarecer algunos detalles, quizá menos importantes, que me dejé en el tintero a la hora de enjuiciar otros aspectos del comportamiento financiero del capitán general Francisco Franco, VC. Ahora empiezo una pequeña serie en la que narraré, con cierto desparpajo, varios usos a los que tan glorioso milite dedicó sus millones. Comienzo por el más extraño.
No soy de quienes creen estar en posesión de la verdad como algunos periodistas y autores a los que gusta figurar en la red de la FNFF. Un historiador debe estar dispuesto a revisar sus tesis si aparece nueva documentación
Ilustres miembros de las clases pudientes (que tanto se esforzaban por demostrar públicamente su apoyo a la “Sagrada Causa Nacional”) no se habían molestado en declarar sus cuentas en el extranjero. Por no hacerlo, ni siquiera lo habían hecho muchos de los bancos que habían intervenido en los correspondientes montajes. Hubo que tomar medidas no tan drásticas como las que se aconsejaron a Franco, pero de todas maneras bastante duras. Quienes quieran saber más al respecto pueden acudir a mi libro Las armas y el oro. Palancas de la guerra, mitos del franquismo.
La cuentecita en cuestión no me dejó indiferente, entre otras razones porque ya había abordado la significación que se dice habían tenido ejemplos similares conectados con Hitler. Otro ladrón de guante blanco (aparte de defraudador fiscal) mucho más emblemático.
No hay que ser un experto para comprender que no deja de ser sorprendente, aparte la “munificencia” de Franco VC, que el inmortal líder de la no menos inmortal reunificada España utilizase una parte de tales fondos de una manera por así decir un tanto peculiar.
Emplear divisas extranjeras (aunque quizá “reconvertidas” en pesetas) para adquirir productos o servicios que no necesitaban importarse es algo rarito. ¿No hubiera podido SEJE utilizar pesetas corrientes y molientes para tales fines sin pasar por la conversión de dólares escasos? ¿O había que importar productos de Portugal para alimentar a niños desvalidos? ¿No podrían haberse comprado con pesetas en el mercado nacional, aunque todavía no estuviera reunificado? En el trasfondo, me asaltó la sospecha de si no se trataría de una manifestación de lenguaje “convenido”. Cosas más extrañas se han visto en el caso de Franco VC.
La documentación que se conserva en el Archivo de Palacio (de la que algunos se han reído) permite pensar en otra historia. Situémosla brevemente.
En septiembre de 1939 estalló el conflicto europeo que ya se veía venir desde hacía tiempo. Incidentalmente los antecedentes de lo que al final se tramaba y que llegaron al general Franco VC a través de los embajadores españoles en Berlín y París los analicé someramente en La otra cara del Caudillo. Lo que entonces me interesaba señalar era la preocupación que a ciertos diplomáticos en el Palacio de Santa Cruz les despertaba el acercamiento de SEJE al Tercer Reich. A ello añadí su desprecio ante los intentos de aproximación hacia el nuevo régimen que desarrollaron por vías indirectas las potencias democráticas occidentales, en particular el Reino Unido. Franco se mantuvo inconmovible, absorto en la contemplación de la estrella polar de su glorioso destino.
Desde entonces la escena internacional había ido oscureciéndose, sobre todo tras el hundimiento de Francia, la aparición de un nuevo frente en el África del Norte y el progresivo acercamiento de Estados Unidos a sus primos hermanos británicos.
Estos últimos pusieron en marcha la operación para “comprar” a los generales españoles (e incluso a Nicolás Franco, siempre abierto a cualquier coima que mereciera la pena). Eran triunfadores que no veían con buenos ojos la posibilidad de que el prepotente Caudillo hiciera causa común con el Eje. En paralelo, los norteamericanos tomaron medidas que, ¡vaya por Dios!, afectaron a los dineros en el extranjero. Es decir, aparte de las cuentas abiertas por March en favor de sus clientes, también a la abierta en el Espírito Santo lisboeta.
Se trata de un tema que merece una aproximación cuidadosa y que dejo para la siguiente entrega.
(Continuará)
Fuente → infolibre.es
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