Criminales franquistas asesinaron en 1940 a Alfonsa Pineda Robles en el cementerio del Este de Madrid, a su marido Rufino Márquez de la Hoz en Aranjuez en 1939, y a Francisco, hijo de ambos, en Alcalá de Henares en 1940
 Criminales franquistas asesinaron en 1940 a Alfonsa Pineda Robles en el cementerio del Este de Madrid, a su marido Rufino Márquez de la Hoz en Aranjuez en 1939, y a Francisco, hijo de ambos, en Alcalá de Henares en 1940
 
Alfonsa Pineda Robles nació en 1890 en Aranjuez (Madrid), hija de José y Cleta. Era una mujer fuerte, costurera y modista, casada con el calderero y mecánico Rufino Márquez de la Hoz nacido en Aranjuez en 1885, hijo de Francisco y Joaquina. Alfonsa y Rufino tuvieron 6 hijos de los que solo 3 sobrevivieron a la guerra y represión. Rufino perteneció al Consejo Obrero de la Azucarera incautada por orden del Gobierno, siendo también responsable de cultivo y vocal de la Junta Administrativa de la Casa del Pueblo. Pertenecía al PSOE. Rufino Márquez de la Hoz fue asesinado por fusilamiento en Aranjuez el 29 de julio de 1939. 
 
Su hijo José nació en 1910, fue combatiente del Ejército de la República Española y murió en la zona de la Vall d’Uixó en 1938, a la edad de 27 años, dejó viuda y una hija póstuma que nació 5 meses después. Su hermano Rufino nació en 1920, era mecánico, se enroló en 1938 en el Ejército de la República Española y murió en 1938 en las minas de la Ciudad Universitaria de Madrid. Otra hija del matrimonio, Alfonsa, nacida en 1923, con 17 años se libró de la ejecución al quedar al cargo de otros 2 hermanos, Joaquina nacida en 1912 y Antonio nacido en 1926. 
 
Otro hijo, Francisco, nacido en Aranjuez en 1916, era fontanero, trabajó en el Ayuntamiento de Aranjuez hasta 1937, fue miliciano del Ministerio de la Guerra y luego en las milicias locales en Aranjuez, hasta que se enroló en el Ejército de la República Española en una Compañía de ametralladoras del frente de Guadalajara durante 24 meses, siendo nombrado con carácter provisional Comisario de dicha compañía durante 4 meses hasta la terminación de la guerra. Pertenecía al PCE y a la UGT. 
 
Francisco fue recluido el 1 de enero de 1940 en los Talleres Penitenciarios de Alcalá de Henares (Madrid). Francisco Márquez Pineda fue fusilado a la edad de 23 años en Alcalá de Henares el 4 de abril de 1940 a las 7 de la mañana, y arrojado a una fosa. Su suerte permaneció desconocida para el resto de su mermada familia y fue considerado simplemente desaparecido, hasta que sus allegados han tenido conocimiento de su final al conocerse las actas de los juicios a los represaliados en la provincia de Madrid. 
 
Alfonsa Pineda Robles ingresó en la cárcel de mujeres de Ventas procedente de la cárcel provincial de Aranjuez el 4 de enero de 1940. Alfonsa fue trasladada directamente desde la cárcel de Ventas hasta el lugar de ejecución, luchó por su vida con uñas y dientes, tuvieron que sacarla de su celda de los pelos y arrastrarla hasta el paredón de la tapia exterior del cementerio del Este de Madrid, donde carroñeros franquistas la asesinaron vilmente y la empujaron al fondo de una fosa; era el 28 de febrero de 1940, tenía 51 años. 
 
Alfonsa había tenido 6 hijos; dos habían muerto en el frente, habían asesinado a su marido, y había peleado porque no siguieran matándole más. A los 3 meses de fusilarla, asesinaron sin piedad a otro de sus hijos. Una familia destrozada por no compartir los ideales del régimen que impusieron aquellos tiranos malditos y sin alma. 
 
Los franquistas asesinaron tras consejo de guerra en Madrid a 2.936 personas, entre ellos, 80 mujeres. Ellas, víctimas y resistentes del franquismo son “las grandes olvidadas” del régimen del 78. El franquismo perpetró un gravísimo genocidio de género encarcelando y asesinando a miles de mujeres españolas. Fueron sometidas a torturas, abusos, humillaciones, violaciones, rapas y purgas. Y a miles de ellas les robaron sus hijos, muchos aún bebés. 
 
La miserable coalición franquista de PP y Ciudadanos y Vox en el ayuntamiento de Madrid, cometió la obscena y abominable acción de arrancar y destrozar a mazazos las lápidas con los nombres de los casi 3.000 fusilados por los fascistas en las tapias del Cementerio del Este entre 1939 y 1944, lápidas que habían sido instaladas en respuesta a la exigencia que familiares de los fusilados y Movimiento Memorialista mantenían desde hacía años. No olvidamos.
 

Documentos: 15 mpedia (Alfonsa, Rufino, Francisco). El Rastro del Águila


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