Parla, 1979. Durante una manifestación, un policía franquista asesinó a ursino gallego nicasio rompiéndole el pecho con una bola de goma. Tenía 14 años

Parla, 1979. Durante una manifestación, un policía franquista asesinó a ursino gallego nicasio rompiéndole el pecho con una bola de goma. Tenía 14 años

 
En 1979, Parla era tenía una población de unos 40.000 habitantes. La localidad sufría un irregular suministro de agua potable, por lo que el domingo 4 de marzo de 1979 el pueblo volvió a ocupar las calles al grito de ¡Queremos agua! Los vecinos ya se habían manifestado anteriormente pidiendo un suministro de agua eficiente, este era el tercer domingo de protesta por los traidores cortes en el suministro, que estropeaban los motores de las lavadoras. Pero el brazo represor del régimen, en el franquismo y post-franquismo, siempre aparecía para disolver cualquier demanda social.

 

Parla fue tomada por los antidisturbios. Numerosos efectivos de la policía franquista cargaron contra la población con la brutalidad característica. Las calles se llenaron de violencia y pelotazos durante varios días. Una bola de goma disparada por la policía impactó en el pecho del joven Ursino Gallego Nicasio, adolescente de 14 años, 5º de 6 hermanos, que murió a las 5 de la tarde por una fuerte hemorragia interna. El joven llevaba en el bolsillo 2 entradas para el cine.

A pesar del rápido traslado el joven ingresó en el centro sanitario ya cadáver. Otro crimen más que sumar al triste inventario de la transición sangrienta. Poco importaba si te manifestabas por la autonomía andaluza, como José García Caparros, en Málaga; en contra de las centrales nucleares, como Gladys del Estal Ferreño, en Tudela; en un primero de mayo, como a Manuel Montenegro Simón, en Vigo; o reivindicando tu salario, como a Valentín González Ramírez, en Valencia.

Sólo unos días antes, el primero de marzo, en Parla la izquierda ganó por amplia mayoría las segundas elecciones generales en España tras la muerte del dictador. En el país las ganó la UCD, formación de origen franquista dirigida por el que fuera secretario general del movimiento nazional, Adolfo Suárez. El ministro del interior era Rodolfo Martín Villa, otro franquista que había sido jefe nacional del sindicato español universitario (SEU), secretario general del sindicato vertical (OSE), o gobernador civil de Barcelona. Al frente del gobierno civil de Madrid estaba otro franquista, Juan José Rosón, que también sería ministro de interior. Se habían puesto las bases para la transición, y el gobierno de Suárez y los que le siguieron se empeñaron en apagar la contestación social.

Dos días después de su asesinato fue enterrado el joven Ursino, en medio de una multitudinaria manifestación de duelo que volvió a sacar al pueblo de Parla a la calle. Los enfrentamientos se reprodujeron por la tarde y parte de la noche cientos de vecinos gritaban “policía asesina” por las calles de Parla. Arsenio Gallego-Nicasio, hermano del joven asesinado, recordaba años después que “tuvimos una reunión con Rosón en el Ministerio de la Gobernación y nos propusieron enchufarnos en algún cargo o trabajo. A una hermana mía también le llegaron a ofrecer algo aquí en el Ayuntamiento”.

Aquellos Gobiernos de la “modélica transición” que nos venden los sindicatos, partidos y medios de comunicación, medraron al calor del nuevo régimen borbónico-franquista, y aplicaron un plan para aterrorizar y eliminar a los partidarios de la auténtica democracia. Actualmente continúan ocultándose aquellos muertes, como la del joven Ursino.

El agua, finalmente, llegaría a Parla en junio de 1980. Los parleños no deben olvidar el sacrificio que supuso que llegase el agua corriente a esta ciudad para algunos de los vecinos. A Ursino Gallego Nicasio llegó a costarle la vida.


Documentos: Periodismo Alternativo (Angelo Nero). TeleMadrid. Contrahistoria. Les víctimes oblidades de la Transició


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