Pacto de Transición 75-78. Humo de democracia hacia una democracia de humo

Pacto de Transición 75-78. Humo de democracia hacia una democracia de humo / Jaime Company González

Los vicios ocultos suelen aflorar, primero en cuanto a los efectos varios que perturban la construcción, y en las etapas de mayor evolución hacia su visibilidad, de forma que aunque pueden no comprometer la estética, sobre todo cuando hay un exceso ornamental, sí suponen un menoscabo de seguridad, funcionalidad y estabilidad, y en ocasiones de todas ellas. Debería resultar utópico enmascarar la gravedad constructiva, pero hay expertos en la materia que con tal de vender y permanecer en el mercado realizan auténticas obras de ingeniería para prorrogar al máximo el ocultismo, que trasladado a los secretos oficiales, se garantiza por ley hasta cincuenta años.

En España, con carácter general, se ha mostrado orgullo de la etapa de transición de la dictadura a la democracia, incluso somos ejemplo internacional de lo ordenados, pacificadores y respetuosos que fuimos para superar enfrentamientos, sin embargo el tiempo ha aflorado el vicio y ya no se puede engañar a nadie a perpetuidad, porque la democracia en España, señores, se abortó en el momento de su concepción y no voy a decir al intento porque el concepto no lo permite.

Llevamos décadas de engaño y fraude, porque en el pacto se pudo tener buena intención, no estábamos allí para analizarlo in situ, pero probablemente la transparencia no se mantenía en todos los negociadores, sobre todo en los que aparentaron ceder todas las prebendas del régimen al sistema democrático y acabaron por compartirlas con los otros, para crear un sistema donde la protección máxima es la suya, y ese fue el resultado, al que desde luego no se le puede denominar democracia.

Durante todos estos años se ha venido trasladado la imagen y apariencia de una institución democrática de derechos y libertades que se dicen proteger, pero no se protegen en absoluto cuando se enfrentan y comprometen los de cualquiera de nosotros con los derechos y libertades de los del pacto, sus afines y amigos de conveniencia, mantenimiento y favor. Esto es, en el pacto se reservaron “el derecho de favor”, a través del control de los tres poderes, dos en alternancia bipartidista, legislativo y ejecutivo, en el juego de las urnas, y otro con una sala de mandos común, el judicial, que al fin y al cabo es el último eslabón de la red de perversión para que todo siga según lo previsto en aquel acuerdo de humo, de ahí la obsesión sobre su órgano de gobierno, y sobre los nombramientos.

Llegados a este punto y sin entrar en detalle respecto a la declaración de intenciones del preámbulo del texto constitucional de 1978, que no pasaron de eso, de intenciones, al quedar viciadas precisamente por no haber vertido todas y cada una de las prebendas de parte de los negociadores al sistema para que se diluyeran en la igualdad del artículo 14, no sólo organizaron el engaño, sino que lo pusieron por escrito en el artículo 1.1, al decir que España se constituía en un Estado social y democrático de derecho, con los valores superiores de su ordenamiento jurídico, libertad, justicia, igualdad y pluralismo político, adornándolo en el 1.2, en el que se dispuso que “la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del estado”, lo cual se ha traducido en que nos permiten votar, para después incumplir, traicionando al votante y la soberanía, confundiendo a todos los vulnerables con que existe democracia porque se vota, es decir, y para sintetizar, el fraude e incumplimiento del artículo 1.2 de la Constitución anula la propia constitución del estado español, como social y democrático de derecho, y todo lo demás es ornamento, apariencia y humo, humo de democracia, para una democracia de humo. No hay peor dictadura que una democracia aparente.

Tras una noticia del diario El Mundo, en el que el titular reflejaba las siguientes palabras del líder de Populares, “El PSOE no es un partido corrupto, no tengo ningún interés en ver a Griñán entrar a prisión”, leía hoy a Alvise en su canal de Telegram, en el que comentando la noticia precisaba: “ Feijoo sabe que el caso ERE constata una estructura en el PSOE igual de mafiosa que en el PP, y prefiere abrir las puertas a permitirle indultos a Sánchez a cambio de facilitar las cosas en los casos del PP”.

Y aquí cabe preguntarse, ¿Es esta la evolución hacia la visibilidad de los vicios del pacto constitucional? La avería es cada vez más notoria, los vicios ocultos ya han salido a la luz, cada vez resulta más patente que Feijoo ha venido a tratar de apagar el fuego de esa notoriedad de perversión del sistema durante décadas, la misma que Casado y Sánchez han puesto en un escaparate que se ve con claridad aunque apaguen la luz, llegando a pactar nombres, incluso con escándalo, para el Tribunal Constitucional sin ni siquiera ruborizarse.

Ese pacto para el Tribunal Constitucional fue radiografiante de lo que realmente acontece, tanto que Cayetana Alvarez de Toledo rompió la disciplina de voto y no participó del circo de nombramientos, que para mí, tras haber visto como determinados sujetos se movieron en un caso judicial para destrozar la verdad y proteger a los corruptos, ha sido el culmen y punto y final de la apariencia democrática y ha supuesto mi total convencimiento respecto a que en nuestro país no siempre hay libertad, y esta conclusión me resulta indudable cuando he observado con claridad que gobierno y oposición han sido capaces de poner al lobo al cuidado de las ovejas.

Desde fuera de España los que nos veían como una democracia plena, ahora nos catalogan como una democracia defectuosa, aunque hay que decir que fallaron entonces y siguen errando ahora estrepitosamente, por falta de análisis y contraste, ya que en este país, y con todo el dolor de mi corazón y a buen seguro del de millones de españoles, no existe una democracia, y mucho menos la soberanía reside en el pueblo.

Lo que dice Alvise, ¿no?, pues eso.


Fuente → diario16.com

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