Los franquistas asesinaron y Arrojaron a decenas de republicanos a Fosas Comunes en Castrillón (Asturias)

Los franquistas asesinaron y Arrojaron a decenas de republicanos a Fosas Comunes en Castrillón (Asturias)

En octubre de 1937 las tropas sublevadas contra el Gobierno Republicano entraron en Castrillón, un concejo con alta militancia de izquierdas. Los fascistas pusieron en marcha un proceso de exterminio de todas aquellas personas relacionadas con el Frente Popular utilizando instrumentos extrajudiciales. Muchas personas fueron secuestradas por las bandas armadas franquistas, guardia civil, falangistas, militares rebeldes. Se organizó una red de prisiones donde se interrogaba y torturaba a los detenidos. Los presos salían muertos o moribundos de los centros de detención a causa de las palizas, eran transportados a lugares apartados, asesinados, y arrojados a fosas comunes.

Se tiene constancia de cerca de 50 Republicanos eliminados mediante este sistema, pero es seguro que fueron muchos más. Muchas de las víctimas solo eran simpatizantes o ciudadanos leales a la República Española. La mayoría de casos de esta represión se concentraron entre octubre y diciembre de 1937, pero se extendieron durante el año 38 e incluso el 39. Esta carnicería estaba dirigida por los militares sublevados, para nada era incontrolada y ejecutada por grupos o guardias fascistas autónomos. El objetivo era la implantación de un régimen de terror destinado a intimidar y a paralizar toda oposición.

Las fosas comunes esconden los delitos cometidos por los sublevados, quienes eran conscientes de su crimen. No se debe olvidar que el terror aplicado a la población tenía como fin último destruir la democracia y salvaguardar su orden establecido. Son cementerios anónimos que esconden la voz silenciada de miles y miles de españoles que lucharon por los derechos democráticos y sociales de nuestro país. Los estudios realizados por los investigadores Rubén Chimeno y Pablo Martínez señalan varios lugares de fusilamiento en Castrillón, corroborados por los actuales estudios que se realizan en la Comarca Avilesina.

En el concejo de Castrillón existen varias fosas comunes, donde los sublevados enterraban a las víctimas de fusilamientos múltiples o individuales. El pinar de Salinas fue uno de los lugares elegidos, estaba lo suficientemente cerca de las cárceles. Las primeras víctimas aparecieron los días 22 y 23 de octubre, no estaban enterradas con el fin de que fueran vistas por la población respondiendo a la estrategia de terror; varios cadáveres aparecieron mutilados, uno con los genitales amputados. Los testimonios orales dan cuenta de cadáveres mal enterrados o abandonados a la vista del público, algunas personas, que en aquel momento eran niños, vieron los cadáveres de sus padres antes de ser enterrados.

Incluso en los años 60 del siglo pasado, aparecieron restos de víctimas cuando se estaba edificando en la zona. La fosa que fue utilizada en diferentes ocasiones, no sólo alberga víctimas de Castrillón, también de personas procedentes de toda la comarca Avilesina. La fosa estuvo en funcionamiento desde el octubre de 1937 hasta enero de 1938. Allí arrojaron al concejal socialista Eladio Torres Pedrido, que tenía 69 años cuando lo asesinaron junto con su mujer Basilisa González Busto, de 67 años.

Otro de los lugares de enterramiento donde los fascistas arrojaban a sus víctimas es la fosa de La Lloba, que tiene su origen en una trinchera excavada por los Republicanos durante el verano de 1937 para frenar un posible ataque de las tropas de Franco desde el sector de Pravia. No llegó a ser utilizada en la guerra, pero a mediados de noviembre de ese mismo año, un mes después de que las tropas franquistas entraran en el concejo, la trinchera comenzó a utilizarse como fosa común. Los testimonios recogidos en el pueblo de Santiago del Monte y fuentes de familiares desaparecidos indican la posibilidad de numerosos cadáveres.

En el año 2003 la Asociación de la Memoria Histórica Asturiana promovió la conservación de esta fosa y logró preservarla de las cercanas obras de la autovía: En julio de ese mismo año el periódico La Voz de Asturias publicaba la siguiente noticia: “El Ministerio de Fomento ha decidido ordenar de inmediato la preservación de la fosa común de La Lloba, en Castrillón, en la que se encuentran enterrados al menos un centenar de desaparecidos durante la pasada posguerra española. Fomento ha decidido ordenar a la empresa adjudicataria de las obras que proceda a señalizar la fosa común y «que no se realice trabajo alguno en la zona».

Existen otras fosas, se trata de pequeños enterramientos en la zona rural del concejo. Serían fosas individuales, o de no más de 3 personas; los restos serían de vecinos de esa área del municipio. Algunas fuentes informan de la Fosa en Pillarno y la de San Miguel de Quiloño, así como la Fosa en El Ventorrillo en la que se cree que hay 2 mujeres enterradas. Las playas del concejo también pudieron ser utilizadas como lugares para enterramientos y los investigadores no destacan que también puedan hallarse fosas en otros lugares del entorno rural del concejo castrillonense.

Documentos: El Comercio (José L. González). La Nueva España (Inés Montes 1 e Inés Montes 2). La Marea (Antonio Maestre). Memoria Histórica Asturiana (Pablo Martínez Corral y Azucena López García). La Voz de Asturias (Noelia Rodríguez)


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